jueves, 10 de marzo de 2022

Cómo Afrontar un Despido

Todos en algún momento hemos sido despedidos o lo seremos en el futuro. Y a pesar de que esto puede ser devastador desde el punto de vista económico en una buena parte de los casos, no debería serlo también para la autoestima ni para el ánimo de quien lo experimenta. Porque, aunque no lo parezca, un despido es una oportunidad para aprender y para crecer como persona y como profesional. 

 

En otro orden de cosas, es importante saber cuáles son tus derechos y obligaciones para que, además de ser un momento delicado a nivel económico, personal y profesional; no te dejes engañar o cometas errores que puedan acarrearte consecuencias desagradables.

 

En este post quiero darte algunas claves para afrontar el momento de un despido que espero que te sean de utilidad... y que tengas que utilizar poco (o nada) a lo largo de tu vida profesional.


Cómo afrontar un despido

 

Pregunta de forma directa y serena cuál es el motivo del despido. Pide con educación y buena actitud que te lo expliquen con detalle. Si no sabes cuál es la razón de que quieran prescindir de tus servicios te quedarás con la duda y eso aumentará tu inseguridad y, además, no podrás aprender de tus errores. Algunas frases que te pueden ser útiles en esa situación: "¿Me podría detallar los motivos de mi despido, por favor?", "¿Sería tan amable de darme las razones de su decisión para que pueda mejorar en el futuro?", "Lamento mucho tener que dejar la empresa, ha sido una etapa muy importante para mí, por lo que me sería muy útil conocer cuáles son los motivos de mi despido"...

 

Ante esa petición puede que no te digan la verdad, pero incluso una mentira puede ser muy reveladora. Quizás quieran justificar tu despido con excusas o falsas razones. Si es así, sabrás a qué atenerte en caso de que quieras recurrir a la vía legal. 

 

Si preguntas sobre los motivos del despido, debes estar dispuesto a encajar las críticas que pueda hacerte tu empleador, tanto si son fundadas como si no lo son. Escucha con atención y no te pongas a la defensiva.

 

Empleador y empleado manteniendo una conversación

 

En cualquier caso, da las gracias por las explicaciones que te proporcione tu empleador.

 

Analiza de forma honesta y desapasionada las críticas a tu desempeño o a tu actitud. Si tienen una base, aprovecha para aprender y mejorar.

 

En algunos casos el despido no tendrá que ver ni contigo ni con tu desempeño, puede que esté motivado porque la empresa esté pasando dificultades económicas, porque esté experimentando cambios estructurales o reestructuraciones de algún tipo. Si se ha dado cualquiera de estas circunstancias, aprovecha para aprender de ese contexto para futuros trabajos. 

 

Si el despido no tiene que ver con tu desempeño ni con tu rendimiento, quizás puedas llegar a un acuerdo con la empresa. Puede que tengan otros puestos vacantes a los que puedas acceder, aunque tengas que cambiar de categoría o tengas que reciclarte. O incluso puede que os convenga a ambas partes llegar a un pacto económico, reduciendo el sueldo o el horario, cambiando parte de la remuneración económica por otros beneficios, etc. 


Aunque te comuniquen el despido de forma verbal, pide que lo hagan también por escrito (la empresa está obligada). En la carta debe figurar el motivo, si es objetivo o si es disciplinario, la fecha en la que será efectivo, etc. 

 

Presentando documentación a la empleada para su despido


El empleador debe generar dos copias de la carta, una para él y otra para el trabajador. Ambas cartas deben ser iguales y el trabajador debe firmar su copia (se recomienda incluir la fórmula no conforme siempre). Es importante fijarse en la fecha del despido, porque a partir de ella se comenzarán a contar los plazos para recurrirlo si es necesario. Además del no conforme y la firma, es fundamental que escribas la fecha en la que recibes la carta, también por cuestión plazos (preaviso, recursos...).

 

Ten en cuenta que hay dos tipos de despido: el objetivo y el disciplinario. El objetivo es en el que el empleador despide al trabajador por motivos económicos, técnicos, de producción, por ineptitud, falta de adaptación, etc. El disciplinario cuando el trabajador, según la empresa, ha incumplido de forma grave sus obligaciones laborales: falta de disciplina u obediencia, disminución reiterada y voluntaria del rendimiento, faltas de asistencia o puntualidad continuadas, actitudes ofensivas o violentas, acoso...


Negocia de forma inteligente tu salida de la empresa. Mi consejo es que antes de aceptar nada consultes con un abogado laboralista, merece la pena pagar por una consulta e ir sobre seguro en este asunto. Eso no significa que después tengas que llegar a un juicio con la empresa obligatoriamente, sino que tendrás información para poder reclamar una indemnización justa (en caso de despidos improcedentes), cerciorarte de que el finiquito es el correcto (en el caso de despidos procedentes) y para obtener unas buenas condiciones de salida más allá de las económicas.


En el caso de que consideres que es un despido no justificado, es imprescindible que consultes con un abogado, y también que contrates sus servicios para que te ayude a llegar a un acuerdo o que te represente si se llega a juicio.


Si prevés que te van a despedir o te han dado ya el preaviso, guarda toda la información que vayas a necesitar cuando te vayas. Eso no significa que robes datos confidenciales o propiedad intelectual o material a la empresa, porque no es ni ético ni legal, por supuesto. Pero sí que debes hacer con todo lo que es legítimamente tuyo (documentos, títulos y diplomas, fotografías, libros técnicos, manuales, objetos personales...) y que probablemente no puedas recuperar cuando abandones tu puesto. Y también te recomiendo que borres o destruyas cualquier información de carácter personal que tengas en el ordenador del trabajo o en la mesa de tu despacho.


Facilita la transición a la empresa y a tus compañeros. Pon al día a la persona que te vaya a sustituir, enseñándole lo básico para desempeñar tu puesto. La vida da muchas vueltas y puede que tengas que volver a pedir trabajo en la misma empresa o puede que te encuentres con jefes o compañeros en otra compañía más adelante. Y ten presente que es muy posible que pidan referencias a las personas con las que has trabajado cuando quieras acceder a otro empleo, por lo que siempre conviene dejar el anterior con cierta elegancia.


Personas ante un documento y un ordenador conversando

 

Recopila toda la documentación necesaria para presentarla en la Oficina de Empleo. Puede que consigas trabajo enseguida, pero no está de más tener todos los documentos en regla para poderlos presentar en tiempo y forma, por si necesitas cobrar la prestación por desempleo. Recuerda que si el despido se ha considerado procedente o has pedido la baja de forma voluntaria no tendrás derecho a esta prestación. 

 

Calcula el finiquito antes de aceptarlo. Este debe estar compuesto por los días que hayas trabajado desde que cobraste tu última nómina y hasta el último día que hayas trabajado, las pagas extras que te correspondan hasta el fin de la relación laboral, las vacaciones que te queden por disfrutar, etc. Ten en cuenta que una cosa es el finiquito, que es lo que te debe el empleador sea cual sea el motivo del despido, independientemente de que te vayas tú o de que te despida él; y otra diferente es la posible indemnización. Por cierto, deben entregártelo (y firmarlo tú) el último día de trabajo.


Persona manejeando una calculadora

 

El empresario te debe proporcionar la última nómina y un documento en el que detalle todos los conceptos del finiquito y las cantidades que debes percibir, así como un justificante del pago. 


Si el fin de la relación laboral es amistoso, sería interesante que preguntases si en la empresa estarían dispuestos a facilitarte referencias (buenas, claro) en caso de que sean necesarias en un futuro proceso de selección.


Comienza a preparar la búsqueda de un nuevo empleo lo antes posible. Analiza qué tipo de trabajo quieres conseguir, actualiza tu currículum, comienza a mover tu red de contactos, comienza a buscar en plataformas y redes sociales seguras y confiables, crea alertas de trabajo, actualiza tus conocimientos si lo consideras necesario para conseguir tu puesto ideal, mejora tus habilidades o aprende otras nuevas, practica tus habilidades y respuestas para futuras entrevistas de trabajo...

 

Cuando te pregunten por el motivo de tu despido en una entrevista de trabajo, no mientas, pero tampoco te extiendas en las explicaciones. Si no ocultas las razones, los empleadores no suelen querer profundizar más en ellas. 


Y, sobre todo, no dejes de tener confianza en ti mismo y en tus capacidades


Información de interés:

Estatuto de los Trabajadores

 

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La primera vez que apareció el post Cómo Afrontar un Despido fue en el blog de Todos Somos Clientes.


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