Si esta automatización se produce mientras conducimos, cruzamos la calle, trabajamos en una cadena de montaje o mientras estamos operando un paciente, las consecuencias pueden ser gravísimas, por descontado.
Si el piloto automático lo llevamos puesto cuando atendemos a un cliente, las consecuencias pueden ser muy negativas también:
- Cometeremos muchos más errores.
- Nuestro cliente notará que funcionamos de forma automática y dejará de prestarnos atención. Todos conocemos esa sensación de estar hablando con Robocop, en lugar de con un dependiente.
Estar alerta ante cada detalle... |
- Tampoco estaremos alerta cuando el cliente nos plantee necesidades, objeciones o dudas y, mucho menos cuando esté dando señales de compra, en el caso de las ventas. ¿Cómo responder al cliente si no le prestamos atención?
- Ofreceremos una pésima imagen personal y de nuestra empresa.
- Nuestra jornada laboral será mucho más larga y pesada. Si no prestamos atención a cada detalle de nuestro día laboral, unos días se parecerán a otros, con lo que el aburrimiento y la desgana se apoderarán de nosotros. Nuestro cerebro necesita estímulos para mantenerse en forma y no apoltronarse; fijarse en los detalles y prestar atención a lo que nos rodea es el mejor ejercicio.
- Si automatizamos tareas y procesos, probablemente dejemos de buscar nuevas formas de hacer las cosas, más productivas e interesantes.
Así que, cambia la conducción automática por la manual y vuelve a disfrutar de tu trabajo...
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