miércoles, 31 de mayo de 2023

25 Frases Inspiradoras sobre la Lectura

Todos vamos cambiando con el paso de los años, eso es indudable, pero también es cierto que hay algunas constantes que nos acompañan toda la vida. En mi caso una de ellas es la lectura. No creo haber estado sin abrir un libro más allá de un par de días desde que tenía 5 ó 6 años. Y también recuerdo libros que me han tenido en vela más de una noche, de esos en los que de repente comienza a aparecer claridad en la habitación porque ha amanecido y apenas te has dado cuenta de ello, porque le lectura te ha absorbido por completo. Y si hay un lugar que me gusta de mi casa es el pasillo cubierto con estanterías repletas de libros (leídos casi el 100% de ellos). 


Y es que la lectura es importante en mi vida, y estoy segura de que debería serlo en la de todos. No sólo sirven para adquirir conocimientos o para entretenerse, que también, sino para abrir la mente, ejercitar el pensamiento crítico, desarrollar la imaginación, inspirarse, viajar si moverse del sillón o vivir vidas y aventuras que no podrían ser posibles fuera de las páginas de un libro. 


Estoy convencida de que a los que no les gusta leer es porque no han encontrado todavía ese primer libro que enamora, ese que obsesiona, ese que marca para siempre. Porque cuando eso ocurre, ya no hay vuelta atrás, porque todo cambia. 


Por eso en este post quiero compartir contigo mis 25 frases favoritas sobre la lectura, aunque probablemente podrían ser 250. Espero que las disfrutes.


25 frases inspiradoras sobre la lectura

 

1.- “A pesar de la enorme cantidad de libros, ¡qué poca gente lee! Y si uno lee provechosamente, uno se daría cuenta de la cantidad de estupideces que la manada vulgar se contenta con tragar todos los días”.

Voltaire

 

 

2.- "Piensa antes de hablar. Lee antes de pensar”.

Fran Lebowitz

 

 

3.- “Leer sin reflexionar es como comer sin digerir”.

Edmund Burke

 

 

4.- "Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de nosotros".

Franz Kafka

 

 

5.- “Los libros son espejos: solo ves en ellos lo que ya tienes dentro de ti”.

Carlos Ruíz Zafón

 

Persona tumbada en el suelo con los pies en un sillón rodeada de libros y leyendo

 

6.- "La capacidad y gusto por la lectura da acceso a lo que ya ha sido descubierto por otros".

Abraham Lincoln

 

 

7.- “La lectura proporciona a la mente sólo materiales de conocimiento; es el pensamiento lo que hace que lo que leemos sea nuestro”.

John Locke

 

 

8.- “Si uno lee suficientes libros, tiene una oportunidad de luchar. O mejor, las posibilidades de supervivencia aumentan con cada libro que uno lee”.

Sherman Alexie

 

 

9.- “No creo que uno lea para escapar de la realidad. Una persona lee para confirmar una realidad que sabe que está ahí, pero que no ha experimentado”.

Lawrence Durrell

 

 

10.- "Leemos para saber que no estamos solos".

William Nicholson

 

Mujer leyendo sentada en junto al mar

 

11.- "Si encontramos a un hombre de extraño intelecto, deberíamos preguntarle qué libros lee".

Ralph Waldo Emerson

 

 

12.- “Es lo que lees cuando no tienes que hacerlo lo que determina lo que serás cuando no puedas evitarlo”.

Oscar Wilde

 

 

13.- "Seríamos peores de lo que somos sin los buenos libros que leímos, más conformistas, menos insumisos y el espíritu crítico, motor del progreso, ni siquiera existiría".

Mario Vargas Llosa

 

 

14.- "Un lector vive mil vidas antes de morir. El que nunca lee solo vive una".

George R.R. Martin

 

Mujer tomando libros de una estantería

 

15.- "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho".

Miguel de Cervantes

 

 

16.- "Que otros se enorgullezcan por lo que han escrito, yo me enorgullezco por lo que he leído".

Jorge Luis Borges

 

 

17.- “Los libros son los amigos más tranquilos y constantes; son los consejeros más accesibles y sabios, y los maestros más pacientes”.

 

Charles W. Eliot

 

18.- “Si no te gusta leer, es que no has encontrado el libro adecuado”.

J.K. Rowling

 

 

19.- “Algunos libros deben saborearse, otros devorarse, pero solo unos pocos deben masticarse y digerirse completamente”.

Sir Francis Bacon

 

 

20.- “Los libros pueden ser peligrosos. Los mejores deberían estar etiquetados como "Esto podría cambiar tu vida".

Helen Exley

 

 

21.- "Sin bibliotecas, ¿qué tenemos? Ni pasado ni futuro".

Ray Bradbury

 

Gran biblioteca con estanterías con formas sinuosas

 

22.- “Hay peores crímenes que quemar libros. Uno de ellos es no leerlos”.

Joseph Brodsky

 

 

23.- "No importa lo ocupado que piensas que estas, debes encontrar tiempo para leer, o entregarte a una ignorancia autoelegida".

 Confucio

 

 

24.- "La lectura es para la mente lo que el ejercicio es para el cuerpo".

Joseph Addison

 

 

25.- “Una vez que aprendas a leer, serás libre para siempre”.

Frederick Douglass

 

Si la lectura ya es imprescindible para ti, sigue disfrutándola. Si todavía no lees... busca ese primer libro que te haga amar esa comunicación casi mágica que comunica la mente (e incluso el corazón) del que escribe con la del que lee.


 

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miércoles, 24 de mayo de 2023

Qué Es y Cómo Redactar una Instancia

La mayoría de nosotros hemos tenido que redactar alguna vez (o cientos) una carta, incluso una autorización o una declaración. Y salvo que sea algo que se hace con frecuencia y/o se tenga facilidad y conocimientos para escribir con corrección, lo cierto es que suele ser todo un reto. Pero si hablamos de documentos que se utilizan para comunicarse con la Administración, su elaboración se convierte no en un reto, sino en un verdadero infierno. 


En este post quiero compartir contigo qué es, cómo es su redacción y cómo entregar un documento administrativo muy común: la instancia


Sigue leyendo si es un tema que te puede interesar...

 

Qué es y cómo redactar una instancia

 

Qué es 

 

Una instancia es un documento que se dirige a la Administración o a alguna autoridad para solicitar, reclamar o denunciar algo. Y puede ser utilizada tanto por personas físicas como jurídicas.

 

En ciertos casos puede servir como sustituto de impresos oficiales.  


En algunos casos puede ser un escrito que un particular dirige a una empresa privada, aunque no es algo habitual.

 

Cómo redactar una instancia

 

Se puede encabezar el documento con el tratamiento o cargo de la persona a la que se dirige el documento (Excmo/Excma. Sr./Sra. o Ilmo./Ilma. Sr./Sra.).

 

Incluye los datos personales que quien escribe la instancia. En el caso de personas físicas tienen que aparecer el nombre, apellidos, DNI o equivalente, dirección postal, cargo que ocupa (si procede), etc. Si se trata de una persona jurídica (empresa, asociación...), habrá que indicar su nombre o razón social, su CIF, dirección postal, representante, etc.

 

Esos datos deben ir seguidos de la expresión "EXPONE" en un párrafo separado del anterior, seguido de dos puntos (:).

 

Persona escribiendo en el teclado de un ordenador
 

 

En otro párrafo diferente se tienen que detallar los motivos de la petición, de forma clara y lo más breve posible. Cada uno de esos motivos se deben separar entre sí, comenzando con la partícula "Que". Debes terminar esta exposición de motivos con las frases "Por todo lo cual", "Por todo ello", "Por todo lo anterior", "Por los motivos que se exponen" o "Y como consecuencia".

 

En otro párrafo aparte del anterior, debe aparecer la expresión "SOLICITA".

 

Para cerrar la instancia hay que detallar lo que se quiere conseguir, teniendo en cuenta los motivos que se han alegado. Comienza esa petición con la expresión "Que". Es importante que se haga una única petición por instancia. Si vas a aportar documentos, detállalos.

 

Se tiene que indicar a continuación el lugar y la fecha en la que se firma la instancia.

 

Se consigna la firma de quien hace la solicitud, de forma manuscrita, y preferentemente con el nombre y apellidos mecanografiados, sobre todo sin la firma no es suficientemente legible.

 

Mujer firmando un documento

 

Para finalizar el documento se ha de consignar el cargo completo de la autoridad a la que se dirige la instancia. Se debe escribir el tratamiento de esa autoridad si procede (Excmo/Excma. Sr./Sra. o Ilmo./Ilma. Sr./Sra.).

 

En caso de que haya legislación que afecte a los motivos o a tus pretensiones, debes mencionarla.

 

Si hay documentación que apoye tu petición, debes aportarla. Procura que sean copias, puesto que esas tienen que estar siempre en tu poder. Si en algún momento es necesario, pueden pedirte que las lleves para cotejarlas o que entregues copias compulsadas


Cómo y dónde se entrega

 

Se debe entregar en registro del órgano o departamento administrativo que corresponda, o en cualquier otro registro de la Administración (Ministerios, Gobiernos Civiles, Delegaciones del Gobierno, Comunidades Autónomas, corporaciones locales, oficinas de Correos...) que se encargará de remitírselo al interesado. 


Funcionaria registrando un documento

 

Hay que presentarlo por duplicado, para que el funcionario que lo reciba selle y feche tanto el original como la copia. La copia es para ti, como justificación de la entrega. 

 

Espero que estos consejos te hayan sido útiles a la hora de redactar una instancia. 


 

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miércoles, 17 de mayo de 2023

Cómo Afecta Tu Huella Digital a la Búsqueda de Empleo

Seguro que sabes lo que es la huella digital, o al menos has oído hablar de ella. Pero... ¿sabes realmente la repercusión que tiene en tu vida?

 

Y es que tu huella digital en Internet tiene más importancia de la que crees, puesto que no sólo afecta a tu vida privada, también lo hace, y mucho en tu vida profesional. De hecho, privado e Internet son dos términos que son bastante incompatibles ahora mismo. 

 

En este post quiero compartir contigo cómo puede llegar a afectar esa huella que dejas en Internet en tu búsqueda de empleo.

 

Cómo afecta tu huella digital a la búsqueda de empleo

 

Qué es la huella digital

 

Es el conjunto de acciones y de presencia que se tiene en la Red y que dice de ti quién eres, cómo te muestras a los demás, cómo te ven los otros, cómo interaccionas con ellos, tu forma de actuar, tus intereses, tus hobbies, tus filias y tus fobias, tus contactos... Es un rastro que se va dejando en Internet y que puede rastrearse hasta ti. Ahí es nada. 

 

¿Realmente tiene consecuencias a la hora de buscar trabajo?

 

Los reclutadores pueden tener acceso a tu huella digital, y con mucha frecuencia lo hacen. Desde googlearte hasta visitar tus perfiles en redes sociales (incluso aunque no seáis contacto), incluso pueden utilizar otros medios según el tipo de empleo al que optes. Piensa que más de un 50% de ellos van a rastrear tu huella digital en mayor o menor medida.

 

Mujer con un portátil y un cuaderno de notas al lado

 

Consejos para cuidar tu huella digital

 

Ten en cuenta que cuidar tu imagen digital no es un sprint, es una carrera de fondo que requiere inteligencia, esfuerzo, trabajo y tiempo.

 

Dedícale tiempo a pensar en la imagen que quieres transmitir, con qué imagen quieres presentarte al mundo, las habilidades y conocimientos que quieres promocionar, los defectos que te gustaría minimizar (que no esconder)...

 

Revisa de forma objetiva todo lo relacionado con tu huella digital, y hazlo desde el punto de vista más objetivo posible.  

 

Separa en Internet tu vida privada y tu vida profesional. Ten distintos perfiles para cada una de ellas.

 

Piensa detenidamente si lo que vas a hacer público te conviene:  la información que compartes, los comentarios que haces, los grupos a los que te unes, en dónde te registras o los likes que regalas. 

 

Portátil, taza de café, bloc de post it y papeles arrugados

 

Procura que el nombre de tu perfil te describa y te represente, y no sea demasiado "especial" o provocador.

 

Revisa tus publicaciones, tus imágenes y vídeos, los grupos, los comentarios propios y ajenos, cómo te han etiquetado otros, los debates y conversaciones en los que has participado, tus contactos...

 

Evita publicar todas tu vida (y la de los demás) en las redes sociales, porque siempre es una mala idea. Es una forma de exponerse sin necesidad y que entraña riesgos en cuanto a a tu privacidad y tu seguridad. 

 

Evita los comentarios groseros o negativos, los insultos, los que implican opiniones políticas o ideológicas extremos, las críticas despiadadas, el postureo integral...

 

Ya sé que lo que se publica cuando se es muy joven, incluso cuando se es todavía adolescente, puede no ser lo más adecuado, pero puede pasar factura más adelante. Por eso es tan importante informar a niños y adolescentes de lo que puede suponer un mal paso para su futuro. 

 

Ten mucho cuidado con las críticas o comentarios negativos de tu empresa, jefes o compañeros, tanto los presentes como los pasados. Cualquier reclutador que vea una miríada de comentarios mordaces sobre aquellos con los que trabajas o has trabajado, probablemente no te incluya en ningún proceso de selección.  

 

Ten en cuenta que compartir información sobre tu empresa, jefes, clientes o compañeros sin su autorización puede vulnerar su derecho a la privacidad, la propiedad intelectual o industrial. Y en muchos casos puede que te hayan hecho firmar algún contrato de confidencialidad o secreto, por lo que puedes encontrarte en un verdadero problema si no mantienes la debida discreción.  


Hombre en redes sociales

 

Pide a los demás que no te etiqueten sin tu conocimiento ni tu permiso.

 

Escribe siempre de forma correcta, evitando las faltas de ortografía y gramática. 

 

Participa en conversaciones sobre temas de los que tenga conocimiento, que te interesen y en las que puedas aportar algo. 

 

Procura publicar siempre que puedas contenido relevante. Eso no significa que todo lo que compartes sea muy serio y sesudo, pero sí que tenga valor, incluso si tiene que ver con el humor o el entretenimiento.  


Hombre publicando contenido en su smartphone

 

En redes sociales configura tu privacidad del modo más restrictivo posible, pero que no afecte al rendimiento profesional que puedas obtener de ellas.

 

Haz un listado de las redes sociales en las que estás presente y valora si deberías tener perfiles en todas ellas, o quizás debas cerrar algunas. Aquellas en las que no tengas actividad, las que no ofrezcan la imagen que quieres transmitir o que no encajen ya contigo, es mejor cerrarlas. 

 

Analiza tu perfil en las diferentes sociales en las que estés presente. Si no te sientes capaz de ser lo suficientemente objetivo, puedes pedir ayuda a alguien que te ofrezca su opinión. Esa persona debe ser ecuánime, sincera (que no sincericida) y debe apreciarte realmente. Y, por supuesto, tiene que estar al día en redes sociales, porque es difícil ofrecer una crítica certera sin haber entrado jamás en una. 

 

Iconos de redes sociales

 

Tu huella digital también incluye las webs que has visitado, las apps que te has descargado, las compras que has realizado, el contenido que has publicado en blogs y otras plataformas para compartirlo, las cookies que permites... 

 

Deja de visitar webs que puedan ser negativas para tu imagen personal y profesional. 

 

Elimina todo aquello que te pueda perjudicar y que no encaja con los que quieres que se sepa de ti.

 

Si hay algo realmente delicado y que no puedes eliminar por tus propios medios, ejercita el derecho al olvido que todos tenemos en Internet. No es fácil, de hecho. Muchas veces no se consigue, pero es importante que todos (intentemos) hacer valer nuestros derechos. 

 

Si no puedes retirar algún contenido o información incómoda, prepárate para hacerle frente en la entrevista de trabajo. En caso de que te pregunten por ello, no te pongas a la defensiva, ofrece una explicación honesta y profesional (minimizando los daños, pero sin mentir).

 

Cuida tu huella digital todo lo posible, es más importante de lo que puede parecer a primera vista. 


 

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miércoles, 10 de mayo de 2023

Consejos para Evitar las Compras Impulsivas (O al Menos Reducirlas)

¿Quién no ha hecho alguna vez una compra impulsiva? Que levante la mano, porque nos ha sucedido a la inmensa mayoría. Desde caer en la tentación de hacerse con una camiseta no muy bonita (ni de muy buena calidad), pero que tiene un precio imbatible, y que acabará con toda seguridad en el fondo de un cajón hasta la próxima mudanza. O adquirir un móvil de última generación, aunque el que ya tienes funciona perfectamente, porque tu cuñado ya tiene uno y te lo está recordando constantemente. Incluso comprar una bolsa de caramelos o un paquete de pilas que no te hacen falta, simplemente porque los has visto al llegar a la línea de cajas en el híper. 

 

Y aunque pueden parecer inofensivas, lo cierto es que pueden convertirse en un verdadero problema para cada uno de nosotros. Por no hablar de que ese tipo de comportamientos de consumo son irresponsables y perjudiciales para todos como sociedad.

 

Por eso, en este post quiero compartir contigo algunos consejos e ideas para evitar las compras impulsivas, o al menos reducirlas todo lo posible. No te las pierdas, porque nos interesan a todos...


Consejos para evitar las compras impulsivas (o al menos reducirlas)


Qué es una compra impulsiva

 

Una forma de definir una compra impulsiva podría ser aquella que no está planificada, en la que se antepone el deseo a la necesidad y que puede llevarte a gastar más de lo que puedes permitirte. Y no una acción que tiene que ver con la lógica, sino con las emociones.

 

Suele tener su origen en determinadas emociones y sentimientos (tristeza, enfado, frustración, inseguridad, miedo, envidia, incapacidad de ser asertivo...), en la necesidad de una gratificación instantánea, de la presión de una persona o de un grupo, de la pretensión de aparentar un estatus o poder adquisitivo, de la lealtad a una marca, de una muy buena atención por parte de un vendedor, e incluso por tener hambre. 

 

Este tipo de compras abarcan a cualquier tipo de productos, desde golosinas hasta ropa, pasando por los móviles. Incluso artículos de lujo como joyas, coches o embarcaciones.

 

Qué suponen

 

El verdadero problema en las compras impulsivas es el límite de gasto del consumidor. Porque si hay dificultades serias para frente a ese desembolso, puede conducir al desastre. Mientras que si la capacidad económica es importante, el desencadenante de esas compras seguirá ahí, la forma de consumir será irresponsable desde un punto de vista general, pero no supondrá un varapalo importante a la cuenta corriente, a menos que el asunto se vaya de las manos.

 

Tus alarmas deberían saltar si habitualmente gastas más de lo que te puedes permitir, si tienes problemas para hacer frente a los pagos realmente necesarios por esas compras, si tienes remordimientos intensos, si acumulas artículos que ni siquiera usas, si ocultas o devuelves tus compras con frecuencia... Si ocurre esto quizás no sean compras impulsivas puntuales, sino algo que puede requerir la consulta a un profesional. 

 

Ten en cuenta que cuando se compra el organismo libera dopamina, y eso hace que cualquiera sea sienta muy bien. Y eso puede convertirse incluso en una adición.  


Mujer dentro de un carro de supermercado expresando alegría

 

Medidas preventivas

 

Analiza cuáles son tus ingresos reales, y hazlo de forma realista. Eso significa que debes tener en cuenta únicamente el dinero que entra en tu cuenta en el período de tiempo que estés valorando: mensual, trimestral, anual...

 

Analiza también cuáles son tus gastos, incluso hasta el más pequeño. Y hazlo desde un punto de vista honesto.

 

Elabora un presupuesto que recoja tus diferentes gastos, tantos los recurrentes y obligados, como aquellos que son puntuales. Recibos, pagos, cuotas de servicios, compras imprescindibles (comestibles, higiene y limpieza, etc.), gastos en ropa o belleza, gastos en restauración y ocio...


Mujer elaborando un presupuesto en un portátil

 

Ponte una alerta en la agenda o en el móvil con los pagos recurrentes a los que estás obligado, especialmente aquellos que tienen que ver con la hipoteca o el alquiler, los recibos de préstamos o suministros, los impuestos, el pago de colegio de los niños...

 

En el presupuesto deja un pequeño margen para imprevistos. El hecho de haber previsto una cantidad para esos gastos que surgen justo en el peor momento, te dará un margen de tranquilidad.

 

Y también reserva una pequeña partida para caprichos. Aunque pueda parecer una contradicción, el hecho de disponer de algo de dinero para comprar algo "divertido" y especial, evitará que tengas más tentaciones de las convenientes a la hora de hacer compras impulsivas.

 

Puedes marcarte un objetivo, como una compra realmente relevante para ti o una cantidad de dinero que quieres ahorrar para algo especial, porque eso puede evitarte la tentación de gastar de forma impulsiva en fruslerías. Te pongo un ejemplo: si quieres hacer un gran viaje que te hace mucha ilusión, procurarás no gastar en prendas de ropa de mala calidad que ni siquiera te vas a poner, pero que sientes la tentación de tener en tu armario cada vez que pasas por un escaparate. 

 

Análisis y planificación: imprescindibles

 

Analiza tus hábitos de compra y cómo y cuándo se desencadenan esas compras impulsivas. 

 

Nunca vayas a comprar cuando estés enfadado, triste, frustrado, muy alegre, cuando te acaben de ingresar la nómina... Y tampoco lo hagas cuando tengas hambre, especialmente si vas a hacer la compra al supermercado.

 

No consideres las compras como un fin ni como un sustitutivo o una recompensa de otras cosas, porque no lo son.

 

Planifica cuidadosamente tus compras, incluso hasta la más pequeña. Cuanto más consciente seas de cuándo y cómo vas a gastar, más responsable serán esas adquisiciones. El piloto automático no suele funcionar bien, tampoco en el caso que nos ocupa.


Antes de comprar pregúntate siempre si realmente merece la pena ese gasto, si necesitas ese artículo y si te hará realmente feliz más allá de la adquisición en sí.  

 

Valora el precio de eso que quieres comprar en horas de trabajo o de esfuerzo. Quizás entonces esos 20 euros que cuesta esa carcasa con gatitos de la que te has encaprichado (y que no necesitas, porque ya tienes 5 similares en un cajón), te parezcan demasiados. 

 

Persona pagando una compra

 

A la hora de comprar


Primero mira lo que quieres comprar. Analiza su calidad y sus prestaciones de manera objetiva. Valora si verdaderamente lo necesitas y te va a ser de utilidad. Observa cómo te hace sentir el hecho de pensar en comprarlo. Deja pasar un tiempo (mejor un par de días que un par de horas) y una vez que consideres que realmente necesitas ese objeto y que te va a hacer feliz, ve a la tienda y adquiérelo. 

 

Procura pagar en efectivo. El hecho de pagar con tarjeta puede hacerte perder la noción del gasto real que estás haciendo, puesto que al no ver los billetes y monedas que salen de tu cartera, parece que el artículo no te ha costado nada... o al menos no tanto como ha sido en realidad. 

 

Salvo que sea un artículo que verdaderamente necesites, que tengan un coste elevado y que no puedas desembolsar en efectivo en ese momento, no recurras a créditos al consumo, porque pueden convertirse en una trampa de la que puede ser difícil salir. 

 

El factor humano

 

Evita ir de compras con aquellas personas que por un motivo u otros te animan a comprar sin necesidad, porque las hay. Esas que siempre insisten en mirar escaparates y entrar en tiendas sin que te haga falta comprar nada. Las que consumen de forma impulsiva e incitan a los demás a hacerlo, para sentirse menos solas en su desenfreno consumista. O incluso las que no quieren gastar ellas mismas, pero que disfrutan cuando lo hacen los demás, casi comprando por poderes.

 

Pide que te acompañen aquellos que te ayudan a resistirte a las compras impulsivas, esos que son pragmáticas y que se preocupan sinceramente por ti y por tu economía. 

 

No te dejes llevar por las presiones o promesas de los vendedores, no estás obligado a comprar nada.

 

Bolsas de papel

 

No te comprares con nadie, no quieras emular a otros y no intentes aparentar lo que no eres. No merece la pena, porque tú eres único, ni mejor ni peor que los demás. 

 

Comprar de forma responsable es importante desde el punto de vista social, desde luego, pero lo es más para cada individuo, puesto que tiene mucho que ver con su madurez y equilibrio, y también con su economía.  


Comprar no es algo negativo, por supuesto, pero siempre conviene hacerlo de forma consciente y responsable.

 

 

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