Cada vez hay más emprendedores y eso es una buena señal.
Pero, que seamos muchos, no garantiza que la mayoría seamos expertos en protocolo
empresarial (ni siquiera neófitos). Bastante tenemos con aprender a marchas forzadas cosas tales como
la mejor forma de conseguir una subvención sin perecer en el intento, presentar una plan de empresa
ganador o reducir costes de forma radical sin reducir la calidad de
nuestros productos.
Pero el protocolo empresarial es importante en el desempeño
de nuestra actividad, aunque no lo creamos. A la hora de establecer relaciones
comerciales con clientes y proveedores, tanto nacionales como extranjeros, es
necesario conocer los códigos de comportamiento en el mundo empresarial. De
ello depende muchas veces que nos elijan a nosotros en lugar de a otro que
ofrece los mismos productos o servicios y en las mismas condiciones. Por no hablar de que el protocolo en el mundo de los negocios también forma parte de la atención y orientación al cliente.

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Protocolo: jugar todos con la misma baraja |
Pues no, el protocolo aplicado a la empresa es para todos.
Es una forma de conducirse en las relaciones internas o externas dentro de la
empresa que ayudan a que todos juguemos con la misma baraja. Y, como todos
los pequeños, de una forma o de otra, acabamos (o queremos acabar) teniendo
relación con esos peces gordos, debemos saber cómo y cuándo aplicar esas normas
de cortesía.
De hecho, saber cuáles son las normas generales de protocolo
empresarial, nos darán una idea bastante clara, por ejemplo, del aprecio que
nos tiene un cliente, la consideración que le merecemos a ese proveedor que
tanto nos interesa o, incluso, si el director del banco tiene querencia a concedernos
ese crédito que tanto deseamos para poner en marcha nuestro proyecto.
El protocolo es un lenguaje y, si no lo conocemos, no sabremos interpretar qué nos está diciendo el otro ni podremos transmitir lo que queremos. Una gran cantidad de malentendidos en el mundo empresarial parten precisamente de esta incomprensión.

Si bien es cierto que, cuando haya cierta confianza y otros casos muy concretos, las relaciones son y deben ser mucho más fluidas y relajadas. Precisamente el conocimiento del protocolo empresarial te dirá cuándo y con quién aplicar un estilo más relajado, sin miedo a equivocarte.

Por todo esto, te recomiendo que busques información acerca
del protocolo empresarial, que leas todos los libros que tu tiempo te permita y
que recibas cursos sobre el tema (también los hay online e, incluso,
gratuitos). Comprobarás que no es tiempo perdido. Y, por supuesto, también te
invito a que leas los artículos que iré incluyendo en el blog.
Aquí tienes algunos libros sobre el tema:
- "Protocolo y comunicación en la empresa". Carmen Cuadrado Esclápez
- "Manual básico de protocolo empresarial y social". María del Carmen Martínez Guillén
- "Guía de estilo, protocolo y etiqueta en la empresa". Pilar Benito Sacristán
- "El protocolo y la empresa". Montse Solé
Y también algunos enlaces que te pueden interesar:
Comunicación global, imagen y protocolo
Revista Protocolo.com
Galicia Protocolo