miércoles, 31 de octubre de 2018

Cómo Detectar Aplicaciones Falsas con Éxito

¿Te puedo pedir algo? Mira tu smartphone y comprueba cuántas aplicaciones tienes instaladas. Probablemente muchas. Y casi seguro que vas a añadir muchas más a tu colección en el futuro, incluso aunque no las vayas a utilizar nunca; porque con esto de las apps casi rozamos el Diógenes Digital.


Pero descargar aplicaciones a diestro y siniestro no tiene efectos adversos sólo sobre el rendimiento de tu smartphone por acumular apps como si no hubiese un mañana, también se corre el riesgo de que sean falsas. Porque haberlas, haylas, y muchas.


Para ayudarte a detectar aplicaciones falsas, a continuación encontrarás información sobre las consecuencias, cómo reconocerlas y algunos consejos de seguridad básicos. 


Cómo detectar aplicaciones falsas con éxito


Consecuencias de las apps falsas


Descargar aplicaciones de un desarrollador poco fiable le puede abrir de par en par las puertas a tu teléfono y a tu información.


Puede comprometer tu seguridad a todos los niveles, ya que pueden acceder a tus fotos, a tu cámara, al micrófono, a los contactos, a las contraseñas, a tu ubicación, a tus perfiles en redes sociales...


Los fines para los que se pueden utilizar una app falsa son variados y nada beneficiosos para ti al infectar tu dispositivo con un código malicioso: acceder a tu información, insertar publicidad abundante y poco recomendable o cometer diversos actos delictivos.


En caso de que la aplicación falsa sea de pago, además de poner en riesgo tu seguridad, con tu dinero financiarás las actividades ilícitas del falsificador y éste tendrá más recursos para seguir delinquiendo. Por no hablar de que el desarrollador de la aplicación original dejará de cobrar por el trabajo, el conocimiento y el tiempo que ha puesto en juego al crear la app.


Hacker


Cómo detectarlas


Si algo es demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo es, así que desconfía de las aplicaciones que prometen mucho sin pedir nada a cambio. Nadie regala nada, tenlo en cuenta. Incluso si la aplicación el legítima, si es gratuita, el precio eres tú, porque la información que aportas mediante a los permisos que aceptas al descargarla es realmente valiosa.


Descarga siempre las aplicaciones de tiendas o sitios web oficiales. Comprueba que dirección web es segura (https:// e información de seguridad) y que tiene contenidos fiables.


Antes de descargarla, comprueba si hay otras aplicaciones que tienen el mismo nombre o una denominación similar que pueda conducir a error. Analiza todas y quédate con la que te inspire más confianza.


Desconfía de las aplicaciones que te ofrecen a través de correos electrónicos o SMS, sobre todo si no las has solicitados en ningún momento. Estas son las vías preferidas por los falsificadores para engañarte con apps que suplantan a las genuinas de bancos, entidades financieras y tarjetas de crédito, y ya te imaginas para qué quieren que te las descargues: para conseguir tu dinero.


Comprueba el nombre del desarrollador y las otras aplicaciones que haya creado. Buenas señales: si es conocido, si ha desarrollado muchas apps, en caso de que éstas tengan muchas descargas y también si los comentarios son mayoritariamente positivos.


Smartphone


También es conveniente acceder al sitio oficial del desarrollador o sus redes sociales para comprobar si la app es legítima. 


Verifica si la app tiene varias versiones, y sobre todo si la última es reciente. Esto implica que el desarrollador la mantiene actualizada y que ha solucionado problemas de funcionamiento y seguridad que han ido surgiendo con el tiempo.


Fíjate en el número de descargas. Aunque no es una fórmula infalible, lo cierto es que las aplicaciones con muchos miles de descargas posiblemente son genuinas. Pero ten cuidado, porque hay falsificadores que incluyen un número elevado precedido de un más dentro del propio nombre de la aplicación para despistar a los usuarios incautos. Imagina una app que se llama WhatsApp +75.000.000, que puede llevarte a pensar que el nombre y el número son conceptos distintos y que te vas a descargar la herramienta auténtica, que tiene millones de usuarios.


Mira cuál es la calificación (las estrellas) que tiene la app. No te guíes por el número de estrellas únicamente, sino por la relación entre la calificación y el número de personas que han opinado. Si tiene 5 estrellas, pero únicamente han calificado la aplicación 10 personas, el resultado es menos positiva que si tuviese 4 estrellas, pero hubiesen opinado 2.000 usuarios.


Lee los comentarios de los usuarios para ver qué es lo que opinan. Si aparecen numerosas críticas en las que se afirma directamente que es falsa, que no funciona bien o que no hace lo que promete, no te la descargues. Y desconfía también de las apps en las que hay pocas opiniones y éstas son empalagosamente positivas, porque probablemente sean tan falsas como la aplicación. También es conveniente que te fijes en el número de comentarios y de descargas, si algo te chirría, casi seguro que hay gato encerrado.


Trabajando con una tablet


Las descripciones deben ser completas y suficientemente descriptivas, si no lo son puede que la aplicación no sea genuina.


Revisa la redacción y la ortografía de la descripción de la app. Si hay errores gramaticales u ortográficos, estate atento, porque es probable que sea falsa.


Mira la calidad de los logotipos. Si la aplicación es verdadera, los logos tendrán una buena resolución y un diseño cuidado. Si están pixelados o no tienen un mínimo de calidad, desconfía.


Si te ofrecen grandísimos descuentos, regalos, sorteos increíbles u ofertas muy atractivas, no te fíes, con casi toda seguridad la app no es de fiar.


Otra pista que te desvelará que es falsa es que no trabaje correctamente o que no tenga todas las funcionalidades que promete, aunque en ese momento ya será tarde y tu dispositivo ya estará infectado.


Y presta atención al uso excesivo a injustificado del hardware, porque puede que la aplicación esté realizando tareas para el desarrollador que consuma abundantes recursos. 


Móvil


Consejos de seguridad


Antes de descargar una aplicación comprueba los permisos que te pide. Si son excesivos y no tienen nada que ver con la finalidad de la app, te aconsejo que te pienses si te compensa o no su descarga. Por ejemplo, si la aplicación sirve únicamente para subir las fotos de tu boda y compartirlas con tus invitados, es lógico que acceda a tu galería, incluso a tus contactos; pero no hay justificación para acceder a tu micrófono, por ejemplo.


En algunos casos, puedes descargarte la aplicación dándole todos los permisos que te solicita, y luego retirarle los que no consideres oportunos después; aunque hay ciertas apps que no te lo permitirán si las quieres utilizar.


No permitas la descarga de aplicaciones de terceros desde sitios poco confiables. Esto lo puedes hacer desde la configuración de tu smartphone.


Si te encuentras una app falsa, informa de ello y márcala como inapropiada.


Hacker con sudadera y capucha negra


En caso de que sospeches (o tengas la certeza) de que la aplicación no es legítima, tendrás que desinstalarla desde el Gestor de Aplicaciones, aunque no te garantiza nada, porque si ha instalado software malicioso no habrás conseguido librarte de sus consecuencias. Para limpiar del todo tu dispositivo, tendrás que restaurar los valores de fábrica, pero acuérdate antes de hacer una copia de seguridad de la información importante que tengas en él.


Espero que esta información te ayude a mantener alejadas las aplicaciones falsas de tu smartphone.





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miércoles, 24 de octubre de 2018

Consejos para Contratar un Seguro de Salud

¿Estás pensando en contratar un seguro de salud? Es algo que parece fácil, y en cierto modo lo es, puesto que las aseguradoras ponen todos los medios para que lo único que tengas que hacer es firmar. Y hacerlo por impulso puro y duro, sin pararte a pensar si te conviene realmente o no lo que te ofrecen. Para ayudarte a aceptar sus seguros despliegan todo su arsenal: publicidad insistente, precios atractivos, formalización cada vez más sencilla a través de Internet o teléfono.


Pero no nos confundamos, un cosa es la contratación sea sencilla y otra que lo sea la elección de la póliza que más te interesa. De hecho, lo habitual es que las ofertas más machaconas y tentadoras a quienes realmente convienen es a la aseguradora y/o al gestor que nos la quiere vender. Y eso no es nada recomendable para ti, porque lo que está en juego es tu salud.


Para ayudarte a acertar, quiero compartir contigo consejos para escoger el mejor seguro de salud. Te invito a que sigas leyendo antes de firmar ningún contrato.


Consejos para contratar un seguro de salud


La aseguradora


La compañía debe ser solvente, sólida y estar especializada en el sector de la salud. Eso te garantizará una atención adecuada. Si la compañía es pequeña, nueva o se dedica a mayoritariamente a otros sectores, es imposible que pueda ofertarte un buen cuadro médico, unas buenas instalaciones y una buena atención. Eso sí, los precios probablemente serán muy bajos.


Consulta las opiniones de otros usuarios en Internet y entre tus propios familiares y conocidos y si alguno está asegurado con las compañías que estás investigando.


Los comparadores de seguros puedes ser una buena herramienta para hacer una criba inicial, aunque mi consejo es que después investigues por tu cuenta, consultando directamente a la propia compañía y buscando opiniones de otros clientes. 


Puedes consultar acerca de la solidez y fiabilidad de la aseguradora en UNESPA, que es la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras.


Si te es posible, evita los seguros que te ofrecen los bancos, cajas y entidades financieras, porque suelen ser mucho más caros que otros equivalentes contratados por tu cuenta (incluso la misma póliza), y en muchos casos no tienen las coberturas y condiciones que te convienen. 


Médico mirando una radiografía


Qué te ofrece


Analiza cuáles son tus necesidades actuales en materia de salud. Si tienes enfermedades crónicas o graves, si no visitas al médico nada más que cuando tienes una gripe o para hacerte chequeos puntuales, si tienes intención de quedar embarazada, si tienes niños pequeños, etc. Esto te dará una idea de los servicios que vas a necesitar, de la frecuencia con la que los usarás, o de los especialistas a los que tendrás que recurrir de forma habitual.


Valora el cuadro médico y su cualificación. Unos especialistas de prestigio son garantía de una buena atención médico.


Otro punto a tener en cuenta es la calidad y condiciones de las clínicas, hospitales y otras instalaciones en las que vayan a prestarte los servicios médicos.


Ten presente que hay varios tipos de coberturas para que puedas elegir la que más te convenga. Las hay de cuadro médico, reembolso y mixta. La de cuadro médico es la que te permite escoger únicamente entre los especialistas que oferta su directorio. La de reembolso se caracteriza por poder elegir cualquier especialista, aunque como cliente pagarás la factura médica y la compañía aseguradora te reembolsará un porcentaje de la misma, que suele oscilar entre el 80 y el 95%. La mixta combina ambas modalidades.


Las coberturas habituales incluyen la medicina general, enfermería, urgencias, especialistas, diagnóstico, tratamientos, hospitalización, medicina preventiva o chequeos. Comprueba si las incluye al póliza que te ofrecen.


También es conveniente tener en cuenta los servicios complementarios que ofrece la compañía como atención 24 horas y domiciliaria, urgencias, ambulancia, 2ª opinión médica, videoconsultas, nutrición, podología, odontología, reproducción asistida, preparación al parto, gestor personal, etc.
Infórmate sobre la cobertura geográfica del seguro, es decir, si presta sus servicios en tu Comunidad autónoma, a nivel nacional o incluso internacional.


Cuidado con los seguros que ofrecen también la cobertura en odontología, porque en ciertos casos lo presentan como un servicio añadido, cuando no cubre el total de muchos de los tratamientos, lo que implica que el cliente tiene que pagar un porcentaje de los mismo. Y también hay que comprobar si los materiales y los procedimientos que van a emplear tienen la calidad apropiada, porque hay ciertas compañías que imponen a los odontólogos y protésicos un recorte de gastos en los tratamientos que prestan a sus asegurados.


Valora también el trato y la atención al cliente. Es algo realmente importante, que no solemos tener en cuenta hasta que falla. 


Médicos


El precio


Pide ofertas en varias aseguradoras y luego compara sus precios, condiciones y servicios.
No pierdas de vista la máxima de que "lo barato sale caro", porque también se aplica en el caso de los seguros de salud. Puede haber diferencias entre lo que ofrecen las compañías, si alguna oferta precios irrisorios por sus servicios, probablemente te convenga investigar un poco más su solvencia, sus coberturas, servicios, cuadro médico e instalaciones.


Estudia la oferta cuidadosamente, porque en ciertos casos el precio inicial se aplica el primer año, subiendo de manera apreciable los siguientes. Ten presente que un seguro de salud debería ser un producto contratado para el largo plazo por los derechos que se adquieren y la relación de confianza que debe establecerse por ambas parte, así que este tipo de condiciones de "pan para hoy y hambre para mañana" no te interesan


En algunos casos, las aseguradoras ofrecen precios bajos en sus primas, pero cobran un copago por las consultas médicas y los servicios recibidos por parte del cliente. El copago será interesante para ti si apenas visitas al médico, pero si necesitas asistencia médica y pruebas diagnósticas con frecuencia, lo mejor será pagar una prima algo más alta y no tener que pagar una cantidad por servicio, aunque ésta no sea muy elevada. Si tu cuota es de 30 euros mensuales, pero acudes al médico o te haces pruebas diagnósticas una media de 12 veces al mes pagando una cuota de 2 euros por visita, terminarás pagando 54 euros, por lo que quizás te sea más rentable contratar un seguro con una cuota de 45 euros sin copagos.


Hay pólizas que tienen mejores precios como las familiares o las que se ofrecen al personal de un centro de trabajo, valora si te interesan estas modalidades según tus necesidades.


Valora si te interesa más pagar las cuotas de forma mensual, trimestral o anual en lugar de mes a mes. Hay muchas compañías que ofrecen mejores precios si se abonan de forma trimestral o anual. 


Algo a tener en cuenta es que hay compañías que penalizan a los clientes que hacen un uso muy frecuente de sus servicios.


Tu cuota variará en función de tu edad, tu género, tu estado físico e incluso de la localidad en la que vivas. Por ejemplo, si eres mujer y estás en edad fértil, tu recibo será mayor que en el caso de un hombre dentro del mismo rango de edad. Uno de los motivos: tienes posibilidades de quedar embarazada, con las necesidades médicas que ello conlleva.  


Médico tomando notas


Rechazo y exclusiones


La mayor parte de compañías tienen exclusiones en sus pólizas. Esto quiere decir que pueden no asegurarte o restringir determinados tratamientos o atención en caso de que sí te acepten como cliente. Suelen tener que ver con la edad, enfermedades complejas o raras, lesiones derivadas de la práctica deportiva profesional, pacientes con daños por terrorismo o en caso de guerra, etc.


También conviene saber que la aseguradora puede rechazarte como cliente o incluso subirte la cuota si lo considera oportuno.


Hay algunas compañías que no aceptan a clientes con una edad avanzada, por lo que hay que informarse al respecto. Si es tu caso o el de algún familiar, no te preocupes, porque también hay aseguradoras que están especializadas en tercera edad.


Las condiciones


Averigua cuáles son las condiciones generales y particulares de la póliza que te ofrecen antes de firmar. Esto incluye las coberturas, exclusiones, condiciones de uso de la atención médica y el resto de servicios, los requisitos de cancelación y sus plazos, etc.


La duración habitual de un seguro de salud es de 12 meses.  


En el caso de la cancelación, es importante que lo hagas en forma y plazo, porque si no lo haces puedes encontrarte con una cancelación automática de tu seguro.


El plazo de cancelación, según la Ley de Contrato de Seguros debe comunicarse a la aseguradora con una antelación mínimo de 2 meses a la fecha de vencimiento de la póliza. En cualquier caso, consulta las condiciones de tu seguro para comprobar que el plazo no es todavía mayor y no te lleves ninguna sorpresa desagradable si quieres rescindirlo.  


Contrato


Las carencias


Es importante que tengas en cuenta que las aseguradoras suelen tener períodos de carencia para determinadas enfermedades o circunstancias. Un ejemplo, puede que tengas una carencia de varios meses hasta que tu póliza cubra la hospitalización. Otro, es probable que no te cubra el embarazo hasta 8-10 meses después del alta de la póliza. Compruébalo antes de contratar si prevés que vas a tener estas necesidades en un futuro cercano.


Y más...


Sé sincero a la hora de responder el cuestionario que te presentarán a la hora de contratar tu seguro. Debes informar acerca de todas las enfermedades preexistentes y de todas las circunstancias que tengan que ver con tu salud. Si no lo haces, pueden penalizarte, no prestarte determinados servicios o incluso rescindir la póliza en caso de que se se pruebe el engaño.


Estudia todas las prestaciones que te ofrece tu seguro para aprovecharlos al máximo. Muchos clientes los desaprovechan por no leer cuidadosamente su póliza.


En caso de que cambies de compañía, ten en cuenta que perderás todos los derechos adquiridos, que no se traspasan a la nueva aseguradora.


Espero que estos consejos te ayuden a elegir el mejor seguro de salud para ti y tu familia. 






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miércoles, 17 de octubre de 2018

Consejos para Ser Más Eficiente Si Trabajas desde Casa

Trabajar desde casa es algo cada día más frecuente. Las razones: hay empresas que facilitan el teletrabajo a sus empleados o que recurren a freelances para realizar determinadas tareas, y autónomos y emprendedores que llevan a cabo su actividad en su propio domicilio.


Para los empleados que llevan a cabo su labor en las instalaciones de una empresa el hecho de trabajar desde casa es un chollo. Piensan que es sinónimo de levantarse tarde, de pasarse el día en pijama, de poder disfrutar de mucho tiempo libre y de trabajar pocas horas. Y nada más lejos de la realidad. El teletrabajo tiene muchas cosas buenas, pero también muchas bastante negativas. Entre otras dedicarle muchas más horas a la actividad que si se estuviese en una oficina o no desconectar nunca del trabajo. Y otra de esas pegas es también la de ser poco eficiente, a pesar de pasar muchas horas trabajando.


Para conseguir ser más eficiente si trabajas desde casa, a continuación te doy algunos consejos que puedas aplicar fácilmente a tu día a día.


Consejos para ser más eficiente si trabajas desde casa


Como entrar en "modo trabajo"


Ponte el despertador a la misma hora todos los días laborables. Así te será más fácil organizar tu agenda y ponerte en modo trabajo.


Aunque estés en casa, procura ducharte y arreglarte para estar presentable. De ese modo te motivarás para comenzar a trabajar más que si lo haces estando en pijama.


Utiliza alguna rutina para que te funcione como ancla a la hora de iniciar tu día de trabajo. Puede ser ir a rellenar tu botella de agua y dejarla sobre la mesa, limpiar tus gafas, poner tu libreta de notas al lado de tu ordenador... lo que sea que te haga ponerte en on profesional. 


Cuídate


Respeta los días y horas de descanso. Ya sé que es difícil (lo sé por experiencia), pero es importante para que luego puedas rendir al máximo cuando estés trabajando.


Date un respiro de vez en cuando. Aprovecha para levantarte de tu mesa y tomar un café o realizar otra actividad totalmente distinta. De esa forma te despejarás y luego volverás con fuerzas renovadas.


Haz ejercicio. Tu mente y tu cuerpo te lo van a agradecer. Dedícate a la actividad física que más te guste, pero muévete un poco todos los días. Puedes hacer algún deporte varios días en semana y el resto caminar en lugar de tomar el transporte público, utilizar las escaleras en lugar del ascensor y otras medidas similares (y que todos conocemos).


Mantente hidratado. La falta de hidratación te impedirá pensar con claridad y hará que te sientas más cansado. Lo ideal: tener una botella de agua cerca e ir bebiendo pequeños sorbos a lo largo de la jornada.


Cuestión de organización


Márcate una jornada laboral y síguela en la medida de lo posible. Si tu empresa te permite trabajar en remoto, tendrás que adaptarte al horario establecido en tu contrato, por no hablar de que es posible que te hayan instalado un software de monitorización para controlar si lo cumples o no. Pero si no te han puesto horario a pesar de trabajar contratado en régimen general, eres freelance o eres emprendedor, el hecho de tener un horario evitará que te disperses demasiado. Y también te será útil si tienes problemas para desconectar del trabajo... si lo sigues escrupulosamente, claro.


Hombre trabajando en la mesa de su despacho


Para organizar tu jornada laboral, analiza cuáles son tus momentos más productivos. Hay quien es más eficiente a primerísima hora de la mañana y hay quien lo es a mediodía o a media tarde. Valora cuáles son esos momentos en tu caso y organiza tu agenda para exprimirlos al máximo.


una zona dedicada exclusivamente al trabajo, separada de la zona de ocio y de descanso. Si no es posible por la distribución o el tamaño de tu casa, emplea elementos que sirvan de separación: biombos, cortinas, mobiliario que delimite el espacio de trabajo.


Conciencia a tu pareja, tus hijos o tus compañeros de piso de que deben respetar tu jornada laboral en casa, como si estuvieses en un despacho o una oficina ajenos. Este respeto debe incluir el silencio (especialmente cuando hables por teléfono o videoconferencia) y el propio espacio (que debe mantenerse en orden y sin dedicarlo a otras actividades domésticas).


Si en algún momento en casa no puedes trabajar, porque haya mucho ruido o actividades que te distraigan, toma tu portátil y vete fuera. Ahora tienes cafeterías, bares, bibliotecas y espacios culturales en los que se puede trabajar tranquilamente, y en los que tienes WiFi, enchufes para cargar tus dispositivos y buena música para inspirarte. Ni lo dudes.


Mujer trabajando en un espacio público


Utiliza dispositivos y herramientas adecuadas para realizar tu trabajo. Si tu conexión es extremadamente lenta o tu ordenador está obsoleto y te da problemas, por ejemplo, el desempeño de tu actividad se verá afectado y por tanto tu productividad.


Cuida la ergonomía de tu zona de trabajo, puesto que vas a pasar muchas horas en ella. Cuida tu silla, la altura de la mesa, la distancia a la que tienes tus pantallas, la iluminación, etc.


Ten siempre a mano una libreta para tomar notas. Aunque hay estupendas aplicaciones y programas, no hay nada como escribir con papel y bolígrafo para que las ideas fluyan y se fijen mejor.


Márcate objetivos a corto, a medio y a largo plazo. Es imprescindible que los establezcas para que puedas cumplirlos. De esa forma podrás definir tus estrategias, organizar tu tiempo y asignar los recursos y energía necesarios para lograrlos.


Organiza tus tareas diarias para que seas lo más productivo posible.  No está de más tener una checklist para ir verificando lo que vayas terminando o solucionando.


Sé realista en cuanto a lo que puedas abarcar en una jornada laboral. Márcate objetivos que puedas alcanzar, porque en caso contrario te frustrarás y te desanimarás.


Programa tu día, pero sé flexible, porque los imprevistos y los cambios de agenda suceden. 


Agenda y ordenador


Emplea algún método para enfocarte en tus tareas al máximo, sin olvidarte de los descansos imprescindibles para un mejor rendimiento. Seguro que conoces la técnica del pomodoro, que consiste en trabajar sin distracciones durante 25 minutos y luego descansar 5, y cuando se completan 4 pomodoros, permitirse un descanso más largo de 15 minutos. Aunque hay diferentes variantes: trabajar 45 minutos y descansar 10, enfocarse durante 50 minutos y desconectar 20... te animo a que encuentres la relación trabajo/descanso más apropiada para ti.


Agrupa las tareas similares para hacerlas de forma simultánea. Por ejemplo, si estás preparando facturas para tus clientes, hazlas todas al mismo tiempo, en lugar de hacer una ahora, otra dentro de un par de horas, otra al final de la jornada... También puedes aplicar a la hora de responder correos electrónicos no urgentes o de programar contenidos para tus redes sociales.


Haz las tareas más tediosas o complicadas al comienzo del día (o en tus momentos más productivos). Estarás más fresco y despejado y te costará menos acometerlas que si las dejas para el final de la jornada.


Si a lo largo del día te surgen tareas que puedas realizar en pocos minutos, hazlo en el momento y no las dejes para después. Así no engrosarás tu lista de tareas pendientes y tendrás la sensación de ir solucionado asuntos.


Unifica las tareas que tengas que hacer fuera. Lo ideal es que las agrupes a primera hora de la mañana, a la hora de comer o a última hora de la tarde, según de lo que se trate. Si tienes que ir al banco, a la delegación de Hacienda, al médico y a comprar suministros para tu despacho, organiza las visitas, el recorrido y el horario para que la salida sea lo más eficiente posible. Incluso si te viene bien, porque está cerca, puedes aprovechar para visitar a algún cliente o proveedor, de esa forma el que estés fuera de casa no será una pérdida de tiempo, sino una mañana o una tarde de lo más productiva.


Procura que los procesos de trabajo estén estandarizados. Así conseguirás ser más eficiente, si trabajas de forma individual. Y si trabajas en equipo, el hecho de tener un método de trabajo mejorará el rendimiento de todos y evitará errores y malos entendidos.  


Mientras estés trabajando reduce al máximo las distracciones como los mensajes de WhatsApp (que no tengan que ver con el trabajo), las redes sociales personales, las llamadas no profesionales, etc.


Trabajando en el ordenador y atendiendo el móvil al mismo tiempo


En períodos en los que tengas poco trabajo aprovecha el tiempo para realizar labores de actualización o mantenimiento de tu archivo o tus bases de datos, o incluso dedícalo a buscar ideas para nuevos proyectos o líneas de negocio. También puedes realizar algún curso que pueda serte útil más adelante o dedicarte a proyectos personales.


Deja unos minutos al final de la jornada para cerrar todo y planificar el día siguiente.  


Fuera de tu despacho


Procura que las reuniones de seguimiento presenciales con tus clientes y colaboradores sean lo más eficientes posible. Evita las que sean una pérdida de tiempo previsible y cámbialas por una videoconferencia. Prepáralas de forma meticulosa y, si las convocas tú, marca una hora de comienzo y una de finalización y esfuérzate para que se cumplan ambas.


Haz networking. Apúntate a conferencias, congresos o charlas relacionadas con tu actividad. Visita ferias que te interesen en las que puedas contactar con clientes o proveedores. Queda con clientes y proveedores para visitarles de vez en cuando, en lugar de tener contacto únicamente a través del teléfono o de Internet. Y no dejes de lado el networking a través de las redes sociales, haciendo nuevos contactos y manteniendo los que ya tienes.  


Networking


No desatiendas tu vida social. Haz un hueco para tomar un café con un colega, para comer con tu hermano o para ir de compras con tu mejor amiga.


Espero que estos consejos te ayuden a ser más productivo y te faciliten la tarea de trabajar desde casa.





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miércoles, 3 de octubre de 2018

Trucos que Realmente Ayudan a Ahorrar Electricidad

La factura de la luz es una de las que más disgustos nos da más disgustos cuando llega a nuestro buzón. Cada vez es más elevada. Unas veces se justifica porque no ha llovido lo suficiente... o porque ha caído mucha agua, algunas porque el viento ha soplado fuerte... o porque no lo ha hecho, a veces se justifica porque ha hecho mucho calor... o porque ha hecho mucho frío; las excusas son tan variadas como incomprensibles para el consumidor. Y luego están los responsables: las empresas que producen y que distribuyen la electricidad le echan la culpa de lo abultado de la factura al gobierno de turno por los impuestos, mientras que el gobierno que toca en ese momento acusa a las eléctricas.


El caso es que los que pagamos de electricidad supone un buen pellizco a nuestra economía. 


Pero el caso es que nosotros, los consumidores, también tenemos cierta responsabilidad en lo que pagamos por la electricidad, porque tenemos cierta propensión a desperdiciarla. Quizás sea porque hemos terminado confundiendo el estado del bienestar por el estado del malgastar. Y eso que economizar electricidad tiene más ventajas que mejorar la economía familiar, como contribuir a reducir la emisión de CO2 y a disminuir el impacto medioambiental de la generación y distribución de energía.


Así que ya que es imposible librarse del abuso de los precios de las eléctricas y de los impuestos sobre la energía con los que nos asfixian, al menos podrás ahorrar electricidad con estos trucos.


Trucos que realmente ayudan a ahorrar electricidad


La contratación


Antes de contratar tu suministro eléctrico, consulta tarifas y ofertas y compáralas.


Contrata la potencia que realmente vayas a necesitar. Tienes un rango muy amplio que va del mínimo de 1,5 kW a los más de 10 kW. Para calcular la potencia que necesitas apunta lo que gastan los electrodomésticos y aparatos que tienes conectados de forma habitual (frigorífico, congelador iluminación, etc.) y los que es posible que utilices de forma simultánea con ellos (ordenador, televisión, lavadora, lavavajillas, secador, plancha del pelo...), y a es cantidad añádele un 10% de consumo extra por si acaso. Si contratas una cantidad más baja de la que necesitas, tendrás que preocuparte de no conectar demasiados aparatos a la vez.


Si tus horarios te lo permiten, elige las tarifas con discriminación horaria (DH). Esto implica que pagarás menos electricidad en las tarifas valle (de las 22 h. a las 12 h. en invierno y de las 23 h. a las 13 h. en verano) y más en el resto. Valora si podrás aprovechar esta reducción del precio de la energía en tu caso particular. Si tienes que preparar comidas, poner lavadoras y planchar a mediodía, además de bañar a los niños por la tarde, puede que no te compense, puesto que tu mayor consumo se dará fuera de las horas valle. Y recuerda que todos los meses vas a pagar un cantidad fija en todos los recibos que variará en función de la potencia contratada.


Si no te interesa las tarifas que tienes contratada, recuerda que cambiar de compañía no tiene ningún coste, que es un trámite sencillo y que no te quedarás sin suministro en ningún momento. Así que no sigas con precios que no te convienen.


Evita el consumo silencioso


Apaga los aparatos y electrodomésticos que tienen la opción de stand by, porque constituye una forma de gasto silencioso, que puede llegar al 10% del total de lo que consumes en electricidad. Si es posible, apaga completamente esos aparatos mientras no los utilizas.


Enchufe


La iluminación


Enciende la iluminación únicamente cuando la necesites. Al fin y al cabo, si no estás en la habitación, lo único que iluminan esas luces encendidas es a los beneficios de los accionistas de las eléctricas. Los mejores trucos para esto: utilizar el interruptor a discreción y/ o poner detectores de presencia.


Igual has oído eso de que los fluorescentes gastan más por encenderlos que manteniéndolos prendidos... pues no es cierto. Porque la energía que se requiere para el encendido es menor que la de muchos minutos iluminando una estancia vacía. Otra cosas es que se reduzca en cierta medida su vida útil, que sí se reduce, pero ni aún así compensa dejarlos encendidos constantemente. Así que apaga los fluorescentes cuando no sean necesarios.


Fluorescente


Utiliza bombillas y elementos de iluminación lo más eficientes posible. Son más caros a la hora de adquirirlos, pero el ahorro en electricidad lo compensa con creces. Ya sabes que ya no se fabrican lámparas de incandescencia y que las más eficiente son las luces LED.


Ten diferentes puntos de iluminación en las habitaciones en las que pases más tiempo. Así podrás encender unos u otros según lo necesites. Por ejemplo, si estás viendo la televisión en tu salón, no necesitarás tener todas las lámparas encendidas, con un punto de luz indirecto será suficiente.


Siempre que te sea posible, aprovecha la luz natural. Es más saludable para ti, y más barato para tu bolsillo.


Radiadores y aire acondicionado


No calientes ni enfríes la casa si no estás en ella. Apaga la calefacción o el aire acondicionado aproximadamente 1 h. antes de salir de casa. Y si tienes programadores, enciéndelos entre 30 y 60 minutos antes de llegar a casa.


Mantén la temperatura ambiente adecuada tanto en invierno como en verano. En general debería rondar los 20ºC. En invierno lo ideal es que esté entre 19 y 21ºC si se está en reposo y entre 15-18ºC cuando se está realizando algún tipo de actividad. En verano lo ideal es conseguir una climatización entre los 24 y los 26ºC, y no bajar nunca de los 22ºC.


Termostato


Evita por todos los medios poner la calefacción o el aire acondicionado tan fuertes que tengas que abrir la ventanas o ponerte una chaqueta. Es una forma de poner en riesgo de salud y de perder dinero sin necesidad.


Ten en cuenta que cuando pones el aire acondicionado o la calefacción, lo que aparece en el display es la temperatura que se persigue alcanzar con el aparato, no los grados a los que sale el aire frío o caliente o lo que se calienta el agua del radiador. Es decir, si quieres conseguir una temperatura de 22ºC en tu salón, el aire saldrá del split a 14-16ºC. Y si regulas la temperatura a 16ªC, también saldrá del split (el aparato que está en el interior de tu casa) de tu aire acondicionado a 14-16ºC. Y si la regulas a 12ºC... también saldrá a 14-16ºC. La única diferencia estriba en cuándo corta la salida de aire frío una vez que se consigue la temperatura ambiente.


Recuerda que cada grado centígrado que subas o bajes incrementará el consumo eléctrico hasta un 7%.


No tapes los radiadores y permite que el calor circule libremente, de esa forma no desperdiciarás energía.


Radiador


Si tu gasto en calefacción eléctrica es muy alto, puedes poner pantallas reflectoras tras el radiador para incrementar su eficacia. Incluso puedes emplear para ese fin unas hojas de papel de aluminio.


Pon burletes en las ventanas y puertas exteriores por las que pueda colarse el frío o el calor.


Si puedes, cambia las ventanas y puertas que no cierren bien por otras que aíslen bien tu hogar, es una inversión que te permitirá ahorrar electricidad. 


En verano, ventila a primera hora de la mañana o durante la noche. Durante el día, baja las persianas y toldos y cierra las ventanas y puertas.


Los toldos son una buena inversión, sobre todo si los pones en las ventanas o puertas que están más expuestas al sol durante el verano.


Las cortinas y visillos claros son excelentes en verano, porque reflejan el calor y el sol hacia el exterior. 


En invierno, ventila 5-10 minutos por la mañana y cierra bien las ventanas después. Si es posible, espera a ventilar a mediodía, cuando la temperatura exterior sea un poco más cálida. Abre las cortinas y deja sólo los visillos durante el día para absorber todo el calor solar que puedas. Y si hace mucho frío, baja las persianas durante la noche para conservar el calor que haya generado la calefacción.


Las cortinas oscuras son perfectas para el invierno, porque absorben el sol y el calor. Y si son gruesas, mucho mejor, porque asilarán mejor las estancias.


En invierno viste tus suelos con alfombras para mantener mejor el calor en casa y hacerla más confortable sin necesidad de subir el termostato. 


Los electrodomésticos


Elige electrodomésticos eficientes. Ya sabes que tienen una clasificación energética, que está identificada por letras, siento la A la que es más eficiente y la G la que menos. Son más caros, pero enseguida notarás el ahorro en tu factura eléctrica. 


Escoge la cocina más eficiente. Las más recomendables son las de inducción y las de gas. Las siguientes en eficiencia serían las vitrocerámicas. Y las menos recomendables serían las de resistencia.


Mujer cocinando en una cocina de gas


Las ollas y sartenes deben tener un fondo grueso y sin abolladuras, para que el calor se reparta bien y se mantenga más tiempo.


Usa recipientes apropiados para la placa que tengas en tu cocina y para la cantidad de alimento que vas a preparar. Si vas a hacer poca comida, utiliza una cazuela o sartén pequeña, de esa forma no desperdiciarás electricidad.


Emplea ollas o sartenes con diámetros apropiados para el tamaño del fuego. Si usas un recipiente muy pequeño en un fuego muy grande, el calor se escapará por la zona que no está ocupada... y con el calor también se irá el dinero de tu cuenta corriente.


A la hora de cocinar, procura tapar las ollas y cazuelas, de esa forma necesitarás menos tiempo y menos calor para que los alimentos estén listos.


Si puedes, apuesta por las ollas superrápidas, porque ahorrarás tiempo y energía al cocinar.


Aprovecha el calor residual de tu cocina para terminar de hacer los alimentos. Apaga el fuego unos minutos antes de que finalice su cocción y deja que se termine de hacer con la temperatura de la placa y del propio recipiente. Esto no lo podrás aprovechar del todo en las de inducción, puesto que lo que se calienta en el recipiente, no la placa, pero sí podrás usar la temperatura del recipiente para darle el punto final de cocción a tu comida.


Cuando utilices el horno, puedes aprovechar para preparar más de un plato a la vez, de ese modo con la misma energía y tiempo que requiere una sola comida, podrás hacer dos o más.


No abras la puerta del horno durante la cocción si no es estrictamente necesario, porque el calor se escapará y desperdiciarás electricidad.


Si tienes microondas, no lo uses únicamente para calentar y descongelar. Puedes usarlo en lugar del horno convencional para preparar muchos platos y, aunque consume bastante, al hacerlo en muy poco tiempo se economiza en gasto eléctrico.  


Microondas


En el microondas puedes cocinar varios platos a la vez. Para ello puedes utilizar las rejillas que suelen incluir la mayoría de los modelos o poner vasos o cuencos del revés, apoyando los platos y recipientes en ellos a diferentes alturas.


A la hora de hervir agua, y si no tienes placa de inducción, puedes ahorrar energía usando un hervidor eléctrico. Aunque tiene un consumo elevado, lo cierto es que es muy rápido y al final ahorrarás energía. 


Elige un frigorífico adecuado para las necesidades de tu familia. Ten siempre su interior ordenado y procura que esté lleno, porque si está vacío gastará más, puesto que hace falta más energía para enfriar el aire de su interior que para enfriar los alimentos. De hecho, si tu frigorífico está vacío, es mejor ponerle dentro recipientes con agua, que dejarlo tal cual.


La nevera debe estar alejada de fuentes de calor, como el radiador, la cocina, el horno o ventanas o puertas por las que entre el sol y el calor. También es conveniente que tenga espacio suficiente para que el aire circule y no se sobrecaliente.


Descongela los alimentos en la nevera, porque es la forma más saludable de hacerlo y porque es también una manera de que el frío de la comida congelada se quede dentro de la nevera y gaste menos. 


No dejes la puerta abierta de tu frigorífico de forma indiscriminada. Ábrela únicamente cuando vayas a meter o sacar algo, porque el frío se escapa por esa puerta, lo mismo que tu dinero. Y puedes poner en riesgo la conservación de los alimentos que haya en su interior, por las variaciones de temperatura o por la posible entrada de algún insecto que haga de las suyas en tu comida. 


Mujer comiendo delante de la nevera con la puerta abierta
 

Y no olvides limpiar los tubos traseros de la nevera para que funcione correctamente.


A la hora de poner el lavavajillas, procura que esté lleno, para aprovechar al máximo la energía y el agua. Y al ahora de elegir el programa, opta por los ECO o los más cortos.


Limpia los filtros de tu lavavajillas de vez en cuando, así la máquina se se verá forzada y gastará menos. 


En el caso de la lavadora, intenta que esté siempre llena a la hora de utilizarla. Lo ideal es lavar en frío y evitar los programas con temperaturas muy altas (60-90ºC). Usa la cantidad adecuada de detergente y suavizante, porque si te excedes tu ropa se estropeará y la máquina funcionará peor y gastará más. Si tiene programas ECO o cortos, utilízalos. Y dile adiós a los prelavados. La ropa ya no se ensucia tanto y no necesita lavados tan enérgicos a diario.


Programando la lavadora


Limpia tu lavadora de vez en cuando. La mantendrás en buen estado y será más eficiente. Y no te olvides de limpiar el filtro de forma periódica.


Si te es posible, evita utilizar la secadora y tiende tu ropa al aire libre. No sólo te durará más, también ahorrarás mucha electricidad.


A la hora de planchar, te recomiendo que te encargues al principio y al final de las prendas que necesiten menos temperatura y de lo que requiera más calor a mitad del planchado. Una vez que hayas terminado con las prendas que necesitan más temperatura, baja o apaga directamente la plancha para terminar con las más delicadas. Verás cómo ahorrar electricidad. 


Si tienes termo eléctrico, apágalo mientras no lo uses. Si tu modelo tiene programador, úsalo; si no lo tiene, usa un temporizador externo.


Espero que estos trucos te ayuden a ahorrarte unos cuantos euros en tu factura de electricidad.





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La primera vez que apareció el post Trucos que Realmente Ayudan a Ahorrar Electricidad fue en el blog de Todos Somos Clientes.


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