Todos hemos firmado algún contrato alguna vez: compraventa, laborales... Y, cuando nos lo han puesto delante: ¿hemos leído siempre el contrato de forma exhaustiva antes de firmar o lo hemos dejado por vergüenza o por pereza? ¿hemos comenzado a leer el contrato la otra parte nos ha dicho que "total, es lo habitual, no te molestes el leerlo"?
Es tan pesado leer esa jerga legal con esa letra tan pequeña y nos da apuro tener al comercial, al notario o al representante del banco esperando...
Y, pasado el tiempo: ¿nos hemos sentido engañados al tener que hacer valer nuestros derechos y hemos comprobado que no podíamos al leer, entonces sí, cuidadosamente el contrato? ¿hemos tenido que abonar importes añadidos con los que no contábamos? ¿hemos comprobado que algún servicio postventa que dábamos por hecho que era gratuito tiene un coste altísimo e inesperado?
Es de vital importancia que leamos cuidadosamente el contrato que nos presentan a la firma y, si no nos queda claro alguno de sus puntos, consultar a una persona autorizada en la materia. Si el proveedor se niega a darte tiempo para que leas el contrato o a aplazar el cierre para que consultes, mi consejo es no firmar.
Mi frase del día: "Leer dos veces, firmar una y no arrepentirse ninguna".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Estamos encantados de que nos dejes tus aportaciones, porque tu opinión es importante para nosotros. Sólo te pedimos que, por favor, no publiques links ni contenidos publicitarios de ningún tipo, porque estos no serán publicados. Si deseas anunciarte, contacta con nosotros previamente. Gracias.