La marca personal o personal branding es tu principal activo profesional. Es lo que te identifica y que te hace único y valioso para los demás; es la huella que dejas en los demás cuando interactúas con ellos.
Y ahora que la sociedad hace que las relaciones profesionales (y personales) sean cada vez más impersonales, una marca personal fuerte es imprescindible.
Para forjar y mantener una marca personal hay que seguir las mismas estrategias de marketing que se utilizan cuando se trata de una marca comercial:
- Conocer la marca/empresa.
- Definir nuestra misión y nuestra visión.
- Marcar claramente nuestros objetivos.
- Analizar el mercado y a nuestra competencia.
- Determinar cuál es el público al que nos dirigimos.
- Planificar las estrategias a seguir.
- Buscar la diferenciación-
- Comunicar nuestra marca y nuestros productos de forma correcta y coherente.
- Poner en marcha todos los mecanismos necesarios para lograr los objetivos marcados.
- Proteger la marca, etc.
En el caso de la marca personal los pasos son los mismos, pero adaptados a un individuo en lugar de a una empresa o negocio.
Si haces memoria acerca de marcas comerciales, habrá muchas que se agolparán en tu mente: Nike, Coca-Cola, Mercedes, Chanel, Moleskine, Apple... Pero, ¿te viene a la mente alguna marca blanca? Casi seguro que no. Pues extrapola la marca blanca al personal branding y tendrás lo que consiguen muchas personas, desde CEOs a estudiantes recién salidos de un máster.
Para que no seas nunca una marca blanca, aquí tienes algunas pautas generales que te serán útiles:
- El personal branding es algo que trasciende el concepto de desarrollo personal, va más allá. La marca personal no es algo que posees, es algo que eres. No es un traje que te pones y te quitas cuando te viene bien, porque eres tú a tiempo completo. Por eso es tan importante comenzar por el principio: conocerse a uno mismo. Para crear tu marca personal es necesario saber cuáles son tus puntos fuertes, tus debilidades, qué te diferencia, qué sabes hacer, qué te apasiona, qué puedes aportar, qué te gustaría hacer, etc. Para ello nada mejor que sentarse delante de una hoja de papel y hacer listas con las palabras o conceptos clave, sólo te hará falta algo de tiempo y sinceridad.
- También habrá que conocer nuestra imagen al otro lado del espejo, por eso es importante saber cómo nos ven los demás. Pregunta a tu familia, a tus amigos, a compañeros de trabajo o antiguos jefes qué imagen perciben de ti. Cada uno verá una faceta distinta, casi seguro. Luego sólo tendrás que hacerte una idea global de cómo te ven a partir de esas definiciones. Ahora ya tendrás clara la diferencia entre lo que eres y lo que pareces, por lo que podrás comenzar a plantearte qué estrategia seguir para que no se distingan.
- Necesitarás plantearte unos objetivos a conseguir, a corto, medio y largo plazo. Esas metas son importantes, porque sin ellas tu marca y tu futuro no se sostendrán. Eso de ser como el junco en lugar de como el árbol, para dejarse llevar por el viento sin romperse está bien como metáfora... pero el junco tiene raíces, ¿no? Si no las tuviese, por mucho que fuese flexible, sería rápidamente arrancado por el viento. Tus objetivos, my friend, son tus raíces.
- Y no sólo necesitarás metas, también necesitarás un público. Procura saber quién compone ese público y qué es lo que demanda. Probablemente tendrás distintos tipo de público según tus objetivos y el momento en que te encuentres, pero deberás conocerle en profundidad. Averigua qué le motiva, qué le emociona, qué necesita, cómo quiere que te comuniques con él...
- Luego planifica tus estrategias para conseguir esos objetivos: crea una presencia física potente y coherente, utiliza la vida social (on y off-line), crea un plan de comunicación, genera contenidos que apoyen tu marca, transmite también tu parte más humana y personal, integra tu vida personal en tu personal branding, etc. Plantéatelo como un puzle con muchas piezas, que debe formar una imagen.
- Y, por último, trabaja todos los días para poner en marcha esas estrategias y conseguir tus metas. La marca personal requiere esfuerzo, trabajo constante, paciencia y humildad. Esfuerzo, porque forjar una marca personal no es nada fácil, requiere de toda tu voluntad y dedicación. Trabajo constante, porque no puedes bajar la guardia ni un sólo instante; cualquier desliz puede hacerte retroceder ante tu público. Paciencia, porque no se consigue en un par de horitas; más que un montaje de un mueble de Ikea es un trabajo de ebanistería fina. Y humildad, porque necesitarás grandes dosis de esta actitud cuando te equivoques, que lo harás...
Recuerda que hay marcas personales que se han hecho tan fuertes que han llegado a eclipsar a la propia marca comercial. ¿No te parece que Steve Jobs llegó a opacar con su marca personal a Apple? Tu personal branding debe ser tan potente, tan atractivo, que debe pesar más que la marca comercial a la que representes.
En la segunda parte de este post te daré algunos consejos prácticos para que mejores tu marca personal.
¡Nos vemos pronto!
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