Veamos cómo ser el perfecto visitante:
- No te presentes nunca sin previo aviso. Es una falta de cortesía inadmisible, además que conseguir enfadar a la persona a la que visitamos.
- No llegues muy temprano a la cita. También es una muestra de malos modales, porque descabalarás la agenda de la otra persona y le incomodarás. Tómate un café o date un paseo, te serenarán y de darán el tiempo extra para acudir a la cita a tu hora.
- No llegues tarde, por el mismo motivo que en el caso anterior. Si no vas a poder evitarlo, al menos llama para informar de tu retraso y pregunta si te podrán atender o es mejor concertar una nueva entrevista.
- Saluda cordialmente a tu anfitrión cuando llegues y, te hago la misma recomendación que a el: sonríe.
- No te sientes hasta que no te lo ofrezcan. Si ves que no lo hacen (ya sabes, lo olvidos...), pregunta si te puedes sentar. Sólo si la otra persona es tan descortés como para no hacerlo, siéntate.
- Da las gracias por atenderte y por el tiempo que te va dedicar.
- No seas demasiado curioso. Es lógico que mires el despacho y a tu anfitrión, pero no peques de indiscreto. Si tienes que hacer algún elogio, hazlo pero con mesura (evita parecer un pelota). Y, por supuesto, no critiques.
- No invadas la mesa de tu anfitrión con papeles, portátiles, maletines, móviles, etc. Es algo que molesta siempre, muchas veces a nivel inconsciente, porque se considera una intromisión en nuestro territorio.
Pregunta antes de sacar tu arsenal |
- Si vas a sacar el portátil, pide permiso para hacerlo.
- No seas demasiado pedigüeño. Deberías ser autosuficiente, por lo que tendrías que poder conectarte a internet sin contar con tu anfitrión, llevar todas las copias que vayas a necesitar, etc. Hay muchas personas a las que les incomoda este tipo de peticiones, porque las consideran poco profesionales.
- Por lo mismo, no pidas bebidas a no ser que te las ofrezcan. Única excepción: si necesitas agua porque estás tosiendo o se te seca la boca.
- Al igual que en el caso del anfitrión: no atiendas llamadas telefónicas, no fumes, no comas chicle, no te repantingues en la silla... ¡Uy, parezco una madre en plena acción!
- No hagas comentarios o apreciaciones desagradables. La otra persona te está brindando su hospitalidad y su atención, así que no seas grosero. Sería el equivalente a estar invitado a una casa y ponerse a gritar y a insultar a sus anfitriones.
- No alargues la entrevista de una forma excesiva. El tiempo de tu interlocutor es tan importante como el tuyo, así que no le obligues a desperdiciarlo. Se lo más breve y conciso que puedas, te prestarán más atención... y te lo agradecerán.
Recuerda que:
"Te reciben según te presentas. Te despiden según de comportas".
Francisco de Quevedo
Estos consejos son sólo eso, consejos, a ti te corresponde decidir cuáles, cómo y cuándo aplicarlos.
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