miércoles, 28 de abril de 2021

Cómo Acceder al Mercado Oculto de Empleo

¿Has oído hablar del mercado oculto de empleo? No, no es la plataforma en la que criminales, mercenarios y espías encuentran trabajo. Aunque en la dark web quizás si lo hagan... No, me refiero a otro tipo de mercado con menos aura de misterio, pero que conviene conocer, porque de ello puede depender que encuentres ese trabajo que buscas, o que no lo hagas.


Si quieres saber más acerca del mercado oculto de empleo no tienes más que seguir leyendo. ¿Me acompañas?

 

Cómo acceder al mercado oculto de empleo

 

Qué es 

 

El mercado laboral oculto es un término que define a los puestos de trabajo que no se anuncian públicamente. Es un mercado que está ahí, pero que la mayoría no puede ver.

 

Por qué existe este tipo de mercado de empleo

 

Las empresas pueden decidir no hacer públicos esos anuncios por tres motivos diferentes: porque prefieren encontrar a los candidatos a través de empleados o de otras personas de su confianza, por discreción o porque no quieren gastar dinero en publicidad. 

 

Una selección realizada entre cientos o miles de candidatos que han respondido a un anuncio en Internet es un proceso largo y farragoso, por lo que prefieren elegir entre los pocos y escogidos que hayan tenido acceso a esa oferta a través de amigos, familiares y otras personas que puedan servir como referencia (clientes, proveedores, etc.). 

 

Tanto los empleados como los clientes y proveedores conocen la empresa y su funcionamiento, por lo que es más fácil que propongan a candidatos que se adapten a las necesidades de la empresa y a su forma de funcionar.  

 

Dos mujeres mirando la pantalla de un ordenador

 

Las propias personas que proponen a los aspirantes al puesto tienen mucho cuidado de que sean solventes en cuanto a formación, capacidades y aptitud, puesto que parte de su imagen en la empresa dependerá de ellos. En algunos incluso puede llegar a estar en juego alguna compensación.

 

Por otra parte, el hecho de que los candidatos tengan a personas que de una forma u otra les avalan, garantiza de algún modo que tengan una mejor actitud. Al fin y al cabo, si llegan a conseguir el puesto, tendrán más reticencias a la hora de no desempeñar correctamente su trabajo o de crear algún tipo de problemas.

 

De hecho, esta forma de conseguir que se cubran vacantes en las empresas cada vez es más frecuente. Y es mucho más fácil que consigas un empleo a través del mercado oculto que buscando en plataforma de empleo o rastreando ofertas en Internet. 

 

Incluso aunque se publiciten, hay muchas compañías en las que las referencias de empleados y otros contactos tienen más peso que la formación o la experiencia. 


Persona señalando a otra algo en un smartphone

 

También hay ocasiones en las que las empresas no publicitan sus ofertas, porque no quieren que se sepa en el mercado que van a abrir una oficina o establecimiento nuevo, que van a expandirse a otras localizaciones o que van a ampliar sus líneas de negocios. De ese modo el mercado oculto les permite encontrar a candidatos sin tener que revelar más de lo estrictamente necesario su siguiente movimiento.

 

Eso significa que la mayoría de los puestos, sobre todo los más interesantes, no llegan de forma masiva a las personas que están buscando trabajo. 

 

Cómo acceder a ese mercado oculto para encontrar trabajo

 

Crea y mima tu imagen personal y profesional. Si las dos imágenes son sólidas y confiables, es más fácil que te recomienden... y que te contraten.  


Mantén tus redes sociales en buena forma, tanto off-line como on-line.

 

Preocúpate de adquirir y mantener tus relaciones personales. Asiste a eventos (tanto presenciales, cuando se pueda, como on-line). Y no hablo sólo de eventos profesionales, no infravalores el poder de amigos y familiares. Participa. Escucha a otros tanto o más de lo que hables de ti mismo. Infórmate acerca de los sectores y de las empresas que te interesen. Y una vez que hayas establecido el contacto, no lo abandones a su suerte. Llama, envía mensajes, propón intercambios o colaboraciones, que la otra persona no se sienta abandonada y que únicamente recurres a ella cuando te interesa.


Aprovecha cualquier recurso que pueda servirte para contactar con personas que puedan informarte de ofertas ocultas y dar referencias sobre ti: colegios y asociaciones profesionales, grupos de networking, grupos de antiguos alumnos, asociaciones culturales y de ocio, etc.  

 

Persona viendo comentarios en su ordenador y manejando un smartphone

 

Si estás trabajando, pero te interesa un cambio de empresa, quizás puedas tantear de forma discreta a clientes y proveedores. Eso sí, ten en cuenta que es un movimiento arriesgado, y que si tus superiores tienen conocimiento de ello, puedes pagarlo muy caro.

 

Cuida tus redes sociales on-line. Pule y refresca tus perfiles. Haz contacto con las personas que te pueden interesar. Y cuida esas relaciones tanto como las presenciales. 

 

Contacta con reclutadores que te puedan interesar. Si lo haces de una forma respetuosa y no invasiva conseguirás que te conozca y que te tengan en cuenta en un futuro.

 

Ten siempre listo tu elevator pitch para contar de forma rápida, breve y atractiva quién eres y lo que haces. Nunca sabes cuándo vas a encontrar a alguien que está a un paso entre tú y el puesto de tus sueños. 

 

Y no seas egoísta. Puede que llegue a tus oídos una oferta en la que no encajas por la razón que sea, pero sí que conoces a alguien que sería perfecto para el puesto. Intercede por él o ella. Quién sabe si puede devolverte el favor más adelante. 

 

Sea cual sea el mercado al que accedas, espero que encuentres ese empleo que estás buscando.


 

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miércoles, 21 de abril de 2021

Consejos para Aparentar Confianza y Seguridad

¿Alguna vez has sentido que te faltaba confianza? ¿Has experimentado inseguridad? No te preocupes, porque nos ocurre a todos, en algún momento de nuestra vida, incluso hasta las personas con una seguridad arrolladora.

 

Aunque eso se convierte en problema cuando esa falta de seguridad no se da ciertas ocasiones, sino que es un sentimiento constante. No contar con suficiente confianza no sólo es doloroso para quien lo experimenta, también es perjudicial para su imagen personal. Y es que las personas con las que interacciona perciben claramente su inseguridad. Lo que ven es una persona poco confiable, vulnerable, tensa...

 

Lo ideal es trabajar día a día (puede llevar incluso años) para lograr que la confianza se convierta en parte de nuestra personalidad, pero mientras eso sucede, hay trucos para que lo parezca. No son una solución definitiva, desde luego, pero es un mecanismo de afrontamiento muy útil. 


Consejos para aparentar confianza y seguridad

 

Lenguaje corporal

 

Pon derecha tu columna, echa los hombros hacia atrás y levanta la cabeza. El ir encorvado y mirando hacia el suelo es la forma más rápida y segura de mostrar falta de confianza, y de sentirla tú mismo. Aunque es importante no excederse, porque si te echas demasiado hacia atrás y levantas mucho la cabeza, puedes parecer más arrogante que seguro.

 

Procura mostrar una postura relajada, que demuestre que estás seguro con el espacio y las persona que te rodean. Eso implica que no deberías encogerte, sino expandirte. Pero no exageres, porque los demás pueden verte como alguien prepotente o incluso que estás demostrando falsa confianza (esa que intentas que pase por auténtica).

 

Pon las manos en las caderas (pose de poder). No se trata de adoptar esta postura siempre, si no de que la utilices para sentir más seguridad cuando lo necesites. Puedes incluso hacerlo en privado (en tu despacho, en el baño...) durante un par de minutos antes de mantener una entrevista o de presentarte en un evento importante.

 

Mantén el contacto visual. Las personas seguras miran a su interlocutor a los ojos y no rehúyen constantemente la mirada. Si todavía no te sientes capaz de tener una conversación completa mirando directamente a la otra persona, puedes probar a mirarle a la zona del entrecejo o a las cejas, a los pómulos o a otra zona del rostro. Este truco también sirve para no mirar de forma muy fija y constante a los ojos al otro, porque hay personas que se sienten intimidadas. Intercala la mirada a los ojos y a estas zonas y todos os sentiréis mucho más a gusto.

 

Sonríe. Un gesto tan sencillo es sumamente poderoso. Las personas que sonríen parecen más seguras, amistosas y positivas. Por otra parte, el mero hecho de sonreír te hará sentir mejor contigo mismo, con los demás y con la situación en la que te encuentres.


Mujer sonriendo


Identifica en qué parte de tu cuerpo se instala la tensión. Una vez que lo hayas hecho, inspira y expira profundamente e intenta relajar esa zona poco a poco hasta que notes que se ha relajado.

 

Obsérvate cuidadosamente e identifica cómo se revela la ansiedad, la inseguridad y el miedo en ti. Puede que notes una sensación incómoda en el estómago, que contengas la respiración, que respires de forma más superficial y con más frecuencia, que transpires en exceso... sea cual sea la manifestación que experimentes, no dejes que se apodere de ti. Identifícala, asúmela y déjala marchar. 


Vístete adecuadamente

 

Eso significa que debes utilizar un vestuario apropiado para cada situación. Si te arreglas en exceso para una reunión distendida, es probable que te sientas incómodo, y también los que te rodean. Y si te vistes de manera muy informal para un evento que requiera etiqueta, todavía será peor. 

 

Hombre con traje elegante

 

En cualquier caso, te recomiendo que para sentirte más seguro siempre subas un escalón sobre la etiqueta que sería recomendable en casa situación. Por ejemplo, si has quedado con tus compañeros de trabajo y con tu jefe para tomar un aperitivo el fin de semana en el centro de la ciudad, no te presentes con un bañador de tipo bermuda, una camiseta de tirantes y unas chanclas. Deja ese look para una reunión con amigos en la playa y opta por unos vaqueros o unos pantalones de sport, una camista o una camisa informal y un calzado que encaje con ese tipo de vestuario. 


Algunos trucos

 

Sé benevolente contigo mismo. Si cometes un error, no pasa nada. Todo el mundo los comete, incluso los que piensas que te están juzgando. Analiza qué ha ocurrido realmente (no lo que has pensado en un principio que ha pasado), asúmelo, perdónatelo y aprende de esa equivocación. 

 

Evita los pensamientos negativos sobre tu persona. Siempre positivo, nunca negativo...

 

No adelantes fracasos y errores que todavía no han ocurrido. Céntrate en tus éxitos y en tus habilidades. Si es necesario, ponlos por escrito y revísalos antes de enfrentarte a una situación que haga flaquear tu confianza. 

 

No intentes esconder tu falta de confianza y seguridad con (falsa) arrogancia, porque siempre provoca rechazo. Y al fin y al cabo es agotador mantener esa postura durante mucho tiempo. 

 

Atrévete a exponer tus opiniones ante los demás. ¿No lo hacen ellos? Con educación y respeto se puede decir casi todo. 

 

Persona hablando con seguridad en una reunión

 

No intentes hablar con seguridad de un tema que desconoces, porque nunca funciona. Si quieres o debes hacerlo, prepárate exhaustivamente el asunto sobre el que tienes que tratar.

 

Aprende. Cualquier conocimiento te aportará un poquito más de seguridad. Y no estoy hablando únicamente de los meramente académicos o profesionales, también de formación en protocolo, etiqueta, comunicación...

 

Observa todo y a todos. En muchas ocasiones la falta de confianza procede de la falta de conocimiento y de dominio del medio y de la situación. Por eso conviene fijarse en cómo es el entorno, en cómo se desarrollan las cosas dentro de él y en cómo se comportan los demás. Ya sabes, el famoso "donde fueres, haz lo que vieres". 

 

Antes de entrar en una sala, tómate tu tiempo para observar cómo es el espacio, dónde está situado todo, dónde están las personas, quiénes son, cuál es el ambiente, etc. 

 

Deriva la atención hacia los demás. Pregunta y escucha. Al no tener todo el tiempo el foco centrado en ti, te sentirás más cómodo y te dará tiempo a aprender y observar. Además, a cualquier persona le encanta hablar sobre sí misma, por lo que con casi toda seguridad sentirá una corriente de simpatía y confianza hacia ti.

 

Dos mujeres dialogando

 

Haz halagos. No hablo de hipocresía, no, todo lo contrario. Si hay algo que otra persona que te agrada o que te parece destacable, díselo. Es una manera de entablar una conversación y de que te beneficies del truco anterior. 

 

Evita hablar en susurros, como para el cuello de tu camisa. Es uno de los detalles que sea asocian rápidamente con la inseguridad y con la timidez excesiva. No es cuestión de gritar como si estuvieses vendiendo verduras en un mercadillo o de llamar al niño a merendar como una madre de los años 70, sino de hablar un poco más alto de lo habitual. 


Estos trucos para fingir confianza y seguridad son una ayuda, pero no deben convertirse en un hábito. Es necesario trabajar estas habilidades para llegar a creer realmente en nosotros mismos.



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miércoles, 14 de abril de 2021

Qué Riesgos Corres Si Facilitas Demasiada Información en Internet

A la mayoría de nosotros nos molesta que otros curioseen en nuestra vida privada. Nos quejamos de que nuestros padres (o nuestros hijos) quieran controlarnos. Odiamos que nuestros compañeros/cuñados quieran fiscalizar hasta la más pequeña decisión que tomamos. Nos fastidian los vecinos a los que les gusta más una mirilla o una ventana que una serie de Netflix. 

 

Nos encanta mantener a salvo nuestra privacidad y nuestra intimidad. Pero... ¿por qué entonces compartimos todo tipo de información, incluso la más delicada, en Internet? Porque lo hacemos (casi) todos.

 

Y esa forma despreocupada de facilitar información a diestro y siniestro no sólo pone en riesgo nuestra privacidad y nuestra intimidad (esa que no quieres compartir off line bajo ningún concepto), también pone en peligro tu dinero y tu seguridad personal. 

 

Si quieres saber más acerca de las consecuencias de compartir demasiada información en Internet, te invito a que continúes leyendo. 


Qué riesgos corres si facilitas demasiada información en Internet


Qué consecuencias puede tener el hecho de compartir demasiada información


Tu información personal es muy valiosa para las empresas, puesto que la van a utilizar para venderte más y mejor. Con ella son capaces de elaborar perfiles sumamente certeros: edad, género, poder adquisitivo, ubicación geográfica, hábitos de compra, gustos personales... Y eso no tiene nada que ver con lo que suelen alegar (mejorar la experiencia de compra, presentar productos más interesantes...), sino de venderte la moto.

 

Los expertos en ingeniería social utilizan esa información para manipular a los incautos usuarios. Cada dato, cada perfil que se sigue, cada like, cada comentario, todo ello ayuda a perfilar al usuario... y a dirigirle hacia donde les interesa.

 

Tus datos también son de lo más útiles para los ciberdelincuentes. Los utilizan para fines tan peligrosos para ti y tu seguridad como:


  • Robo de tu dinero o de tu casa.
  • Pueden acceder a tu cuenta corriente, usar o pedir en tu nombre tarjetas, solicitar créditos...
  • Usurpación de identidad.
  • Pueden reconstruir tu identidad juntando las piezas que poco a poco vas dejando en línea.
  • Acoso.
  • Extorsión.
  • Ataques y secuestros.


Cibercriminal semiescondido detrás de una máscara

 

Información que no deberías compartir, salvo cuando sea estrictamente necesario


Evita compartir el número de tu DNI, pasaporte o NIE cuando no sea absolutamente necesario. Y en la mayor parte de los casos no lo es. Por sí mismo tu identificación informa de tu nombre, de tus apellidos, de tu edad, de tu domicilio... ¿te imaginas la cantidad de cosas (malas) que se pueden hacer con esos datos? Y si además le sumas otra información que hayas proporcionado empeora, créeme.

 

Tampoco se debe compartir el número de la Seguridad Social o de la sociedad médica con la que trabajes. Esta información se puede usar para cometer todo tipo de delitos, también para hacerse pasar por ti y aprovecharse de tus coberturas.

 

No facilites tu teléfono a cualquiera. Ni el fijo, ni el móvil. Ambos datos pueden usarse de tal modo que te perjudiquen. En el mejor de los casos a quien se lo facilites puede usarlo para venderte sus productos cuando lo desee, o incluso puede cedérselo a otros (muchos) para que hagan lo mismo. ¿O no te has preguntado por qué te llaman tantos teleoperadores para darte la tabarra a cualquiera hora? También puede emplear el teléfono fijo para comprobar si estás en casa. O para completar tu perfil si quieren suplantar la identidad. O para acosarte.

 

Si tienes que proporcionar tu número de teléfono con frecuencia cuando haces compras on-line o cuando trabajas con ciertos servicios, puedes usar dos números. Procura que el móvil que uses para este fin no tenga la geolocalización activada, incluso que no tenga ni Internet. 

 

Tampoco des sin ton ni son tu dirección de correo electrónico en sitios web o aplicaciones poco fiables. Mi consejo es que para esos casos te crees una dirección de email gratuita para ellos. Así evitarás spam, correos maliciosos y otros ataques en tus cuentas principales. Es fundamental que manejes esta cuenta secundaria con mucho cuidado, que no abras correos extraños, que no sigas enlaces sospechosos, que revises cuidadosamente cada correo que te llegue, que seas paranoico por definición con todo lo que te llegue... Ni te imaginas lo útil que es este truco.

 

Aunque es obvio, es importante recordar que no se deben proporcionar números de cuenta corriente o de tarjetas de crédito en lugares no seguros. Esto es aplicable a las páginas web no seguras, a las aplicaciones que no deban tener esos datos y que sean potencialmente peligrosas, a cuentas de mensajería instantánea no verificadas, en redes sociales, etc. Esa información puede llevar a los delincuentes a hacerse fácilmente con tu dinero. Ojo con ello.

 

Documentos confidenciales

 

También hay otro tipo de información que no parece tan delicada a primera vista, pero que sí que lo es cómo datos de tu vehículo (matricula, modelo, año de fabricación...), pólizas de seguros, etc.

 

Evita compartir sin necesidad información laboral. Es muy útil para personas que quieran suplantar tu identidad, para estafarte si estás buscando empleo, etc.

 

No facilites tu ubicación si no es necesario. Nadie tiene porqué saber dónde estás en cada momento. Las empresas lo pueden usar para conocer tus hábitos de vida y consumo para utilizarlos en su beneficio. Los criminales los emplearán para saber cuándo no estás en casa y poder hacer de las suyas O para acosarte o atacarte, porque saben dónde y cuándo hacerlo.


Hay información que se solicita (redes sociales, apps, retos virales...) o que se comparte de forma voluntaria que puede parecer inofensiva y no lo es en absoluto. Un ejemplo: el nombre de tu mascota o la ciudad en la que naciste suelen ser la respuesta a preguntas de seguridad de muchos servicios en línea. 

 

El nombre de tus hijos o de tu pareja pueden informar de tus contraseñas o incluso servir a los delincuentes que se dedican a los falsos secuestros virtuales. Sí, esos en los que te llaman a casa y te dicen que tienen a tu hijo, dándote su nombre y apellidos.

 

Hombre delante de una pantalla del ordenador


También hay otros datos que se pueden utilizar para averiguar las contraseñas de muchas personas: equipo de fútbol, vehículo (modelo o matrícula), escuela o universidad en la que se ha estudiado, libros que te han marcado, comida o bebida favorita, etc.

 

Las fotos pueden ponerte en riesgo a ti y a las personas que aparezcan en ellas. Pueden usarse para usurpar tu identidad, entre otras cosas. También pueden emplearse para rastrear dónde y con quiénes estás, qué haces, qué lugares suelen visitar, etc. Y estoy hablando únicamente de fotos inofensivas. 

 

Si ya se trata de fotos más comprometidas, los malos puede usarlas para acosarte o extorsionarte. Y los buenos, los reclutadores, pueden ver en esas fotos delicadas la razón perfecta para sacarte ipso facto de un proceso de selección. 

 

Y mucho ojo con las fotos de tus hijos, sobrinos, nietos o de otros niños, porque los pederastas y pedófilos pueden usarlas para traficar con ellas. O peor todavía, para localizarles en persona. Las fotos llevan metadatos, con lo que se puede obtener mucha información, incluso dónde y cuándo se ha tomado. Si a eso se le añaden otros datos como el nombre del niño, es una forma de ponérselo más fácil a esos depravados si se quieren acercar al pequeño para ganarse su confianza.

 

La información controvertida de sesgo político o religioso, la de tipo sexual o cualquiera potencialmente delicada, puede ponértelo difícil con tus futuros empleadores.

 

Por favor, antes de compartir información en Internet, valora si es realmente necesario y las consecuencias que puede tener para ti.

 


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miércoles, 7 de abril de 2021

Alimentos en Mal Estado: ¿Cómo Actuar?

Si cualquier percance relacionado con el consumo es desagradable, cuando tiene que ver con los alimentos lo es más todavía. A la sensación de haber sido engañado y mal tratado se le suma el potencial riesgo que puede suponer para la salud.

 

Y esto es aplicable tanto para los alimentos que nos puedan haber servido en un establecimiento de restauración como a los que compramos en un comercio.

 

¿Y a quién no le ha pasado en alguna ocasión? Un elemento extraño en el plato que nos acaba de poner delante el camarero (prefiero no entrar en detalles). Una tapa que no tiene ni el mejor aspecto ni el mejor olor. Colocar un envase de lonchas de queso en la nevera después de volver del súper y ver que tiene moho. Una conserva que llega a casa con la fecha de caducidad expirada mucho tiempo atrás.

 

Por no hablar de situaciones peores, como intoxicaciones alimentarias graves.

 

Sea como sea la situación en la que te sirven o te venden un alimento en mal estado, lo importante es no dejarlo pasar y actuar. Ya sé que puede ser algo incómodo, pero es la única manera en la que podemos poner nuestro granito de arena como consumidores para evitar que vuelva a suceder.

 

A continuación comparto contigo información acerca de cómo actuar si te quieren colar alimentos en malas condiciones.

 

Alimentos en mal estado: ¿cómo actuar?

 

Lo mejor: la prevención

 

Compra y consume alimentos en establecimientos de confianza. Y eso no significa que sean los que más se publicitan, ni en el que tienes más a mano, ni en el más barato. La confianza se construye poco a poco, con buenas prácticas, con honestidad, cuidando al cliente, prestando atención a los detalles...

 

Fíjate en la limpieza y conservación de las instalaciones.

 

En el caso de compra de alimentos que necesiten frío, comprueba antes de comprar si están colocados en cámaras o neveras, y que éstas funcionan correctamente. Al tomar el envase éste debe estar refrigerado, si está a temperatura ambiente es (muy) mala señal.

 

Verifica el estado del envase antes de ponerlo en tu carro de la compra. Si el alimento es visible, debe presentar un buen color, textura y aspecto. Por supuesto, no debe haber moho ni otros elementos extraños a la vista. También es importante que en el exterior no presenten roturas, abombamientos, concavidades, zonas oxidadas, etc. 

 

Comprueba la fecha de caducidad del producto antes de comprarlo. Si ha expirado, no te lo lleves.  


Bolsas con comida

 

En el caso de la comida que te sirvan en establecimientos de restauración, es importante que te fijes en el estado en el que te la presentan. Los alimentos no deben tener mal sabor ni mal olor, ni tener zonas dañadas o con mal aspecto. Aunque muchas de las intoxicaciones graves se producen con comida que parece estar en buenas condiciones es necesario estar alerta.

 

Si cada vez que vas a un bar o un restaurante notas que la comida te sienta mal, mucho ojo, porque puede que no cuiden demasiado la higiene. Puede que lo único que te ocurra es tener molestias gastrointestinales, pero si suelen servir alimentos en mal estado o los manipulan y/o conservan de manera insegura, quizás la próxima consumición te suponga una visita al hospital. 

 

¿Quién es el responsable?

 

Si te han servido un alimento en un bar o un restaurante y no está envasado el responsable es su propietario.

 

Empanadillas orientales

 

En caso de que hayas comprado un alimento envasado, si ha sido conservado correctamente y el envoltorio está intacto, el responsable será el fabricante.

 

Si has adquirido un alimento envasado y se ha conservado de forma inadecuada o si está mal cerrado, tendrá que responder el establecimiento en el que lo hayas comprado.

 

Mujer en un lineal de un supermercado

 

Cuando compres comida fresca o a granel, si está en malas condiciones el responsable será el propietario del establecimiento.

 

Si ha habido intoxicación

 

Si al consumir el alimento has sufrido una intoxicación, debes acudir al médico.

 

No te olvides de pedir el informe una vez que te hayan tratado. 

 

Estetoscopio

 

También conviene guardar una muestra del alimento si es posible. Tanto para el médico en caso de intoxicación, como si es necesario para que lo analice un experto de cara a una demanda.

 

Si no ha habido intoxicación

 

Tanto en establecimientos comerciales como en los de restauración, si el alimento en mal estado que te han vendido o servido no te ha llegado a intoxicar, lo primero es comunicarlo a sus responsables e intentar llegar a un acuerdo. Si realmente es culpa suya, lo lógico es que lo primero que hagan es devolverte el dinero. También sería conveniente que te ofreciesen algún detalle como compensación. Y siempre deberían brindarte una disculpa.

 

Cómo actuar si te han servido o vendido un alimento en mal estado

 

Si el establecimiento no te da una respuesta satisfactoria, tendrás que solicitar la hoja de reclamaciones. Pero la de reclamaciones oficial, no la que tienen en algunos comercios y restaurantes que es una especie de hoja de quejas a nivel interno y que no tiene ninguna validez para el consumidor y sus pretensiones. Los establecimientos abiertos al público deben tener a disposición de sus clientes las hojas de reclamaciones. No te dejes engañar.

 

Rellena la hoja de reclamaciones adecuadamente. Si no te dan una solución en 10 días (hábiles) desde que presentaste la reclamación en el establecimiento, envía la copia correspondiente a la OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor). Si no lo haces, no tendrá ningún valor. 

 

Hoja de reclamaciones

  

En caso de que hayas sufrido una intoxicación o que la respuesta del establecimiento haya sido inadecuada, también puedes denunciar ante la Administración. Estas denuncias sirven para pedir que se haga una inspección de consumo y que se inicie un expediente sancionador. 

 

Las denuncias ante la Administración las debes dirigir a la Consejería de Sanidad que te corresponda (consulta en tu comunidad autónoma qué organismo concreto es el destinatario). En algunas comunidades podrás incluso presentarlas de manera telemática. Infórmate de cuál es

 

Ten en cuenta que las denuncias ante la Administración no suponen una compensación económica. Su finalidad es poner en su conocimiento que hay un riesgo alimentario, para que puedan investigarlo y ponerle solución si es necesario. Si se demuestra la culpabilidad del negocio las consecuencias suelen ser multas más o menos cuantiosas, pero también puede llegar al cierre de la empresa de forma temporal. Y, por supuesto, el menoscabo de la imagen de la empresa ante el público.

 

Y, por supuesto, también puedes recurrir a los tribunales para pedir la correspondiente indemnización. Puedes recurrir a la vía civil e incluso a la penal (Código Penal, artículos del 363 al 365), en caso de que el juzgado considere que los hechos están tipificado en el Código Penal.

 

Mazo o mallete de juez

 

Tienes tres meses para denunciar y pedir una indemnización o compensación a quien corresponda: el establecimiento que te vendió o sirvió el alimento o al fabricante del mismo.

 

Por cierto, no podrás solicitar Arbitraje de Consumo en el caso de intoxicación, ya que está expresamente excluido en su normativa (puedes consultarlo en su artículo 2.2).

 

Guarda todas las pruebas posibles de la compra o la consumición

 

Guarda siempre los tickets y facturas de compras y consumiciones durante unos días. Y para poder conservar esos tickets y facturas los tienes que tener en tu poder, así que no te olvides de pedirlos si no te los dan al pagar. 

 

Y ten presente que necesitas la factura definitiva, no te servirá la proforma u otro documento similar.

 

Recuerda que es necesario que en la factura aparezca el nombre o razón social, el domicilio y el NIF.

 

Si te parece necesario, toma fotografías del alimento que hayas comprado o del plato que te hayan servido. También del etiquetado y de cualquier elemento que pueda ser relevante.

 

Que consumir o comprar alimentos no te deje mal sabor de boca...

 

 

Información de interés:

Ley 17/2011, de 5 de julio, se seguridad alimentaria y nutrición

Reglamento (CE) Nº 852/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de abril de 2004, relativo a la higiene de los productos alimenticios  

Reglamento (CE) Nº 178/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 28 de enero de 2002, por el que se establecen los principios y los requisitos generales de la legislacion alimentaria, se crea la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y se fijan procedimientos relativos a la seguridad alimentaria

Legislación seguridad alimentaria: restauración

Legislación seguridad alimentaria: comercio minorista 


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