miércoles, 27 de febrero de 2019

Cómo Emitir una Factura

¿Eres un emprendedor novato o acabas de empezar a trabajar como autónomo? Si es así, seguro que estás deseando comenzar a facturar para que comiences a generar ingresos y no sólo gastos. Pero... ¿sabes cómo emitir una factura a tus clientes?


Porque, efectivamente, es obligatorio que si eres autónomo o tienes una sociedad, ya sea grande o muy muy pequeña, tienes que facturar. Si no sabes cómo hacerlo, no hay problema, a continuación encontrarás los requisitos y pasos básicos para generar una factura.


Vamos a ello...


Cómo emitir una factura


Contenidos obligatorios de la factura


Información del emisor de la factura


Como mínimo deben aparecer los datos siguientes:


  • La identificación de quien emite la factura. Si se trata de un autónomo o profesional, tendrán que figurar el nombre y los apellidos. En caso de que el emisor sea una sociedad, tendrá que aparecer el nombre o razón social completo.

  • El NIF o CIF.

  • El domicilio fiscal.


Si quieres, puedes añadir otros datos identificativos como teléfonos, direcciones de correo electrónico, etc. 


Información del receptor de la factura


Deben incluirse los mismos datos que en el caso del emisor.


Número de factura


Las facturas deben ir numeradas. Este número debe asignarse de forma correlativa a cada documento y deben seguir un mismo criterio durante todo el ejercicio fiscal. Si tienes varias líneas de negocio distintas, puedes asignar a cada una un tipo de numeración, pero debes utilizar la misma en cada línea de negocio y siempre de forma correlativa.


Fecha


Se debe consignar de forma obligatoria la fecha en la que se emita la factura.


En caso de que la fecha de la operación sea distinta de la de la emisión de la factura hay que indicarla en el documento. 


Concepto


Cada factura debe incluir la descripción del producto o el servicio por el que se emite. Procura que sea lo más concreta y veraz posible por varios motivos: porque el cliente tiene derecho a saber por qué está pagando exactamente, porque a ti te servirá para llevar un control más exhaustivo de tu negocio... y porque en caso de una inspección de Hacienda (ojalá que no te suceda nunca) es recomendable que no haya ninguna duda (razonable o no) sobre todas y cada una de las facturas que has emitido.


Base imponible


Es el total que suman los conceptos de la factura antes de aplicarle impuestos y después de aplicar descuentos y bonificaciones.


Facturas y material de oficina


IVA (si se aplica)


En la mayor parte de los casos tendrás que aplicar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) sobre la base imponible. Debes indicar el tipo impositivo o en su defecto la expresión "IVA incluido".


El tipo de IVA dependerá del producto o servicio:


Superreducido - 4%


Este tipo se aplica a alimentos básicos como el pan, la leche, las frutas o los nuevos, entre otros. También a los libros, periódicos o revistas. A medicamentos, prótesis, elementos y servicios dedicados a la movilidad de personas con discapacidad. Incluso a viviendas de protección oficial.


Reducido - 10%


Afecta al transporte de viajeros, a la hostelería, a los las ejecuciones de obras, a las ventas de mobiliario de cocina y baño, etc.


General - 21%


Se aplica al resto de productos y servicios que no estén encuadrados en el tipo superreducido o el reducido, o los que están exentos.


Si quieres saber más acerca de los tipos aplicables, te recomiendo que consultes la página de información general de la Agencia Tributaria. Estos datos están actualizados y registran cualquier cambio en la normativa tributaria, así no te equivocarás al a hora de aplicar los tipos del IVA.


Actividades no sujetas o exentas


Hay algunas entregas de bienes, prestaciones de servicios y otras operaciones que no están sujetas al IVA y otras que están exentas. En este caso no tendrías que aplicar ningún tipo de IVA en tu factura.


Te invito a que consultes estos casos especiales en la página web de la AEAT.


Regímenes especiales


En el caso de que sean de aplicación regímenes especiales como el de agencias de viajes o el especial de bienes usados habrá que indicarlo.


Retención del IRPF (si se aplica)


Si eres autónomo o profesional tendrás que aplicar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), si se trata de una sociedad no debe hacer la retención.


El tipo dependerá de la retención que sea aplicable en tu caso.


Reducido


Si eres un nuevo autónomo tendrás que aplicar el tipo reducido del IRPF que es del 7% sobre la base imponible. Este IRPF te lo podrás aplicar durante el año en el que te des de alta en tu actividad como profesional autónomo y en los dos siguientes. Ojo, que únicamente podrás beneficiarte de este tipo reducido si no has llevado a cabo actividades profesionales los 12 meses previos al alta.


General


A partir de esos 18 meses tendrás que hacer la retención general para autónomos, que es del 15%.


Ten en cuenta que debes aplicar la retención, reducida o general, únicamente cuando factures a empresas o a otros autónomos, nunca a personas físicas o a otros autónomos si el motivo de la factura es una entrega de bienes o prestación de servicios a título particular. Te lo aclaro: si le haces un diseño de un logotipo a un autónomo para su negocio, sí le tienes que aplicar la retención; si le diseñas un logotipo para las invitaciones de su boda, no. En un caso tu trabajo va dirigido a un profesional, en el segundo a un particular, aunque sea la misma persona y sea un profesional autónomo.


Si quieres saber más, puedes consultar la normativa básica del IRPF de la AEAT.


Total de la factura


Debe figurar la contraprestación total de la factura, que se obtiene después de aplicarle los impuestos a la base imponible.


Factura, dinero y tarjetas


Otras circunstancias


En caso de que el sujeto pasivo sea quien recibe el bien o es el destinatario del servicio en lugar del proveedor, habrá que indicar en la factura la circunstancia de "inversión del sujeto pasivo".


Si el que expide la factura es el receptor del bien o el destinatario del servicio en lugar del proveedor o el prestador del servicio, es necesario consignar la expresión "facturación por el destinatario".


Y si se trata de una factura rectificativa habrá que mencionar la factura a la que rectifica.


Puedes consultar en la web de la AEAT, si quieres saber más acerca del contenido de las facturas.


Otra información


Otros datos que puedes incluir en la factura son:


Forma de pago


Puedes mencionar la forma en la que el cliente debe pagarte la factura: transferencia, cheque bancario...


Plazo de pago


También puedes indicar el plazo en el que tu cliente tiene que realizar el pago: a la presentación de la factura, 30 días, 60 días...


Cómo calcular el total de la factura


Facturas con IVA


Debes tomar la base imponible y sumarle el porcentaje correspondiente del impuesto a dicha base. El porcentaje será el que corresponda a cada producto o servicio.


Si debes aplicar más de un tipo de IVA, tendrás que calcularlo por separado, obteniendo tantos subtotales como sean necesarios y luego obtener el total.


En caso de facturas exentas o no sujetas al IVA, la base imponible coincidirá con el total de la factura.


Haciendo cálculos delante de un ordenador


Operaciones exentas o no sujetas


  • Base imponible: 100 euros = total factura: 100 euros


Con IVA superreducido


  • Base imponible: 100 euros.

  • IVA: 4%.

  • Cálculo del IVA a aplicar: 100 x 0,04 (4%) = 4 euros.

  • Total factura: 100 + 4 = 104 euros


Con IVA reducido


  • Base imponible: 100 euros.

  • IVA: 10%.

  • Cálculo del IVA a aplicar: 100 x 0,10 (10%) = 10 euros.

  • Total factura: 100 + 10 = 110 euros


Con IVA general


  • Base imponible: 100 euros.

  • IVA: 21%.

  • Cálculo del IVA a aplicar: 100 x 0,21 (4%) = 21 euros.

  • Total factura: 100 + 21 = 121 euros.


Facturas con IVA e IRPF


En este caso tendrás que calcular el IVA correspondiente como has visto en el apartado anterior primero. Luego tendrás que hacer la misma operación para calcular lo que tendrás que aplicar de IRPF. Y una vez que tengas ambas cantidades, tendrás que sumarle el IVA y restarle el IRPF.


A continuación de comento cómo calcular la factura en caso de que te puedas aplicar el IRPF reducido.


Con IVA superreducido


  • Base imponible: 100 euros.

  • IVA: 4%.

  • IRPF: 7%.

  • Cálculo del IVA a aplicar: 100 x 0,04 (4%) = 4 euros.

  • Cálculo del IRPF: 100 x 0,07 (7%) = 7 euros.

  • Total factura: 100 + 4 - 7= 97 euros


Con IVA reducido


  • Base imponible: 100 euros.

  • IVA: 10%.

  • Cálculo del IVA a aplicar: 100 x 0,10 (10%) = 10 euros.

  • Cálculo del IRPF: 100 x 0,07 (7%) = 7 euros.

  • Total factura: 100 + 10 - 7 = 13 euros


Con IVA general


  • Base imponible: 100 euros.

  • IVA: 21%.

  • Cálculo del IVA a aplicar: 100 x 0,21 (4%) = 21 euros.

  • Cálculo del IRPF: 100 x 0,07 (7%) = 7 euros.

  • Total factura: 100 + 21 - 7 = 114 euros.


Y si te corresponde una retención del 15%, únicamente tendrás que multiplicar por 0,15 en lugar de 0,07 para obtener la cantidad que tendrás que restar a la base imponible más el IVA para obtener el total. Como ves es muy fácil.  


Calculadora


¿Y si tengo el total de la factura, pero tengo que calcular la base imponible? 


Imagina que has pactado el total de la factura con el cliente y que tienes que calcular a partir de él el IVA y el IRPF que corresponde. Entonces deberías hacer lo siguiente:


Con IVA


  • Total factura: 100 euros.

  • Para obtener la base imponible (si es aplicable el 21%): 100 / 1,21 = 82,64 euros.

  • Ahora resta esa cantidad a los 100 euros del total y obtendrás 17,36 euros (ojo al redondeo), ese es el porcentaje del IVA. 

  • Comprueba que la cuenta está bien y suma las dos cantidades, 82,64 de la BI + 17,36 del 21% del IVA, y obtendrás los 100 euros del total. 


Con IVA e IRPF


  • Total factura: 100 euros.

  • Para obtener la base imponible tendrás que sacar la diferencia entre el IVA y el IRPF. Si el IVA es del 21% y el IRPF del 7%, primero tendrás que restar ambos: 21 - 7 = 14. 

  • Haz el mismo tipo de cuenta que has aplicado en el caso de que sólo haya que aplicar el IVA, pero con la cantidad obtenida en el paso anterior: 100 / 1,14 = 87,72 euros.

  • Ahora tienes que calcular el IVA y el IRPF como has visto antes que se hace: 87,72 * 0,21 = 18,42 euros para el IVA; y 87,72 + 0,07 = 5,79 euros para el IRPF.

  • Y ya sólo te resta sumarle el IVA y restar el IRPF: 87,72 + 18,42 - 5,79 = 100 euros. 

  • Ten presente el redondeo a la hora de hacer estos cálculos. 


Como ves no es algo complicado. Una vez que tengas práctica verás que lo haces de forma automática.


En cualquier caso, siempre puedes utilizar plantillas en Excel o herramientas de facturación que te eviten los cálculos, aunque siempre te recomendaré que lo sepas hacer sin ayuda, por si acaso.


Ahora ya sólo me queda desearte que tengas que emitir muchas facturas. Hasta el próximo post.






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La primera vez que apareció el post Cómo Emitir una Factura fue en el blog de Todos Somos Clientes. 


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miércoles, 13 de febrero de 2019

Coworking: Consejos para Encontrar el Centro Perfecto

¿Vas a emprender y cuentas con un presupuesto ajustado para comenzar tu actividad? ¿Eres profesional y trabajas desde casa, pero necesitas un lugar para reunirte con clientes o quieres ampliar tu negocio?  Pues quizás te convenga valorar la posibilidad de alquilar un espacio en un centro de coworking.


Si te preguntas qué es eso del coworking, la respuesta es sencilla, se trata de un espacio de trabajo compartido por autónomos, emprendedores y pymes, que pueden desarrollar su actividad de forma independiente o realizar proyectos conjuntos entre varios de ellos.


Se puede confundir con los centros de negocios u oficinas compartidas (HUB), aunque el coworking se diferencia de ellos en que se crea una comunidad entre los coworkers que trabajan en ese espacio.


Y, claro, para que funcione, es imprescindible que escojas un centro de coworking perfecto para ti. Para ayudarte a conseguirlo, a continuación te doy algunas recomendaciones básicas.


Coworking: consejos para encontrar el centro perfecto


Analiza tus necesidades


Decide si te conviene o no trabajar en centro de coworking. Aunque puede ser una buena opción para autónomos, emprendedores y micropymes, porque permite tener un espacio equipado para desarrollar una actividad sin una gran inversión, lo cierto es que según las características de tu negocio y de tus necesidades concretas puede que te convenga más otra fórmula. Mi consejo es que analices bien tu situación y las opciones que tengas antes de tomar una decisión.


Valora tus propias necesidades. Puede que te convenga utilizar el centro únicamente de forma puntual para mantener reuniones con tus clientes o para impartir formación, o quizás lo necesites a tiempo completo, incluso los fines de semana.


Piensa que si necesitas un espacio de forma puntual, tendrás un puesto flexible, que se te asignará cuando precises usarlo. Esto implica un menor coste, pero también que no tendrás ni un despacho ni un escritorio reservado para ti, sino que podrás usar el que esté disponible en ese momento. 


Las instalaciones


Busca un centro que tenga una buena ubicación. Uno de los primeros puntos que debes tener en cuenta a la hora de escoger un centro de coworking es el lugar en el que se encuentra. Lo ideal es que esté cerca de tus clientes potenciales y/o de tu domicilio. En el caso de los clientes la cercanía la puedes lograr procurando que esté en una zona bien comunicada, así ellos podrán visitarte con facilidad y tú podrás desplazarte sin problemas para entrevistarte con ellos. También es interesante que el aparcamiento no sea una misión imposible y que no sea una zona con demasiadas restricciones al tráfico. Tampoco es una mala idea que esté el centro esté cerca de tu casa, porque ahorrarás tiempo y dinero a la hora de ir a trabajar, algo muy importante cuando emprendas, porque pasarás muchas horas allí y no conviene añadirle más en concepto de desplazamientos.


Debe tener unas instalaciones adecuadas. El espacio debe ser suficiente para que puedas desarrollar tu actividad, tiene que estar bien acondicionado y bien mantenido. Esto es fundamental, tanto de cara a tu comodidad como a la imagen que proyectes ante tus clientes.


Procura que tenga espacios comunes. El centro, además de los despachos que vayas a alquilar para tu negocio en particular, debe contar con espacios de uso común como salas de reuniones (a ser posible de diferentes tamaños), con salas para formación (con material y medios audiovisuales), aseos con capacidad suficiente para los usuarios, con salas de espera, salas de descanso y un lugar en el que se pueda comer o preparar un refrigerio con todo el equipamiento necesario.


Zonas comunes en un centro de coworking


Haz visitas en diferentes momentos del día. Así podrás comprobar qué grado de ocupación hay, qué tipo de usuarios y visitantes te vas a encontrar, qué limpieza y mantenimiento hay a lo largo del día, cómo son los alrededores en diferentes momentos de la jornada...


Recursos y equipamiento


Comprueba que cuente con recursos tecnológicos suficientes y adecuados. Una de las ventajas de los centros de coworking es que tú tengas que aportar la menor cantidad de recursos posible, para que puedas ahorrar y no preocuparte más que de producir... y pagar el alquiler claro. Esto implica que deberías poder contar con telefonía, impresoras, etc.


Debe tener una conectividad eficiente y segura. La red WiFi tiene que se suficiente para dar cobertura a todos los usuarios de una forma eficiente, rápida, privada y segura. 


Es importante que cuente con el mobiliario adecuado. La equipación y el mobiliario tiene que ser el apropiado para el desarrollo general de cualquier actividad: mesas, sillas, cajoneras, mobiliario auxiliar, iluminación... Y, por supuesto, debe estar en buenas condiciones y ofrecer una imagen eficiente y pulcra.


Fíjate en la climatización y ventilación. Comprueba que tanto la climatización como la ventilación son apropiadas. Pasarás muchas horas en el centro y es imprescindible que puedas sentirte cómodo.


Pasillo de un centro de coworking

 
Horarios


A la hora de escoger un centro, comprueba que los horarios en los que puedes hacer uso de él coinciden con los tuyos en particular. Si el horario es muy reducido y tú necesitas trabajar muchas horas, incluso los fines de semana, probablemente tengas que buscar otro con más tiempo de apertura.


Comunidad


Procura que haya una red de usuarios bien afines, es decir, que sea un espacio de coworking vertical; o bien que aglutine a usuarios complementarios a nuestra actividad, es decir, un centro de coworking horizontal.


Coworkers estrechándose la mano


Consulta si hay un gestor que se encargue de crear y dinamizar la comunidad de coworkers.


Infórmate acerca de las actividades y networking que ofrecen. Un punto a favor puede ser las actividades y eventos que se organicen en el centro y que puedan servirte para hacer networking, o incluso para cambiar de registro durante un tiempo y mejorar tu productividad. Formación, eventos de networking entre los coworkers, actividades relacionadas con el ejercicio físico y el bienestar, o incluso con la gastronomía, pueden ser interesantes para enriquecerte. 


Servicios


Servicios generales. Infórmate acerca de los servicios de tipo general que te ofrecen, como mantenimiento, limpieza, técnico informático, etc.


Servicios complementarios. También es interesante que se cuente con servicios que puedan añadir valor a la oferta del centro, como recepcionista, secretaría, domiciliación de sociedades, suministros de oficina, impresión, asesoría fiscal o contable, consultoría legal...


Personas trabajando en una mesa con sus ordenadores


Seguridad


Infórmate acerca de los seguros de los que dispone el centro de coworking y los riesgos que cubren y que pueden afectarte. También si cumple con la normativa en cuanto a seguridad y antiincendios. Y no te olvides de verificar la seguridad en accesos y zonas comunes.


Precio


Por supuesto, es importante tener en cuenta el coste. Y no sólo el del propio contrato, también el de los servicios añadidos que no entren dentro del contrato. Valora los diferentes planes que te puedan ofertar teniendo en cuenta tus necesidades en cuanto a espacio, horarios de uso, servicios complementarios, etc.


Contrato


Lee cuidadosamente el contrato. Y cuando digo leer, me refiero a todo el documento, así no te llevarás sorpresas una vez firmado. Fíjate en lo que se incluye y lo que se excluye, en la permanencia, en los horarios, en quién paga los suministros, si te indemnizarán en caso de robo o daños, etc. Si tienes alguna duda, consúltala antes de aceptar nada, y si es necesario consúltalo con un abogado.


Consulta la posibilidad de probar el centro antes de firmar el contrato a más largo plazo.


Espero que estos consejos te ayuden a encontrar el espacio de coworking más adecuado para ti.





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miércoles, 6 de febrero de 2019

Sí, Tu Negocio también Necesita un Plan de Recuperación de Desastres

Un desastre en el ámbito de la seguridad TI es algo que compromete el sistema informático de forma inesperada, como un error humano, un ataque externo o incluso una catástrofe natural, que interrumpe la actividad normal de la empresa.


Un plan de recuperación de desastres o DRP (Disaster Recovery Plan) consiste en las medidas necesarias para hacer frente a ese evento, minimizando su impacto.


Y no pienses que porque tu empresa es pequeña este asunto no va contigo, incluso si eres un profesional que desarrollas tu actividad en un despacho en tu propia casa, porque también puedes verte afectado por un desastre informático. Imagina que eres un contable que trabajas como freelance en tu domicilio y sufres un ataque de ransomware o un virus y no puedes acceder a la información de tus clientes justo cuando se acerca el plazo de presentación de impuestos... no te digo más. Un desastre informático de proporciones bíblicas, incluso para ti que no tienes una gran empresa. Pues bien, tú también debes tener un plan ante esa situación y otras similares.


Pero que no cunda el pánico y sigue leyendo para saber más acerca de lo que és un Plan de Recuperación de Desastres y cómo llevarlo a la práctica, tanto si tienes una pyme como si eres autónomo.


Sí, tu negocio también necesita un Plan de Recuperación de Desastres


Análisis


Lo primero que debes hacer es analizar la situación, puesto que es la única manera de saber cómo actuar en caso de desastre. Los puntos básicos que deberías contemplar son:


  • Determina qué información y herramientas necesitarías recuperar en caso de desastre (máquinas virtuales, aplicaciones, librerías, datos...) y dónde se encuentran almacenados.

  • Haz un inventario del hardware y el software que emplee tu negocio para desarrollar su actividad.

  • Analiza las medidas de seguridad informática que están implementadas en la empresa. 
 
  • Define los riesgos potenciales que pueden comprometer el sistema informático.

  • Determina las prioridades a la hora de actuar ante el desastre, teniendo en cuenta su gravedad.

  • Averigua cuáles son las consecuencias de un fallo en el sistema que implique su interrupción o un funcionamiento parcial o deficiente, a esto se le llama Análisis de Impacto Empresarial (BIA, Bussiness Impact Analysis). 

  • Establece las responsabilidades y el protocolo para la toma de decisiones. 

  • Define en qué casos habrá que comunicar la incidencia a entidades externas o a las autoridades correspondientes.  

  • Comprueba cada cuánto tiempo se hace una copia de seguridad.

  • Verifica dónde y cómo se almacenan esos backups.


Definir medidas


Las medidas o pautas que se deben seguir en caso de desastre son desarrolladas y puestas en práctica por los Administradores TI.


Las medidas alcanzarán según el caso al personal técnico, al de gestión, a la dirección o incluso a toda la plantilla. 


Algunas de estas medidas implican:


Copias de seguridad


Asegúrate de que se realizan las copias de seguridad con la frecuencia necesaria para que en caso de que suceda un desastre la información que se pierda desde el último backup hasta que el sistema se vea comprometido sea la mínima posible. Esto dependerá del volumen de información que maneje tu negocio y de la cantidad de usuarios que estén trabajando en él.


También es fundamental que los backups se almacenen en un lugar seguro. Y la seguridad la garantiza que haya más de una copia, a ser posible en una o varias ubicaciones físicas y también en la nube. 


Disco duro


En el caso de la ubicación física, al menos una de las copias debería estar fuera del domicilio físico de la empresa, para que en caso de un desastre natural o un ataque físico a las instalaciones, haya otro backup disponible y protegido. Imagina un terremoto que afecta a la oficina de un administrador de fincas y que deja inservibles sus equipos informáticos, en los que están almacenadas las copias de seguridad... y nada más. Un verdadero desastre. Por lo que conviene que haya otra copia física o virtual en otra localización


La nube, siempre que el servicio sea confiable, es una forma de no necesitar otra ubicación física para tus backups y de poder acceder de forma rápida y sencilla a la información almacenada (dependiendo de las condiciones del proveedor, claro).


Otra medida importante es la de probar las copias de seguridad, puesto que si no se puede restaurar la información de forma efectiva y real, no valen para nada.  Incluso se pueden hacer simulacros de ataques o fallos en el funcionamiento del sistema para probar no sólo las copias de seguridad, sino todo el DRP.


Recuperación de la información


Además de controlar que las copias de seguridad se realicen y se almacenen de la forma correcta, es necesario que los backups se puedan recuperar de forma correcta, completa y rápida, de modo la empresa no vea afecta su funcionamiento normal, o al menos que se vea perjudicado mínimamente, tanto en imagen como en pérdidas económicas.


Para recuperar estas copias también es necesario contar con un protocolo para tener disponible hardware y software para hacerlo. Si tienes contratado un servicio de respaldo profesional, se ocuparán ellos, pero si no es así, tendrás que saber cómo hacerte con equipos y herramientas que te permitan recuperar la información y volver a la normalidad.


Y también tendrás que garantizarte la conectividad para que puedas llevar a cabo todo el proceso. Una conectividad segura y no comprometida para realizar el respaldo. 


Actualizaciones


Cuando haya cambios, altas o bajas en el software o el hardware de la empresa es imprescindible actualizar el Plan de Recuperación de Desastre.


También cuando haya modificaciones en cuanto a los aspecto legales del manejo de la información.


El factor humano


La prevención de los desastres informáticos pasa indefectiblemente por la información, formación y concienciación del equipo humano, porque suele ser la mayor fuente de problemas para la seguridad TI de una empresa.


Equipo de trabajo con un puzle
En la empresa el factor humano es fundamental para mantener la seguridad TI


En muchos casos los empleados no son conscientes de lo que puede implicar un desastre informático no sólo para el funcionamiento normal para la empresa, sino para su propio trabajo. Quizás si un trabajador supiese que si se descarga un archivo malicioso por no tener cuidado a la hora de visitar sitios potencialmente peligrosos puede implicar que todo un proyecto en el que lleva trabajando semanas puede irse al traste y tenga que rehacerlo desde cero, tendría mucho más cuidado. Y eso se consigue con formación e información. 


También es necesario establecer políticas definidas y claras respecto a:


  • Los permisos de cada usuario.

  • La instalación de software o herramientas externas y ajenas a las que se usan en la compañía.

  • El empleo de contraseñas: formato, periodicidad en los cambios de passwords, almacenamiento, discreción, etc. 

  • El uso de redes sociales: si está permitido el acceso, de la privacidad que se requiere, de lo que se puede compartir...

  • El manejo de dispositivos y equipos particulares para acceder al sistema informático de la empresa.

  • El uso de las redes WiFi para acceder al sistema desde fuera de las instalaciones de la compañía.

  • El empleo de sistemas externos de almacenamiento de la información como discos duros o USBs.


Y, finalmente, es necesario contar con un equipo de personas que estén involucradas en la respuesta al incidente, identificando el protocolo a seguir, su grado de responsabilidad, su forma de contacto, quién y cómo comunicará la situación de forma interna y externa, etc.


Automatización


Lo ideal es automatizar la respuesta y los procesos ante desastres para que estos sean lo más rápidos, seguros y eficaces posible, lo que evitará que la empresa ponga en riesgo el normal desarrollo de su actividad.


Hombre trabajando delante de una pantalla


Aprendizaje


El último paso, tras volver a la normalidad, es aprender de los errores y mejorar el plan de actuación para el futuro.


La forma de aplicar estos puntos dependerá del tamaño de tu empresa, del tipo de actividad y de la información que manejas, aunque en líneas generales debes tener todos en cuenta para que un desastre informático no ponga en riesgo tu negocio.





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