miércoles, 29 de marzo de 2017

18 Tips para Evitar el Sedentarismo en el Trabajo

El sedentarismo se ha convertido en un verdadero problema en nuestra sociedad. Los efectos son realmente preocupantes: hipertensión, colesterol alto, diabetes, mala circulación, problemas musculo-esqueléticos, obesidad, falta de concentración, depresión...


Y si en algunos casos es algo totalmente voluntario, en muchas otras nos vemos abocados a ser sedentarios por causas ajenas, como puede ser una ocupación en la que se trabaja sentado durante muchas horas al cabo del día.


Aunque es algo que puede paliarse con algunos consejos sencillos para practicar a diario y combatir el sedentarismo, como estos...


18 tips para evitar el sedentarismo en el trabajo


1.- Ten presente que ir al gimnasio o hacer deporte es muy recomendable, incluso si se hace a diario, aunque no contrarresta los daños que provocan en la salud las horas en las que estamos sentados ininterrumpidamente mientras trabajamos. Por eso es importante moverse a lo largo de la jornada laboral, a fin de paliar esos efectos negativos.


2.- Hablando de ir al gym o hacer ejercicio, una buena forma de motivarse es hacerlo acompañado. Una buena idea es crear un grupo para hacer deporte entre los compañeros de trabajo. La hora de la comida, si tenéis jornada partida, es perfecta para ello. También la primera hora de la mañana, antes de entrar a trabajar. Este tipo de actividades compartidas no son sólo buenas para la salud, también lo son para fomentar el compañerismo y el trabajo en equipo. Por otra parte, si sois varios los que vais a utilizar instalaciones deportivas siempre podéis pedir una rebaja en la cuota. Y también podéis pedir que la empresa os financie de algún modo la actividad, al menos en una parte, para ellos es importante presentarlo como una forma de aumentar el rendimiento y el equipo.


El trabajo y el deporte no están reñidos


3.- Procura caminar antes o después de la jornada de trabajo. Si te desplazas en transporte público, bájate una o dos paradas antes. Si llevas coche, aparca más lejos para obligarte a andar un poco.


4.- En el transporte público no te sientes y opta por ir de pie, sobre todo en trayectos cortos. Y si puedes usar las escaleras normales en lugar de las mecánicas, mejor aún. 


5.- Levántate y muévete cada cierto tiempo. Si no te ves capaz, búscate una fórmula que te ayude a ello:


  • Ponte una alarma cada 20-30 minutos para ser consciente de que debes levantarte.
  • Lleva un vaso de agua a tu mesa en lugar de una botella para obligarte a levantarte si tienes sed.
  • Si debes comunicarte con un compañero que está cerca, no le envíes un mensaje o le llames por teléfono, acércate a su despacho y conversa en persona con él.
  • Ponte la impresora o la destructora de documentos algo alejada, para tener que levantarte de tu mesa.
  • Levántate para hablar por teléfono, en lugar de hacerlo sentado.
  • Sube y baja por las escaleras si tienes que ir a otro piso. 
  • Utiliza un baño que esté en otra planta, para obligarte a moverte más.


6.- Si comes en el mismo lugar de trabajo, procura salir a dar un pequeño paseo tras la comida. Si comes fuera, busca un restaurante más alejado para tener que caminar más.


7.- Si vas a tomar café a media mañana, no te sientes y hazlo de pie. 


8.- Establece la rutina de que las reuniones menos formales se hagan de pie o paseando. Esto no es sólo beneficioso para el cuerpo, también lo es para la mente, porque se activa cuando se pasea.


9.- Si tienes que ir a ver a un cliente y te es posible, hazlo caminando o en trasporte público. No sólo ahorrarás dinero ( y en ocasiones incluso tiempo), también ganarás en salud.


10.- Aprovecha las esperas para caminar, moverte o permanecer de pie. Si te pasas el día sentado, lo que menos necesitas es seguir sentado en las horas muertas. 


11.- Mantén una buena postura corporal. De esa forma trabajarás zonas conflictivas como la espalda o el abdomen. No olvides tener un reposapiés o al menos algún elemento que te haga tener los pies en alto. 



Trabajando con los pies en alto


12.- Respira adecuadamente. Así oxigenarás tu organismo y trabajarás tu diafragma y tu abdomen.


13.- Aprovecha algunos minutos al cabo del día para mantener el abdomen contraído, así trabajarás tus abdominales.


14.- Evita cruzar las piernas, así no verás mermada la circulación sanguínea. 


15.- Haz estiramientos a lo largo del día. Si estás cara al público, hazlo en momentos en los que no tengas clientes esperando o ve al baño o al pasillo para hacerlos. Céntrate sobre todo en el cuello, los hombres, la espalda, las muñecas y los tobillos.


16.- Si te es posible, hazte con escritorio regulable para poder trabajar con tu ordenador tanto de pie como sentado.


17.- Ten una pelota de Pilates en el despacho y alterna la silla convencional con la pelota. Mantenerte sentado en una pelota hará que trabajes tus piernas, tu abdomen y tu espalda, además de mantener una mejor postura. Pruébalo y me cuentas...


Pelota de Pilates


18.- Cuando llegues a casa al final del día, procura tener actividad física más allá de hacer deporte. Juega con los niños, haz bricolaje, pasea con amigos, dedícale esfuerzo a las tareas domésticas...


Y ahora, discúlpame, que voy a dejar de escribir y voy a levantarme un rato...






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miércoles, 22 de marzo de 2017

Cuándo Rechazar Clientes

¿Rechazarías a un cliente? Casi parece irreverente preguntar algo así, pero es que en ocasiones la respuesta debe ser un sí rotundo.


Siempre se dice que es mejor perder una venta y ganar un cliente, pero hay clientes que no son rentables para tu bolsillo, para tu imagen o para tu autoestima, así que es más conveniente perder tanto la venta como el cliente.


Por eso quiero compartir contigo algunos de los casos en los que la experiencia (o el sentido común), me llevan plantearme rechazar a algunos clientes:


Cuándo rechazar clientes


  • Tienes muchos proyectos en curso y aceptar más supone desatender tanto a los clientes antiguos como a los nuevos. Aunque pueda parecer que acumular proyectos puede ser algo positivo para tu negocio, si comienzas a bajar la calidad y a incumplir plazos porque tus recursos y tiempo son limitados, la imagen de tu empresa (y la tuya) se resentirá.


  • El cliente no quiere pagar lo que cuesta realmente el proyecto. Hay clientes que insisten en rebajar tanto el precio del producto o del servicio, que termina por no ser rentable a todos los niveles: económico, profesional, moral... Aunque es cierto que un descuento a tiempo nos puede garantizar nuevos clientes y pedidos, lo cierto es que hay límites que no deberías permitir que se crucen. 


Clientes que sólo buscan un descuento
La relación cliente-proveedor debe ser ventajosa para ambos, no sólo para el cliente


  • No puedes cumplir los plazos que requiere el cliente. Bien porque tus recursos no son suficientes para asumirlos, bien porque no son realistas. Aunque lo ideal sería negociar una ampliación de los tiempos, si no se puede es mejor decir no antes que incumplir.


  • No estás capacitado para realizar el trabajo que te propone el cliente. En esta caso es mejor perder un cliente, porque responsabilizarte de un proyecto para el que no estás preparado siempre trae problemas. Por una parte, es probable que no cumplas las expectativas de tu cliente. Por otra, puede que al final finalices el trabajo con éxito, pero te habrá supuesto un sobrecoste, un tiempo y un estrés que no te compensan.  


  • Te requiere mucha energía y tiempo. Porque alguien que te exige tanto, acaba apartándote de tus otros clientes y es fácil que termines perdiéndoles. 


  • El proyecto que te propone no encaja contigo o con tu empresa. Valora si te interesan más los posibles ingresos o hacer algo que no te gusta o puede perjudicar a tu equipo o a la imagen de tu negocio. 


  • El cliente tiene una mala reputación. Si las referencias respecto a su solvencia, su ética o su trato son malas, no te conviene, porque más pronto o más tarde te acarreará problemas. En el caso de la solvencia, te encontrarás con impagos o retrasos casi seguro. Si se trata de malas prácticas o mala fama, ya sea en el sector o de cara al público en general, al final terminará afectando a tu propia imagen y a la de tu negocio. Y si hablamos de un historial de mal trato a sus proveedores, te lo pondrá difícil también a ti.


  • No hay una buena comunicación entre vosotros. Cuando el cliente no es capaz de transmitir lo que necesita, es difícil proporcionárselo, así que se corre el riesgo de acabar decepcionándole, aunque sea de forma involuntaria.


  • No se comparten valores, tanto de forma personal como empresarial, porque a la larga chocaréis en algún punto de vuestra relación.


Herramientas de trabajo
Si no se comparten valores, la relación comercial probablemente termine en fracaso


  • No muestra ningún respeto por tu trabajo. Si el cliente no es capaz de apreciar tu labor y de respetarte como profesional y como persona, es mejor que le digas que no de forma rotunda. Cuando no aprecian lo que haces, el precio siempre será demasiado caro para él y nunca cumplirá sus expectativas por mucho que te esfuerces. Y, por otra parte, acabará con tu autoestima y tu paciencia.


  • Viene recomendado. Las recomendaciones son un arma de doble filo. Te proporcionan nuevos clientes de forma sencilla, pero te puedes encontrar con muchas dificultades. Si el recomendado no queda contento (con o sin razón), acabarás perdiendo dos clientes. Por no hablar de que puede que a tu primer cliente le estés ofreciendo precios y condiciones que no quieras o no puedas proporcionarle al que viene recomendado, pero que esperará si han hablado previamente de ello. Habla antes con el recomendador, para informarte acerca de la relación que les une a ambos, su historial, sus expectativas, etc.


  • Te da mala espina. Si tu intuición hace saltar todas tus alarmas ante un cliente, párate y presta atención. El instinto nos ayuda a llegar a conclusiones, a encontrar patrones recurriendo a la experiencia y a la lógica, aunque no seamos capaces de justificarlas de forma racional. Así que hazle caso a tu instinto, sobre todo si no te suele fallar.


¿Rechazas tú a algún cliente? ¿Qué motivos te llevan a hacerlo?




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miércoles, 15 de marzo de 2017

Utiliza Tus Wearables con Seguridad

Aunque la implantación de los wearables está siendo más lenta de lo que parecía en un principio, lo cierto es que los SmartWatches, SmartBands, gafas de realidad aumentada, los auriculares y prendas inteligentes o los monitores cardíacos son ya parte de nuestras vidas.


Comenzaron más orientados al deporte y al ocio, aunque la salud se está revelando como nicho muy potente para los wearables


Y es que son de lo más útil, porque recogen datos acerca nuestra actividad deportiva, de las calorías que consumimos, la comida que ingerimos o de nuestros ciclos de sueño. Y no sólo nos permiten manejar esos datos, también nos permiten compartirlos. Y ahí es donde comienzan los problemas...


A continuación quiero compartir contigo información que te permitirá conocer las vulnerabilidades de los wearables y cómo evitarlas... en la medida de lo posible.  


Utiliza tus wearables con seguridad


Vulnerabilidades


Estos dispositivos no siempre son todo lo seguros que debieran, puesto que al compartir datos vía Bluetooth, es fácil monitorizarlos y rastrearlos, sin necesidad de ser un delincuente informático bien preparado. 


Otro problema puede surgir por la seguridad que ofrezca el proveedor de almacenamiento de contraseñas. No será la primera vez que estos proveedores sufren ataques masivos en los que se roban passwords de los usuarios de forma masiva.


Wearable


Las políticas de privacidad de los proveedores de estos dispositivos y sus aplicaciones son a menudo opacas y deficientes, lo que pone en riesgo la privacidad de los usuarios.  


Hablando de usuarios, también tienen su parte de responsabilidad si los dispositivos son inseguros, puesto que los usan sin cifrado.


Y, por supuesto, de que todo lo que se comparte en las redes sociales es susceptible de ser mal utilizado por otras personas. 


Consecuencias


Los datos de tus wearables pueden traerte todo tipo de consecuencias desagradables. 


Por ejemplo, tus datos pueden ser muy útiles para los delincuentes, puesto que serán capaces de saber dónde estarás, cuándo y durante cuánto tiempo, si eres runner y subes tus itinerarios o te roban la información. De ese modo pueden entrar a robar tranquilamente en tu casa, puesto que sabrán que está vacía o atracarte en medio de tu recorrido.


Incluso pueden acceder a tu información médica y/o física y utilizarla de forma inadecuada. Imagina lo útil que puede ser para las aseguradoras o para un proceso de selección de personal. 


O pueden utilizar tu wearable para acceder a información sensible de los dispositivos con los que lo tengas sincronizado.


Cómo conseguir que sean más seguros


Elige un dispositivo fiable. Procura que sea de marcas conocidas y que tengan un gran número de usuarios. Es más fácil que cuiden la seguridad y que den una buena respuesta si hay algún problema.


Elige siempre wearables que permitan cifrado, si no es así... tú sabrás a qué te quieres exponer. 


Wearable


Infórmate acerca de la tecnología que utiliza y de las medidas de seguridad que ofrece. 


Configura adecuadamente la privacidad en el dispositivo, la app y también en la red social con la que compartas datos. 


Infórmate acerca de cuánto tiempo mantendrán tus datos almacenados y qué harán con ellos.


Utiliza un mecanismo de cifrado que proteja tu privacidad.


Pon una contraseña. No es que sea lo más en seguridad en estos dispositivos, pero algo es algo. 


Decide qué permisos quieres darle a la app que utilices para manejar tu wearable. 


Deshabilita el Bluetooth cuando estés haciendo ejercicio o cuando no sea necesario. Así minimizarás la posibilidad de ataques.  


Siempre que puedas utiliza la conexión física para compartir datos con otros dispositivos. No es lo más cool, pero es más seguro.


Elimina la información que ya hayas descargado, así como cualquiera que esté obsoleta de tu servicio de almacenamiento o de la aplicación. De ese modo habrá menos información disponible en caso de que accedan a tu wearable


Ten precaución a la hora de compartir tus datos en redes sociales, especialmente de forma pública.




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miércoles, 8 de marzo de 2017

25 Frases Inspiradoras Sobre Resiliencia

La resiliencia es imprescindible para afrontar las crisis y los cambios. Nos permite asumir las dificultades sin que nos venzan y aprender de ellas de tal forma que salgamos fortalecidos.


Las personas resilientes aprovechan los problemas para crecer, no para rendirse. Eso no quiere decir que no sufran por las dificultades que les toca vivir, por supuesto, pero son capaces de sobreponerse, enfocándose en la solución y la adaptación a las nuevas circunstancias. Y, ojo, no se nace resiliente, sino que es una capacidad que se puede desarrollar gracias a la voluntad y la experiencia. 


Por eso quiero compartir contigo estas 25 frases sobre resiliencia que merece la pena leer y aplicarse (aplicarme).


25 frases inspiradoras sobre resiliencia



1.- “Una buena mitad del arte de vivir es la resiliencia”.

Alain de Botton




2.- “La vida no se hace más fácil o más indulgente, nosotros nos hacemos más fuertes y resilientes”.

Steve Maraboli




3.- “La resiliencia es aceptar tu nueva realidad, incluso si es menos buena de la que tenías antes”.


Elizabeth Edwards




4.- “La resiliencia se entiende como la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas”.

Edith Grotberg




5.- “La permanencia, perseverancia y persistencia a pesar de todos los obstáculos, desalientos e imposibilidades: es eso lo que distingue las almas fuertes de las débiles”.

Thomas Carlyle




6.- “Cada adversidad, cada fracaso, cada angustia, lleva consigo la semilla de un beneficio igual o mayor”.

Napoleón Hill


Cambio de crisálida a mariposa



7.- “El roble luchó contra el viento y se rompió, el sauce se dobló cuando debió y sobrevivió”.

Robert Jordan




8.- “Debemos aceptar la decepción finita, pero nunca debemos perder la esperanza infinita”.

Martin Luther King




9.- “El coraje es resistencia al miedo, control del miedo, no ausencia de miedo”.

Mark Twain




10.- “No dejes que lo que no puedes hacer interfiera con lo que puedes hacer”.

John Wooden




11.- “Los malos tiempos tienen un valor científico. Son ocasiones que un buen alumno no se perdería”.

Ralph Waldo Emerson




12.- “Cuando todo parezca ir contra ti, recuerda que el avión despega contra el viento, no a favor de él”.

Henry Ford




13.- “Los obstáculos no tienen que detenerte. Si te encuentras con un muro, no te des la vuelta o te rindas. Averigua cómo escalarlo, atravesarlo o rodearlo”.

Michael Jordan




14.- “Lo que no me mata, me hace más fuerte”.

Friedrich Nietzsche




15.- “Los hombres se hacen más fuertes al darse cuenta de que la mano ayudante que necesitan está al final de su propio brazo”.

Sidney J. Phillips




16.- “Ser desafiado en la vida es inevitable, ser derrotado es opcional”.

Roger Crawford




17.- “Para conquistar la frustración, uno debe permanecer totalmente enfocado en los resultados, no en los obstáculos”.

T.F. Hodge


Resiliencia



18.- “Si tienes una actitud positiva y te esfuerzas constantemente para dar lo mejor de ti, con el tiempo vas a superar tus problemas inmediatos y encontrará que estás listo para retos mayores”.

Pat Riley




19.- “Cuando una puerta de la felicidad se cierra, otra se abre; pero a menudo miramos tanto tiempo a la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros”.

Helen Keller




20.- “En tres palabras puedo resumir todo lo que he aprendido acerca de la vida. Continúa hacia adelante”.

Robert Frost




21.- “Un héroe es una persona común y corriente que encuentra la fuerza para resistir y perseverar a pesar de obstáculos abrumadores”.

Christopher Reeve




22.- “La historia ha demostrado que los ganadores más notables generalmente encontraron obstáculos desgarradores antes de triunfar. Ganaron porque se negaron a desanimarse por sus derrotas”.

B. C. Forbes




23.- “Recuerda siempre que eres más grande que tus circunstancias, eres más que cualquier cosa que te pueda ocurrir”.

Anthony Robbins




24.- “No sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es la única opción que te queda”.

Bob Marley




25.- “Cuando escapas eres más propenso a tropezar”.

Casey Robinson




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miércoles, 1 de marzo de 2017

28 Tips para Alquilar un Piso de Forma Segura


¿Estás pensando en alquilar un piso? Si la respuesta es sí, cuidado, porque es una decisión importante, por lo que te conviene tener antes toda la información posible.


Y es que alquilar se ha convertido, al menos en las grandes ciudades, en una misión casi imposible. La demanda es mucha y la oferta poca... y miedosa. Por una parte cada vez más personas deciden alquilar en lugar de comprar la vivienda, en muchos casos por necesidad y en otros porque lo consideran una opción más interesante y cómoda. Y por la otra, los propietarios tienen miedo de poner sus pisos en alquiler por los posibles impagos y destrozos. Incluso aunque ahora hay empresas que gestionan los alquileres de forma segura para el arrendador, muchos todavía no se atreven.


Esta situación ha convertido la búsqueda de un alquiler en una tarea titánica, que cada vez se parece más a un durísimo proceso de selección de personal. Las viviendas aparecen anunciadas ahora y dentro de 2 horas están alquiladas, no se sabe muy bien cómo, lo que crea una sensación de estar participando en una competición realmente insana. Los propietarios o las aseguradoras piden tanta documentación para hacer un estudio de viabilidad del alquiler que el proceso el idéntico al de pedir un crédito al banco... o vender el alma al diablo. Se piden avales o depósitos por el importe de varios meses de alquiler...


Esto ha generado una sensación de urgencia en el futuro inquilino que, con tal de encontrar una vivienda, acepta cualquier condición que se le imponga, con las consecuencias que ello conlleva.  


Por eso quiero darte algunas claves para alquilar un piso con seguridad, así que sigue leyendo, futuro arrendatario...


28 tips para alquilar un piso de forma segura


1.- Tómate tu tiempo a la hora de buscar un alquiler. En tu caso la prisa es tu peor enemigo, porque no te fijarás en los detalles importantes con tal de tener las llaves de tu nueva casa. Ya sé que esto es difícil a veces, pero te evitará muchos problemas a largo plazo. 


2.- Analiza qué zonas te interesan para alquilar tu casa, teniendo en cuenta tus necesidades: transporte, distancia del trabajo, tranquilidad, servicios, amigable para niños, zonas verdes para mascotas, etc. No sólo importa la casa, también la zona.


3.- Investiga en las páginas de alquiler de viviendas el precio medio de la zona que te interesa y las condiciones que se suelen ofrecer y requerir. 


4.- Decide si te interesa más buscar alquiler a través de una agencia o hacerlo tú mismo. La agencia te ofrecerá ventajas como la rapidez, una base de datos amplia, el asesoramiento o la personalización de la búsqueda; aunque en ciertos casos te puedes encontrar con falta de profesionalidad o de honradez, que te pueden poner las cosas muy difíciles. Si la búsqueda la haces tú, te ahorrarás los honorarios de la agencia, irás a tu ritmo y te sentirás más libre a la hora de buscar; pero te llevará más tiempo y es más fácil que te puedan engañar. 


5.- Ten presente los gastos que te conllevará alquilar una vivienda:


  • 1 ó 2 meses de fianza.
  • El mes en curso del alquiler.
  • Aval bancario o depósito por el importe de varios meses de alquiler (suele oscilar entre 4 y 12, según el caso).
  • Aval personal de un tercero (en caso de que no haya solvencia suficiente).
  • Mudanza.
  • Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP)
  • Alta en los suministros (si es vivienda nueva el coste será considerable).
  • Seguros (en algunos casos te exigirán un seguro completo de la vivienda). 
  • Otros gastos (te pueden exigir que te hagas cargo del IBI, de los gastos de Comunidad, etc.).
  • Honorarios de la agencia (si la has contratado).


6.- Si te hacen un estudio de viabilidad, cuenta con que el alquiler no podrá superar un 30% de los ingresos netos que tengas.


7.- Cuando visites la vivienda hazlo tanto de día como de noche, así comprobarás la luz, el ruido, el movimiento de vecinos y otras condiciones importantes. 


8.- Fíjate en el estado general de la casa y en lo que pueda faltar. Especialmente valora las condiciones de la cocina y el baño.


9.- Si un piso te gusta, antes de contratar comprueba que el propietario es realmente quien dice serlo. Para ello sólo tienes que pedir una nota simple de la vivienda.


10.- Antes de que llegue el día de la firma, pide que te envíen un modelo de contrato para poder leerlo cuidadosamente y  añadir o eliminar las cláusulas que consideres. No tienes porqué aceptar condiciones abusivas de ningún tipo.


Firma de contrato


11.- Si tienes dudas acerca del contrato o las condiciones, es mejor que consultes con un abogado. El dinero que pagues por la consulta compensará con creces los posibles problemas. 


12.- Averigua qué gastos correrán de tu cuenta antes de firmar. En algunos casos el propietario te pedirá que pagues el IBI y otros impuestos, los gastos de Comunidad, el seguro de la vivienda, los suministros, las obras de reparación o mejora... decide si el precio del piso compensa esos gastos extras o no.


13.- Si hay algo que no te gusta, procura negociarlo con el propietario antes de firmar. Por ejemplo, si el piso necesita mejoras, podrás conseguir una rebaja a cambio de que te hagas responsable de esas obras.


14.- Haz un inventario de la vivienda junto con el arrendador, lo recomendable es hacerlo juntos y que aparezca en el contrato. También te aconsejo que hagas fotos de la casa antes de entrar a vivir en ella y cuando la entregues.  


Apartamento


15.- Averigua qué cambios o mejoras puedes hacer con y sin permiso del propietario. En todo caso, si tú o alguno de los familiares que viva contigo es discapacitado, podrás hacer las obras necesarias, con el único requisito de comunicarlo al arrendador. 


16.- Pide al propietario algunos días de carencia para hacer la mudanza, así podrás comenzar el alquiler real ya instalado.


17.- Exige que todo lo pactado quede reflejado por escrito. Las palabras se las lleva el viento y no son muy útiles si es necesario llegar a los tribunales.  


18.- Exige firmar el contrato siempre en persona, eso siempre te aportará más seguridad.


19.- Te aconsejo que, aunque las cantidades que tengas que entregar no superen el máximo permitido para operaciones en efectivo, hagas siempre transferencias bancarias. De hecho, lo ideal es que hagas una transferencia por cada concepto: una para el mes en curso, otra para la fianza y otra para el depósito (si es que te lo exigen).


20.- Recuerda que el propietario debe depositar la fianza en el organismo correspondiente de la Comunidad Autónoma en la que esté ubicada la vivienda. Es obligatorio para el arrendador e imprescindible para ti, si es que quieres recuperar la fianza y poder desgravarte el alquiler. Pídele un justificante del depósito de la fianza, para quedarte tranquilo. 


21.- No es muy conocido, pero el inquilino debe de pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales por el derecho que adquiere con el alquiler. Precisamente porque es desconocido, no se suele pagar y la Agencia Tributaria suele hacer la vista gorda con ello. Pero ya sabes eso de que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento... Eso sí, están exentos los inquilinos que son empresas o los que destinan la vivienda a uso profesional.  


22.- La duración del contrato será la que pacten las partes. Si es menor de 3 años, cuando finalice el plazo sin que ninguna de las partes se haya pronunciado en contra, se prorrogará por plazos de 1 año hasta que se llegue a los 3 años como mínimo. El arrendatario puede comunicar que no desea renovarlo con una antelación de al menos 30 días. 


Alquiler


23.- Puedes desistir del contrato cuando hayan pasado al menos 6 meses desde la firma, siempre que se lo comuniques al propietario con al menos 30 días de antelación. Lo habitual es que tengas que indemnizarle con un mes de alquiler por cada año que falte por cumplir del contrato.


24.- Aunque el arrendador suele tener un seguro de vivienda que cubre los desperfectos del continente (la casa en sí), te conviene contratar un seguro para inquilinos que cubre el contenido, es decir, tus cosas. 


25.- Si durante el período de alquiler la vivienda cambia de propietario, el nuevo tendrá que mantenerte las condiciones hasta su finalización.


26.- Si el propietario demuestra que necesita la vivienda para su uso, no habrá prórroga obligatoria, siempre que haya pasado el primer año de contrato y se avise con 2 meses de antelación como mínimo.


27.- El arrendador no puede entrar en la casa sin permiso, aunque tú debes facilitarle la entrada si hay que hacer reparaciones o revisiones. Mi consejo es que cambies la cerradura al entrar, por seguridad.


28.- En caso de que haya desperfectos ocasionados por tu culpa, tendrás que arreglarlos tú. En caso de que sean por desgaste o por otros motivos ajenos a ti, deberá ser el arrendador el que corra con ellos; salvo que lo hayáis pactado de otra forma, claro.  


Y ahora, espero que puedas disfrutar de tu home sweet home...

 


Información de interés:

Ley de Arrendamientos Urbanos


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