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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Cosas que los Clientes Odian... y Mucho

Todos los que trabajamos directamente con clientes esperamos que nos quieran. Que quieran nuestros productos, nuestros servicios, nuestra atención. Lo intentamos día a día. O esa es la teoría. Porque hay muchas cosas que los clientes odian, y mucho.


Y conocer eso que odian es el primer paso para evitarlo, ofreciendo a nuestros clientes justo lo que necesitan y lo que esperan de nosotros y de nuestra empresa.


A continuación te cuento lo que a los clientes les enfada más...



Cosas que los clientes odian... y mucho
 

Promesas y mentiras


Que le hagan promesas que no se pueden o no se quieren cumplir, o que simplemente se olvidan. Estos incumplimientos pueden ir desde no hacer una llamada posterior a no cumplir un plazo de entrega.


Que le mientan. En cualquiera de sus formas. El cliente prefiere una verdad molesta, antes que una mentira atractiva para él. Imagina la típica situación en la que una dependienta de una tienda de ropa le dice a una clienta que el vestido que se está probando le queda como un guante. Puede que la clienta acabe saliendo con la prenda por la puerta, pero cuando se la vea en casa y varias personas le digan que le sienta peor que un tutú de color rosa a Terminator, odiará a la dependienta por engañarla, devolverá el vestido y nunca más comprará en el establecimiento. La clienta habría preferido una verdad en el probador a pasar por el trago de verse mal en casa y escuchar los comentarios negativos por parte de otras personas... o arriesgarse a salir hecha un adefesio a la calle.


Cuestión de detalles


Que no cuiden los detalles. El cliente espera no sólo un buen producto o un buen servicio, también quiere que el proveedor se preocupe de esos pequeños detalles que marcan la diferencia.  



Cliente acusando con el dedo
 

La actitud


Que no se responsabilicen de los errores. No, no quiere que la otra persona acabe culpando de los problemas o equivocaciones o otros. A otra persona, a otro departamento, a las circunstancias... a la vida. Incluso hay quien es capaz de culpar al propio cliente.


La soberbia y la condescendencia. En cualquiera de sus variantes producen rechazo.


Que no le escuchen. El cliente quiere que le escuchen por varios motivos. Sobre todo, porque todos queremos ser escuchados, independientemente de la situación y el interlocutor. Y también porque si no nos escuchan sabemos a ciencia cierta que no nos pueden dar una respuesta adecuada.


Que le digan que lo que tiene es malo. Hay quien inicia la conversación con el cliente echando por tierra lo que ya tiene, porque lo suyo es mucho mejor. Esto es un error, porque lo que ya tiene es elección suya y al decirle que es malo, se le está sugiriendo que no es muy listo. Está claro que hay que poner en valor nuestro producto, pero teniendo cuidado de no ofender al otro.  


Que le traten con malos modales. El cliente aborrece las muestras de mala educación: que no le saluden cuando llega, que no le miren cuando le hablan, que no le ofrezcan un asiento si la atención se produce en una mesa, que utilicen con él un tono desagradable, que le traten con desprecio de palabra o con las formas, que le griten, que le insulten de forma directa o solapada...


Que le traten con desgana. El cliente espera que le traten con cierta consideración, al fin y al cabo es importante para el negocio. Y el quien paga, así que al menos quiere que le atiendan con un cierto interés.


Que no haya empatía por parte del interlocutor. El cliente espera que él, sus intereses y sus sentimientos le importen al proveedor. No quiere sentirse un número o una cuenta. Y quiere que la empatía que se le muestra sea sincera.


Que desacrediten lo que le ocurre o lo que piensa. Hay una cierta tendencia a decirle al cliente cosas como "eso no es nada", "si usted viese lo que le ha ocurrido a...", "no se preocupe, es una tontería"... Para el cliente lo suyo es lo más importante y le molesta que el otro no lo vea así, minimizándo en ocasiones hasta el ridículo. 


Que el proveedor le cuente su vida. Todos sabemos que las técnicas de venta recomiendan establecer una relación cordial y de confianza con el cliente, pero de ahí a contarle los más mínimos detalles de un divorcio o de los problemas con el jefe directo hay un mundo. Una cosas es hablar de aficiones comunes, y otra muy distintas considerarle un amiguete.


Que jueguen la baza del miedo. Es algo muy común en ciertos sectores (seguridad, finanzas, seguros..). Y el cliente lo rechaza, consciente o inconscientemente, lo que termina finalmente con la pérdida del cliente. 


Lo que se dice


Que no acepten un no por respuesta. Hay proveedores que creen que cuando el cliente da una negativa esta no es firme y que está esperando sus dotes de persuasión con ansia. No es no, y punto. 


Escuchar discursos enlatados, tanto en persona como en comunicaciones telefónicas. Tener un guión está bien, pero utilizarlo tal cual, sin adaptarlo a la persona y a las circunstancias se paga caro delante del cliente.


Que quien tiene delante hable demasiado, o demasiado poco. En el primer caso el cliente percibe que no se le escucha, que se le abruma con información y que la otra persona se siente con más derecho a hablar que él. En el segundo lo que puede pensar es que la persona que le atiende no tiene interés, no conoce el tema que les ocupa, que es inseguro o que no es digno de confianza.


Que le digan que no se enfade. El cliente necesita enfadarse primero y razonar después. Si se desautoriza su derecho al enfado lo que se consigue es justo lo contrario. 

 

Discusión



Que el interlocutor se tome demasiadas confianzas. Incluso si hay una buena relación, es imprescindible establecer unos límites en la interacción cliente-proveedor. Estos límites garantizan el respeto por ambas partes.


Que no sepan su nombre. O que no dejen de decirlo cada dos frases. En el primer caso se muestra desidia y falta de profesionalidad, porque el proveedor debe conocer el nombre de su cliente. Y por el contrario, no parar de decirlo en lugar de promover la cercanía acaba convirtiéndose en hastío. 


No conocer el nombre de la empresa. Cuando se trata de un cliente de empresa, es importante saber el nombre, y saberlo bien. En mi caso, cuando se dirigen a 1 de N Tecnologías de la Información, me enfada sobremanera que muchas de las personas que se comunican con nosotros no sepan ni decir ni escribir el nombre de la empresa. De hecho, me predispone negativamente ante cualquier otro acercamiento posterior. 


El tiempo


Las esperas interminables. Y esto es aplicable a la atención personal o telefónica. El cliente no quiere esperar. Y tiene razón. Al fin y al cabo es su tiempo y nadie debe robárselo sin motivo. Es importante establecer procesos en cualquier punto de la actividad profesional que eviten las esperas. Si la espera es imprescindible, lo recomendable es explicar cuánto y por qué de forma clara.


Que abusen de su tiempo. El cliente aborrece que alguien que le quiere vender algo desperdicie su tiempo, tanto en persona como por teléfono. Es importante evitar las visitas de ventas interminables o las llamadas eternas que desde el principio se ve que no van a llegar a ninguna parte. 



El tiempo vuela...



Tener que explicar a varias personas lo que necesita hasta llegar a un interlocutor válido.


No tener un número al que llamar. Hay casos en los que el cliente no es capaz de averiguar el número en el que puede contactar con la persona o el departamento que necesita, puesto que no está visible ni en la web, ni en las firmas de los correos electrónicos ni en la publicidad. Y eso puede llegar a defraudarle mucho.


Llamadas y correos


No tener un correo electrónico al que dirigirse. En ciertos casos, las empresas únicamente tienen visible un formulario de contacto, no un e-mail, algo que puede enfadar mucho al cliente. La mayoría de nosotros somos conscientes de que los formularios no se leen, no se responden o no llegan a su destino, por lo que preferimos un correo electrónico para comunicarnos con las empresas. 
 

Recibir demasiadas llamadas o correos electrónicos. Es la mejor forma de perder clientes, puesto que terminan aborreciendo, no a la persona responsable de las comunicaciones, sino a la empresa que está detrás.


Hablar con un contestador automático. Aunque es perfectamente comprensible que las empresas tengan contestadores automáticos fuera del horario laboral, es frecuente que se utilice este método para filtrar llamadas o para sustituir a las personas si están ocupadas o fuera de su lugar de trabajo. Y a los clientes les enfada, especialmente si el contestador es meramente informativo y ni siquiera pueden dejar un mensaje.



Clienta enfadada



Hacer un llamada y encontrarse con un distribuidor automático que le da mil y una instrucciones para acceder al departamento o persona con los que necesita contactar. Y les enfada más aún si el distribuidor no es eficiente y les dirige de forma equivocada. Es frecuente no tener disponible la opción que se busca en el menú, así que se acaba pulsando el número que más se acerca al departamento con el que se desea hablar... y cuando nos atienden en él nos encontramos con una bronca monumental "porque nos hemos equivocado".  


Recibir una llamada desde un distribuidor automático y estar esperando varios segundos al otro lado a que el operador se manifieste, diciendo "¿diga? Incluso acaban colgado desde el distribuidor. Y cuando se devuelve la llamada es para darnos cuenta de que hemos hecho una llamada para que nos vendan, o incluso para escuchar un mensaje que nos dice que el teléfono no existe. ¿Cómo que no existe, si han llamado desde él hace un momento? ¿Hay que llamar a Cuarto Milenio, o qué?


En el establecimiento


Que no les atiendan cuando entran en un establecimiento. La sensación de abandono produce rechazo al cliente. En algunos casos se llevará a salir por la puerta directamente y en otros a permanecer en él pero salir sin comprar. Es una forma de castigar inconscientemente esa desidia.


No dejarle ni a sol ni a sombra. Todo lo contrario que en el caso anterior. El cliente odia que no le dejen mirar tranquilamente los artículos de la tienda, teniendo a un dependiente detrás preguntando si le puede ayudar cada 15 segundos o recomendándole producto tras producto. 


Que le vigilen como si fuese un delincuente. Hay establecimientos en los que se trata a los clientes como a ladrones potenciales, mirándoles con desconfianza y siguiéndoles a cada paso... por si acaso. A nadie le gusta sentirse así. 




Post relacionados:

Cómo Gestionar el Enfado de un Cliente 
Qué Hacer con las Objeciones de Tus Clientes 
Cómo Pedir Disculpas a Tu Cliente
Cómo Esquivar a los Vendedores Más Insistentes 


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miércoles, 22 de marzo de 2017

Cuándo Rechazar Clientes

¿Rechazarías a un cliente? Casi parece irreverente preguntar algo así, pero es que en ocasiones la respuesta debe ser un sí rotundo.


Siempre se dice que es mejor perder una venta y ganar un cliente, pero hay clientes que no son rentables para tu bolsillo, para tu imagen o para tu autoestima, así que es más conveniente perder tanto la venta como el cliente.


Por eso quiero compartir contigo algunos de los casos en los que la experiencia (o el sentido común), me llevan plantearme rechazar a algunos clientes:


Cuándo rechazar clientes


  • Tienes muchos proyectos en curso y aceptar más supone desatender tanto a los clientes antiguos como a los nuevos. Aunque pueda parecer que acumular proyectos puede ser algo positivo para tu negocio, si comienzas a bajar la calidad y a incumplir plazos porque tus recursos y tiempo son limitados, la imagen de tu empresa (y la tuya) se resentirá.


  • El cliente no quiere pagar lo que cuesta realmente el proyecto. Hay clientes que insisten en rebajar tanto el precio del producto o del servicio, que termina por no ser rentable a todos los niveles: económico, profesional, moral... Aunque es cierto que un descuento a tiempo nos puede garantizar nuevos clientes y pedidos, lo cierto es que hay límites que no deberías permitir que se crucen. 


Clientes que sólo buscan un descuento
La relación cliente-proveedor debe ser ventajosa para ambos, no sólo para el cliente


  • No puedes cumplir los plazos que requiere el cliente. Bien porque tus recursos no son suficientes para asumirlos, bien porque no son realistas. Aunque lo ideal sería negociar una ampliación de los tiempos, si no se puede es mejor decir no antes que incumplir.


  • No estás capacitado para realizar el trabajo que te propone el cliente. En esta caso es mejor perder un cliente, porque responsabilizarte de un proyecto para el que no estás preparado siempre trae problemas. Por una parte, es probable que no cumplas las expectativas de tu cliente. Por otra, puede que al final finalices el trabajo con éxito, pero te habrá supuesto un sobrecoste, un tiempo y un estrés que no te compensan.  


  • Te requiere mucha energía y tiempo. Porque alguien que te exige tanto, acaba apartándote de tus otros clientes y es fácil que termines perdiéndoles. 


  • El proyecto que te propone no encaja contigo o con tu empresa. Valora si te interesan más los posibles ingresos o hacer algo que no te gusta o puede perjudicar a tu equipo o a la imagen de tu negocio. 


  • El cliente tiene una mala reputación. Si las referencias respecto a su solvencia, su ética o su trato son malas, no te conviene, porque más pronto o más tarde te acarreará problemas. En el caso de la solvencia, te encontrarás con impagos o retrasos casi seguro. Si se trata de malas prácticas o mala fama, ya sea en el sector o de cara al público en general, al final terminará afectando a tu propia imagen y a la de tu negocio. Y si hablamos de un historial de mal trato a sus proveedores, te lo pondrá difícil también a ti.


  • No hay una buena comunicación entre vosotros. Cuando el cliente no es capaz de transmitir lo que necesita, es difícil proporcionárselo, así que se corre el riesgo de acabar decepcionándole, aunque sea de forma involuntaria.


  • No se comparten valores, tanto de forma personal como empresarial, porque a la larga chocaréis en algún punto de vuestra relación.


Herramientas de trabajo
Si no se comparten valores, la relación comercial probablemente termine en fracaso


  • No muestra ningún respeto por tu trabajo. Si el cliente no es capaz de apreciar tu labor y de respetarte como profesional y como persona, es mejor que le digas que no de forma rotunda. Cuando no aprecian lo que haces, el precio siempre será demasiado caro para él y nunca cumplirá sus expectativas por mucho que te esfuerces. Y, por otra parte, acabará con tu autoestima y tu paciencia.


  • Viene recomendado. Las recomendaciones son un arma de doble filo. Te proporcionan nuevos clientes de forma sencilla, pero te puedes encontrar con muchas dificultades. Si el recomendado no queda contento (con o sin razón), acabarás perdiendo dos clientes. Por no hablar de que puede que a tu primer cliente le estés ofreciendo precios y condiciones que no quieras o no puedas proporcionarle al que viene recomendado, pero que esperará si han hablado previamente de ello. Habla antes con el recomendador, para informarte acerca de la relación que les une a ambos, su historial, sus expectativas, etc.


  • Te da mala espina. Si tu intuición hace saltar todas tus alarmas ante un cliente, párate y presta atención. El instinto nos ayuda a llegar a conclusiones, a encontrar patrones recurriendo a la experiencia y a la lógica, aunque no seamos capaces de justificarlas de forma racional. Así que hazle caso a tu instinto, sobre todo si no te suele fallar.


¿Rechazas tú a algún cliente? ¿Qué motivos te llevan a hacerlo?




Post relacionados:

¿Clientes Tóxicos? No, Gracias (I) 
¿Clientes Tóxicos? No, Gracias (II)
Cómo Evitar el "Regateo" con Tus Clientes


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miércoles, 4 de enero de 2017

Todas las Claves para Perder Clientes de Forma Rápida y Eficiente

Las empresas dedican grandes esfuerzos y recursos a la hora de obtener nuevos clientes. No hay más que ver las campañas de marketing que lanzan los negocios, ya sean grandes o pequeños, con la única finalidad de captar clientela. Al precio que sea.


Pero, curiosamente, esos esfuerzos y esos recursos son mucho menores (o inexistentes) si se trata de fidelizar a esos clientes que tanto ha costado conseguir. Cuando la fidelización es más rentable y barata que la captación, y teniendo en cuenta que si no se cuida al cliente, es muy fácil que se vaya a la competencia.


De eso parece derivarse que a las empresas les gusta perder clientes. Así que, desde aquí queremos ayudar a los negocios y comerciales para que lo logren. Para ello hemos hecho una selección de los mejores trucos para perder clientes de forma rápida y eficiente.


Todas las claves para perder clientes de forma rápida y eficiente


La filosofía


  • Da por hecho que tu cliente nunca te abandonará.

  • Mírale como una molestia, no como la razón de ser de tu trabajo.

  • Piensa que si un cliente se va, pronto vendrán muchos más.  

  • No le veas jamás como una persona, hazlo solo como un código de cliente, como una comisión, como un número de tarjeta... despersonaliza que algo queda. 


La empresa


  • No te formes tú ni formes a las personas a tu cargo para que puedan ofrecer una buena atención al cliente. Y, por supuesto, tampoco les ofrezcas un reciclaje continuo.

  • No tengas una buena comunicación entre departamentos, así el cliente se perderá entre ellos si tiene alguna necesidad o queja. Si tienes alguna duda acerca de cómo conseguir esto, fíjate en el funcionamients de algunos organismos públicos... y acertarás.  

  • Ten unas políticas de empresa lo más rígidas posible, para que blinden al negocio frente al cliente, de tal forma que puedas escudarte en ellas cuando él tenga una consulta, una necesidad o un queja.

  • Ofrece unas condiciones y garantías que sólo sean beneficiosas para la empresa, nunca para el cliente. Si para ello debes recurrir a la letra pequeña y a la redacción rebuscada, hazlo sin dudar.

  • Haz distinciones manifiestas entre clientes. Premia a los nuevos clientes de forma pública y notoria en detrimento de los más fieles, ten detalles con clientes preferentes en presencia de los clientes menos importantes para tu empresa. Inspírate en algunas aseguradoras, bancos o empresas de telefonía si tienes dudas.

  • Ofrece mayores comisiones a tu fuerza de ventas por la captación de clientes que por la fidelización de los antiguos. 
 
Adiós, cliente


El comercial


  • Aplícate la máxima de gana una venta, aunque pierdas a un cliente.

  • Crea falsas necesidades a tu cliente para venderle lo que te interesa, no lo que a él le conviene.

  • Crea falsas expectativas en el cliente acerca del producto o servicio que quieres venderle.  

  • Presiona al cliente para que compre, si puede ser de una forma agresiva, mucho mejor. 

  • No le escuches. ¿Quién quiere escuchar al cliente cuando tú tienes tanto que decir?

  • No le dejes hablar e interrúmpele constantemente. 

  • Sé lo más deshonesto posible. Miente, no digas toda la verdad...

  • Céntrate en el precio y olvídate de todo lo demás. ¿Para qué molestarse?

  • No conozcas tu empresa, tu producto o tu servicio. ¿Cómo vas a perder clientes si lo haces?

  • No cumplas jamás lo que prometas. Ni las condiciones, ni los plazos de entrega, ni los descuentos, nada de nada.


La atención en general


  • No cuides tu imagen. O hazlo en exceso.

  • Ten tu puesto de trabajo lo más sucio, desordenado y poco acogedor que te sea posible.  

  • No saludes cuando el cliente entre en tu negocio.

  • Cuando respondas al móvil hazlo de una forma escueta y cortante.

  • Si atiendes al teléfono fijo, hazlo también con brusquedad o con desidia, y de de tal manera que el cliente no sepa dónde ha llamado o con quien habla.

  • Habla por teléfono, manda un WhatsApp o mantén una conversación con un compañero (preferentemente personal, nada relacionado con el trabajo), mientras atiendes a tu cliente.

  • Hazle esperar, mejor si no hay motivo ninguno para ello. 

  • Atiéndele con desgana. Cuanta más desidia y desinterés demuestres, más clientes perderás.

  • Emplea un lenguaje poco adecuado: excesivamente técnico, muy coloquial, pedante hasta el hastío... 

  • Sé más distante o más confianzudo de lo recomendable.

  • Repréndele, échale la culpa de todo, aféale lo que hace o dice.

  • Si el cliente te pregunta algo, di "no lo sé", incluso aunque conozcas la respuesta. Y, por supuesto, no te preocupes de derivar la consulta a otro departamento o de buscarla por ti mismo. Que el cliente se quede con la duda, faltaría más...

  • No sonrías nunca. O hazlo justo en los momentos más inoportunos. 

  • No le mires a los ojos.

  • No le ofrezcas asiento, sobre todo si delante de tu mesa hay dos hermosas sillas y tu trabajo es atender al público.  

  • Cuéntale tu vida y milagros.

  • No le des las gracias.

  • No te despidas cuando el cliente se marche de tu negocio o cuelgue el teléfono.

Si no cuidas a tu cliente: game over


Los conflictos


  • Discute con el cliente todo lo posible. Pierde la paciencia, intenta quedar por encima de él, sé grosero...

  • No des la cara en caso de conflicto.

  • No asumas jamás la responsabilidad de tus errores. Si el posible, derívala a otros departamentos. O, mejor aún, al propio cliente.  

  • Responde tarde, mal y nunca si el cliente tiene una queja o una reclamación.

  • Mira las quejas y reclamaciones como molestias, no como oportunidades de saber qué estás haciendo mal o qué percibe el cliente como negativo aunque tú lo estés haciendo de forma correcta. 


Ironías aparte, seguro que entre estos trucos habrás reconocido actitudes y acciones que, por desgracia, se siguen viendo en muchos negocios. Y eso que son la forma más segura de perder clientes. Quizás incluso tú mismo hayas dicho adiós a algún proveedor por alguno de estos trucos que propongo en el post.


Espero que este artículo en clave de humor sirva de reflexión acerca de cómo cada día se pueden perder clientes sin apenas darte darnos cuenta.





Post relacionados:

Fidelizar al Cliente: Todo Son Beneficios
No Hagas Esperar a Tu Cliente 
Cosas que Tu Cliente No Quiere Escuchar 


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miércoles, 28 de diciembre de 2016

Recopilación de 2016 de Todos Somos Clientes

En este post encontrarás todos los temas que he compartido contigo en el blog a lo largo del 2016. Y hay que reconocer que han sido de lo más variado: clientes, proveedores, trabajadores, sociedades, ecommerce, documentos...

 
Espero que esta información te haya sido útil y que te haya resultado interesante. Por si te has perdido algún post o quieres releerlo, a continuación los encontrarás organizados por temas.


Recopilación de 2016 de Todos Somos Clientes

 
Clientes

Algo Más que Calidad-Precio
Cómo Pedir Disculpas a Tu Cliente

 
Proveedores

La importancia del Agradecimiento a Tus Proveedores
Cómo elegir a Tus Proveedores con Acierto

 
Trabajadores

Los Empleados No Representan a la Marca. Son la Propia Marca
¿Contratar a Familiares o Amigos en Tu Negocio?

 
Sociedades

Cuánto Cuestra Realmente Poner en Marcha una Sociedad Limitada
Cómo Elegir al Socio Perfecto para Tu Negocio

 
Cómo elegir al socio perfecto para tu negocio


Documentos

El Contrato de Confidencialidad: ¿Qué es y para Qué Sirve? 
Cómo Elaborar un Contrato de Arrendamiento de Servicios
Cómo Formalizar un Préstamo Entre Particulares 

 
Protocolo empresarial

Cómo Confeccionar un Manual de Protocolo para Tu Empresa (I)
Cómo Confeccionar un Manual de Protocolo para Tu Empresa (II)
Normas Básicas de Etiqueta para WhatsApp (I)
Normas Básicas de Etiqueta para WhatsApp (II)
20 Tips Básicos de Protocolo Empresarial 

 
Informática, tecnología y ciberseguridad

Consejos de Ciberseguridad para Padres Preocupados
Mi Ordenador Va Lento. ¿Qué Hago?
¿Te Están Robando Tu Wi-Fi? 
Dominios en Internet: ¿Cómo Te Llamas?
¿Dominas Tu Web?
Uso Seguro del BYOD en la Empresa


Consejos de ciberseguridad para padres preocupados

 
Ecommerce

La Importancia de las Pasarelas de Pago en E-Commerce
¿Me Interesa el Dropshipping (I)?
¿Me Interesa el Dropshipping (II)? 
Cómo Elegir la Mensajería para Tu Negocio de E-Commerce 

 
Fotos

12 Sitios Imprescindibles para Descargar Fotos Gratis
Tips para Tener Fotos Perfectas en Redes Sociales

 
Comunicación

Cómo Escribir el Asunto Perfecto para Tus Emails

 
Habilidades

Cómo Aprovechar Mejor Tu Tiempo
Aumenta Tu Capacidad de Concentración (I)
Aumenta Tu Capacidad de Concentración (II)
El Síndrome del Impostor. Qué Es y Cómo Combatirlo 


Cómo aprovechar mejor tu tiempo

 
Consumo y seguridad

Entregar Copia del DNI: ¿Sí o No?  
Cuidado con las Ofertas de Trabajo Fraudulentas
Cómo Evitar el Fraude con Tus Tarjetas de Crédito
Ofertas Engañosas en Grandes Superficies: Cuestión de Números
Si Te Tratan Mal, Vete
Tips para Alquiler una Casa de Vacaciones
Cuidado con los Créditos Rápidos
Cómo Esquivar a los Vendedores Más Insistente

 
Eco

Consigue un Espacio de Trabajo Eco-Friendly 
Cómo Ahorrar Energía con Nuestros Electrodomésticos

 
Frases inspiradoras

25 Frases Inspiradoras Sobre Imagen Personal
25 Frases Inspiradoras Sobre Informática
25 Frases Inspiradoras Sobre Perseverancia 
25 Frases Inspiradoras Sobre Formación y Conocimiento 
25 Frases Inspiradoras sobre Superación 
25 Frases Inspiradoras sobre Empatía 
25 Frases Inspiradoras sobre Negociación
25 Frases Inspiradoras Sobre el Marketing de Contenidos


Si tienes algún tema concreto sobre el que te gustaría leer, te agradecería que me lo comentases. Al fin y al cabo, tú eres el protagonista de este blog, porque sin ti al otro lado, esto no tendría razón de ser.


Nos vemos en 2017...




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miércoles, 2 de noviembre de 2016

Cómo Elegir a Tus Proveedores Con Acierto

Un negocio depende de sus clientes, parece obvio, pero también de sus proveedores. Al fin y al cabo, parte de la eficiencia y la calidad que se brinda a un cliente tiene que ver con ellos. La satisfacción de un cliente con el producto que nos compra, la rapidez en la entrega de nuestra mercancía o la usabilidad de nuestra página web, por ejemplo, es también responsabilidad de nuestros proveedores.


Incluso los precios que nos ofrezcan los proveedores tendrán influencia sobre nuestro negocio. Precios muy elevados que no nos permiten unos márgenes viables, cambios inesperados en las tarifas que nos desbaratan nuestra estrategia de precios o políticas de pago muy estrictas que no nos permiten jugar con la liquidez pueden llevarnos a echar el cierre de la empresa.


Por eso es muy importante hacer una cuidadosa selección de los proveedores, especialmente si eres emprendedor y estás comenzando tu actividad.


A continuación encontrarás algunos consejos que te pueden ser útiles para elegir con acierto a tus proveedores, tanto de productos como de servicios.


Cómo elegir a tus proveedores con acierto


Por el principio


Analiza qué proveedores necesitas, qué productos o servicios, qué volumen manejarás y qué cualidades mínimas deben tener para serte rentables. 


Haz una preselección previa. Para ello es imprescindible que busques información sobre ellos. En Internet, consultando a otros clientes, en ferias, en cámaras de comercio, pidiendo informes de solvencia (sí, también se puede hacer con los proveedores para evaluar si son fiables).


Valora la experiencia del proveedor. Si bien es cierto que la experiencia suele ir asociada a un mayor know how, también lo es que las empresas jóvenes están deseando hacerse un hueco en el sector y trabajan mucho para satisfacer a los clientes.


Los precios


CalculadoraMira con lupa los precios que te ofrezca tu proveedor, para saber si te convienen a la hora de marcar tus propias tarifas. Ten en cuenta no sólo el precio de cada ítem, hazlo también con los gastos de envío, gastos de embalaje, impuestos, tasas de aduanas, etc.


Piensa qué te conviene más, si sólo un precio bajo o un precio razonable más un buen servicio. En ocasiones te puede interesar más pagar un poco más si te brindan información útil, una buena atención y un servicio postventa esmerado. Valora cuidadosamente la relación calidad-precio-servicio de cada proveedor.


Las condiciones


Infórmate bien acerca de las condiciones que te ofrece el proveedor: plazos de entrega, formas y plazos de pago, gastos de envío, devoluciones y reembolsos, características del servicio, etc. Estas condiciones, tanto de forma directa como indirecta influyen en el precio final y en imagen frente a tus propios clientes.


Consulta al potencial proveedor si te puede ofrecer condiciones especiales por volumen o por pronto pago, si tu negocio tiene mucho movimiento o tienes una tesorería saneada.


Consulta acerca de la flexibilidad del proveedor, porque es un valor añadido que debes tener en cuenta. Si se puede amoldar a las condiciones o imprevistos que le puedas plantear, te facilitará mucho las cosas.


La logística


Pregunta acerca de la logística del proveedor, puesto que de ella dependerá el abastecimiento y reposición de productos, así como de las entregas de los mismos.


Ten presente la ubicación del proveedor. Si está muy lejos de tu localidad, los gastos de envío se pueden encarecer mucho, los plazos de entrega se pueden dilatar y puedes tener que contar con gastos y retrasos en aduanas. Si los precios son muy bajos y no necesitas tener la mercancía con urgencia, quizás te sea rentable. Valóralo cuidadosamente.


La calidad


Calidad
Comprueba la calidad de los productos o los servicios antes en embarcarte en una relación duradera con el proveedor. Piensa que la calidad que te brinde repercute en la de tu propio negocio.


Más consejos


No elijas un solo proveedor de referencia. Ten varios disponibles para que no te quedes sin productos en caso de que se quede sin stock, cambie los precios o las condiciones o cese su actividad. Ya sabes el dicho: no pongas todos los huevos en la misma cesta.


Te puedes ser útil crear un cuadro para comparar a los distintos proveedores de productos o servicios similares. Así podrás elegir los mejores para tu negocio. Y el resto los podrás dejar en reserva por si tuvieses necesidad de recurrir a ellos en caso de emergencia. 


Procura siempre que la relación comercial quede reflejada en un contrato. Lo ideal es que refleje precios, condiciones, plazos, posibles revisiones, motivos de rescisión, etc. No es una garantía total, pero sí que aportará seguridad a ambas partes. Y, por supuesto, es una forma más profesional de relacionarse entre proveedor y cliente. 


No tengas miedo (o pereza) a la hora de cambiar de proveedor si este no te ofrece un buen producto o un buen servicio, si cambia de condiciones y éstas no te interesan o si sospechas (con fundamento) acerca de su estabilidad o su capacidad de cumplir sus compromisos.


Y, por supuesto, cuida a tus proveedores y pide que ellos te cuiden a ti. 




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Cómo Elegir Mensajería para Tu Negocio de Ecommerce
14 Consejos para Contratar una Asesoría con Acierto (II)
 

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miércoles, 20 de julio de 2016

¿Me Interesa el Dropshipping? (II)

En la primera parte de ¿Me Interesa el Dropshipping? te hablé acerca de qué es este sistema, de qué es un dropshipper y de las ventajas e inconvenientes que conlleva. En esta segunda quiero darte algunos consejos prácticos para que te puedas desenvolver con más facilidad si te decides a trabajar con dropshipping. 


Comenzamos...
  

¿Me interesa el dropshipping? (II)

 
Consejos


Por el principio

 
Haz un estudio de mercado previo, para saber si tu negocio es viable. Aunque no tengas que tener stock, sí tendrás unos gastos inevitables a los que deberás hacer frente, vendas o no, por lo que te conviene que ponerlo en marcha te sea rentable.


En un principio, si no quieres arriesgarte encargando una tienda on-line, siempre puedes poner a la venta los productos en plataformas ajenas como eBay o Amazon.


Tu as en la manga: la diferenciación. Ten en cuenta que con el dropshipping no podrás competir por precio, así que tendrás que centrarte en el valor añadido que ofrezcas a tus clientes: buena atención, servicio postventa esmerado, personalización del producto, consejos de uso, manuales de usuario (en caso de que el dropshipper no los facilite con el producto), etc. 


Proveedores


Si te es posible, trabaja siempre con el fabricante. De esa forma evitarás intermediarios innecesarios que incrementarán el precio y la complejidad del proceso.

 
Si el fabricante no vende a minoristas y lo hace siempre a través de mayoristas, un buen truco es hablar directamente con el proveedor y solicitarle un listado de todos con los que trabaja en tu zona de influencia. De ese modo podrás valorar cuál de ellos de conviene más. 

 
Logística
¿Tiene el dropshipper una infraestructura suficiente?
Investiga al dropshipper, para cerciorarte de que cuenta con una buena infraestructura para llevar a cabo su labor comercial. Incluso si se trata de un minorista, debes averiguar si será capaz de cumplir al 100% con tus expectativas y las de tu cliente.

 
No pongas todos los huevos en la misma cesta, es decir, no dependas de un sólo proveedor para mantener tu tienda on-line. Si el proveedor te falla por el motivo que sea, ya no tendrás negocio. 
 

Asegúrate de que tu proveedor tiene claro que debe ser invisible para el cliente. Eso significa que tendrá que adjuntar la factura emitida por ti con la propia mercancía o enviársela tú por separado al cliente, algo que algunos dropshipper poco profesionales olvidan. No será la primera vez que envían tu factura (la generada por el dropshipper para ti) al cliente, así, sin pestañear. Los realmente profesionales te pedirán etiquetas o tarjetas de tu negocio para adjuntarlas con la mercancía. Tampoco deberán contactar directamente con el cliente si ocurre alguna incidencia con la entrega. Resumiendo, si es necesario educa a tu dropshipper.  


Si trabajas con varios proveedores, es posible que tu cliente haga un solo pedido, pero que reciba varios envíos distintos, uno de cada dropshipper. Si esto ocurre, deberás tener en cuenta los gastos de envío que supone cada partida del pedido. Imagina un pedido de un cliente que servirán 3 dropshipper diferentes. Eso supone 3 gastos de envío para ti y uno solo para tu cliente, lo que puede suponerte pérdidas si no tienes los precios bien ajustados. Y, por supuesto, tendrás que avisarle al cliente de la llegada de varios paquetes. 

 
Hay proveedores exteriores que pueden tener precios muy competitivos, aunque debes valorar si realmente te son rentables por sus gastos, aranceles y plazos de entrega. También debes tener en cuenta la seguridad que te ofrezca la legislación y regulación en el país de origen si quieres evitarte disgustos.
 

Los productos


Aunque no sea necesario stock, si te aconsejo que tengas muestras de tus productos, o al menos de los más especiales. De esa forma podrás ver si la calidad y características de los productos son las prometidas por el dropshipper. Incluso tendrás la posiblidad de vender una sola unidad a tus clientes, para que vean si les conviene hacer el pedido completo


Estate pendiente del stock de los productos que vendas de tu proveedor. Es uno de los primeros fallos que todos cometemos cuando comenzar a trabajar con dropshipping, de tal forma que nos encontramos con que nuestros clientes nos piden mercancía y, cuando vamos a comprarla al dropshipper, no la tiene en su almacén. Esto te supondrá más o menos trabajo, dependiendo de si tu proveedor tiene una estructura o no. Y siempre puedes encargar o crear herramientas automáticas que te avisen de la falta de stock de tu dropshipper. 

 
Vende productos con los que estés familiarizado. Es decir, si no tienes ni idea de cosmética, vender productos de maquillaje no es una buena idea. Fórmate e infórmate acerca del sector y los productos antes de ponerte manos a la obra. Incluso si vas a delegar en otros la gestión y la promoción, lo ideal es que tengas una mínima idea del negocio, para poder supervisar el trabajo de los demás con algo de conocimiento.

 
Fotografía
Cuida las fotografías de tu negocio on-line
Muchos dropshippers facilitan fotos de sus productos, pero te aconsejo que tengas las tuyas propias, porque no siempre son de una calidad óptima. Ya sabes que la calidad, la variedad y el tamaño de las fotos son fundamentales a la hora de que el cliente decida su compra. Por no hablar de que todos los demás clientes del dropshipper tendrás las mismas fotos que tú, algo que no te interesa si buscas diferenciación.


Lo ideal es que el proveedor te facilite fichas de producto lo más completas posible. Si te las facilita en ficheros CSV o XML, será más cómodo para ti.


Te recomiendo vivamente que no copies y pegues las descripciones de productos del proveedor, porque Google lo considerará contenido duplicado y todos sabemos lo que significa... penalización. Esto te supondrá un trabajo extra, puesto que tendrás que esforzarte en generar contenidos propios para cada producto.  


Los precios


El dropshipping implica que los precios que te ofrecerán serán más elevados que los que le aplicarán a un minorista que compra cierta cantidad de cada producto para tener en stock. Tenlo en cuenta, por si en algún momento te interesa cambiar de sistema.


El margen con el que trabajes variará según el precio del producto que vendas. Cuanto más barato sea éste, menor será tu beneficio. Como media, deberías conseguir un 20%-30% para que se sea rentable. Si es un porcentaje menor, lo más probable es que sólo te compense si tienes previsto vender grandes cantidades a cada cliente.  

 
PVP recomendadoHay dropshippers que te marcarán el PVP o, al menos, el precio mínimo al que puedes vender tus productos. De ese modo se garantizan que los minoristas no entrarán en una guerra de precios que acaba por perjudicarles a ellos y a sus productos. 

 
Te aconsejo que tengas en cuenta el precio recomendado que suelen dar los proveedores y que estudies los que tiene tu competencia para los mismos productos. Así podrás establecer tu estrategia de ventas con datos en la mano. 


Y, ahora, la decisión dropshipping sí o dropshipping no, es toda tuya...





 

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La primera vez que apareció el artículo ¿Me Interesa el Dropshipping? fue en el blog de Todos Somos Clientes


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