miércoles, 6 de mayo de 2020

Cosas que (Nunca) Deberías Compartir en Redes Sociales

El anonimato que proporcionan las redes sociales cambia cómo percibimos y valoramos nuestra privacidad e incluso la de los demás. Y también evita que nos tomemos en serio la seguridad.

 
Tendemos a pensar que lo que publicamos únicamente lo vemos nosotros y unos pocos amigos, que podemos expresarnos sin inhibiciones y que nada de lo que posteemos tendrá consecuencias. Pero no, la realidad es muy diferente, porque lo que publicamos puede tener consecuencias negativas para nosotros mismos y para otras personas.

 
Y que no se me malinterprete, soy partidaria de las redes sociales. Las considero útiles, entretenidas... e inevitables. Pero sí que pienso que no hay que confundirlas con las relaciones cara a cara, ni con un parapeto en el que escudarse para hacer lo que nadie se atrevería a decir en persona.

 
Creo que hay utilizarlas con mesura, con un objetivo definido, con respeto hacia uno mismo y hacia los demás y teniendo en cuenta las consecuencias. Porque hay consecuencias, positivas y negativas. Y las negativas lo son todavía más que en persona, porque permanecen en Internet casi de forma perenne, mientras que hay palabras que se las lleva el viento, o al menos.

 
Y los efectos adversos de un mal uso de las redes sociales afectan a lo personal, pero también a lo profesional.

 
Desde luego, todos somos libres de expresarnos como consideremos oportuno. Y haciendo uso de esa libertad de expresión en este post quiero compartir aquello que considero que nunca deberías compartir en redes sociales, para no tener que sufrir las consecuencias.


Cosas que (nunca) deberías compartir en redes sociales

 
¿Me acompañas en este recorrido?

 
Tu fecha de nacimiento completa

 
Si bien a todos nos gusta que nuestros amigos en redes sociales nos feliciten por nuestro cumpleaños, facilitar la fecha completa puede facilitarle las cosas a quienes quieran robar tu identidad.

 
Tu dirección completa

 
¿Irías dando tarjetas con tu dirección personal a todo el mundo por la calle? ¿Por qué hacerlo entonces on-line? Es una información realmente delicada que hará las delicias de cualquier tipo de malhechores que quieran robarte, atacarte, secuestrarte o robar tu identidad.

 
Tu número de teléfono

 
Tu teléfono personal no debería aparecer en las redes sociales de forma pública. Te hace objetivo de spammers y vendedores de todo tipo, y también de los delincuentes. Cruzando tu número con otros datos pueden completar tu perfil y darte más de un susto.


Smartphone

 
Tu ubicación

 
Comunicar a todo el mundo dónde estás en cada momento es una muy mala idea. Por una parte, los ladrones pueden utilizar esta información para robar tu casa mientras estás fuera. Por otra, puedes ser una víctima fácil de acosadores y otros delincuentes que puedan atacarte. 


Imagina que publicas tu ubicación y tu recorrido mientras haces running por una zona poco poblada y hay alguien que quiere hacerte daño... no te digo más. Aunque también es importante para tu privacidad. Quizás no quieres que tu jefe, tus padres o tu pareja sepa siempre dónde estás.


Ya sabes, desactiva la geolocalización.


Geolocalización

 
Las palmas de tus manos

 
Aunque te parezca de ciencia ficción, lo cierto es que una foto de las palmas de tus manos bien procesada por un ciberdelincuente puede convertirse en una imagen de tus huellas dactilares que luego pueda usarse para desbloquear dispositivos o acceder a servicios. No es fácil, pero no es imposible, así que cuidado con ello.


Tus llaves


Publicar una foto de tus llaves puede convertirse en un robo, aunque no lo creas. Con una imagen pueden replicártelas en poco tiempo con una impresora 3D.


Vacaciones

 
No es nada conveniente compartir nada sobre tus vacaciones, al menos hasta que vuelvas. Ni tu destino antes de viajar, ni cuánto tiempo vas a estar fuera, ni imágenes tuyas en el aeropuerto, ni las puestas de sol ni los cócteles a pie de piscina... nada.


Mujer esperando sentada en una piedra con una maleta a sus pies


Este tipo de información les está dando una información preciosa a los delincuentes, porque saben que tu casa está vacía. Y averiguar tu dirección es mucho más fácil que lo que piensas... 


Por cierto, esto es aplicable a la vida off-line.

 
Los nombres de tus hijos o de tus mascotas


Aunque te pueda parecer una tontería, los nombres de tus peques o de tu perro, les sirve a los ciberdelincuentes. Si te preguntas para qué, la respuesta es sencilla: para hacerse con tus contraseñas. Hay muchas personas que los utilizan para crear sus passwords o incluso para las preguntas de seguridad.  


Y lo más importante: compartir los nombres completos de tus hijos les pone en peligro fuera y dentro de las redes.
 

Información bancaria

 
Aunque evitar compartir datos bancarios es de cajón, hay quien lo hace. Y no sólo hablo de compartir el banco con el que trabajas o tu cuenta, también la tarjeta de crédito. Una simple foto de tu tarjeta le facilita el número y la caducidad a cualquiera que quiera hacer una compra o robar tu identidad.


Hombre alargando con la mano su tarjeta de crédito

 
Información financiera

 
Publicar cuánto ganas, cuánto debes o cuál es tu situación financiera es un error. Si tu situación es buena, puedes ser víctima de delincuentes de todo pelaje (extorsiones, secuestros físicos o virtuales...), e incluso de sablazos de familiares o amigos. Si es mala, es fácil que te intenten vender préstamos más o menos legales, o incluso que te quieran embarcar en estafas o negocios ilegales. También la ostentación en fotos, comentarios o lugares que frecuentas también aportan indirectamente ese tipo de información, así que ten mucho cuidado con ello.

 
Contar todo sobre ti

 
Dar pelos y señales de todo lo que haces, de todo lo que piensas y de todo lo que te ocurre no es una buena idea. No sabes quién va a leerlo y cómo lo va a interpretar. Y tampoco qué va a hacer con esa información que tan alegremente se comparte. Ni te imaginas lo que se puede hacer con todos esos datos si se tienen malas intenciones. Incluso en el mejor de los casos, puede que las personas que lean tus confesiones no se sientan cómodas leyéndolas.


Pregúntate si le contarías todo lo que sucede en tu vida a esa persona que está sentada a tu lado en el autobús o a esa otra que está detrás de ti en la fila para comprar entradas en el cine... ¿verdad que no lo harías? Pues tampoco lo hagas en las redes sociales. No todo justifica un like.


Puerta metálica con la frase: todo lo que necesitamos son más likes

 
Postear lo que no debes sobre otros

 
Si tu amiga te ha contado que está embarazada, tu hermano ha reconocido que es gay o si el marido de tu compañera de trabajo le es infiel... no lo comentes públicamente. Probablemente esas personas quieran decidir a quién se lo cuentan, no que se pregone a los cuatro vientos. La privacidad propia es importante, la de los otros lo es más todavía. Dentro de estos otros, están la imágenes de tus hijos, sobre todo las de ellos.

 
Imágenes o vídeos propios inadecuados

 
Una foto o un vídeo comprometido pueden traerte consecuencias negativas para tu imagen personal e incluso para la profesional. Pueden convertirte en diana para el ciberacoso, entre otras cosas. También pueden acarrearte problemas con tu pareja, con tu familia o con tus amigos. Y ten en cuenta que los reclutadores consultan las redes sociales de los candidatos y una imagen inapropiada puede ser la responsable de que no consigas ese puesto que tanto deseas.

 
Imágenes con metadatos


Los metadatos de las fotos facilitan información de lo más interesante para los cibermalos, entre ellas la ubicación, así que bórralos antes de subirlas. 

 
Imágenes o vídeos ajenos

 
Si has tomado fotos o vídeos de otros, o incluso son ellos los que te los han enviado, no los compartas sin su permiso. Además de estar incumpliendo la ley y poderte enfrentar a las consecuencias, estarás poniendo en riesgo la privacidad y la dignidad de otras personas. Ten presente que una foto comprometida puede dañar irreversiblemente la imagen de los demás si se comparten sin ton ni son. No hagas a los demás lo que no querrías que te hiciesen a ti.


Persona sacando una foto a otra en una terraza

 
Contenidos ofensivos

 
Publicar contenido notoriamente ofensivo siempre es una mala elección. Y no hablo de temas que puedan ser más o menos controvertidos, sino de aquellos que sabemos sin lugar a dudas que van a molestar profundamente a muchos: religión, discriminación, intolerancia, sexismo... Aunque en la mayoría de los casos lo que ofende no es la opinión, sino la manera de formularla.

 
Opiniones sobre tu empresa o sobre tu jefe

 
El hecho de desahogarse laboralmente en las redes sociales es una pésima idea. Cualquier compañero poco discreto, alguien de recursos humanos o incluso tu propio jefe puede leerlo... y ya te imaginas las consecuencias. 


También conviene evitar hablar demasiado acerca de tu empresa y de lo que haces en ella, porque puedes estar violando el acuerdo de confidencialidad.

 
Bulos

 
Cualquier cosa que parece un bulo, suena a bulo y huele como un bulo... es un bulo. Ante cualquier sospecha de que la información que te ha llegado sea falsa, no la compartas. Si lo haces estarás colaborando con aquellos que están interesados en extenderlo.


Muro con la frase: si la verdad se repite lo suficiente se convierte en política

 
Política

 
Significarse políticamente puede tener consecuencias más negativas de lo que piensas. Además de atraer comentarios desagradables por personas que piensan de otro modo, puedes molestar innecesariamente a amigos y familiares, sobre todo si las opiniones son muy agresivas. No es cuestión de ser hipócrita o de no poder expresarse, sino de ser cauto y respetuoso. 


También debes tener en cuenta que, como ya te mencionado antes, los reclutadores revisan las redes sociales de los candidatos, y puede que una opinión contraria a la suya o que sea muy violenta, puede cerrarte las puertas en esa empresa. Mi consejo es que si quieres significarte, que estás en tu derecho, lo hagas con respeto... y releyendo lo que vas a publicar antes.

 
Mala ortografía

 
Nadie está libre de cometer un error, pero los textos repletos de faltas de ortografía e incorrecciones actúan en tu contra. Son nefastos para tu imagen, especialmente para la profesional.

 
¿Qué opinas tú de estas recomendaciones?



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La primera vez que apareció el post Cosas que (Nunca) Deberías Compartir en Redes Sociales fue en el blog de Todos Somos Clientes 


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