Cómo Proteger Físicamente Tus Dispositivos

Hace unos días se me cayó al suelo la tablet y se rompió la pantalla. Eso no habría sucedido si la funda hubiese sido la adecuada... y si hubiese sido más cuidadosa, por supuesto. Obviamente me disgusté mucho, por decirlo de una forma políticamente correcta. Y me fastidió todavía más porque los equipos me suele durar varios años en perfecto estado.

 

Ese incidente me llevó a reflexionar sobre la protección física de los dispositivos. Que realmente va más allá de evitar que se rompa la pantalla o que se caiga un café sobre el teclado, porque esa seguridad material también afecta a la información que contienen. 

 

¿Quieres saber cómo proteger tus equipos y dispositivos físicamente? Aquí tienes unos consejos básicos que te ayudarán a conseguirlo.

 

 

Por qué es tan importante la protección física

 

▣ La seguridad e integridad física de tus dispositivos es tan importante como la virtual. De hecho, parte de la seguridad virtual depende directamente de la protección física.

 

▣ La pérdida o el acceso indebido a la información que almacenamos en ellos es un verdadero problema. Se pone en riesgo nuestra privacidad, nuestra seguridad, nuestra integridad física e incluso nuestro dinero. Por no hablar de que incluso puede estar en peligro nuestro puesto de trabajo o nuestro negocio si lo que se pierde o nos roban es información profesional.

▣ Y, desde luego, el hecho de que un ordenador, una tablet o un smartphone se estropeen supone una pérdida económica nada desdeñable y que es conveniente evitar. 

 

Asegúralos

 

▣ Si es posible, asegura tus equipos ante robos, accidentes, incendios... Esto es especialmente importante si se trata de tus herramientas de trabajo. Eso sí, antes de contratar un seguro de este tipo, comprueba que cubre tus necesidades y que es el adecuado teniendo en cuenta la antigüedad y las características del equipo. También conviene que compruebes si algún otro seguro cubre tus dispositivos, como el del hogar o el que tengas en tu negocio. 

Documéntalos

 

▣ Apunta los números de serie de los dispositivos por si necesitas denunciar el robo. Tampoco está de más que tengas fotos de los mismos, sus facturas de compra...

 

Cuestión de vigilancia

▣ No dejes tus dispositivos sin vigilancia. Pueden robártelos, acceder a la información que tengas almacenada o instalar malware.

 

 

▣ En el trabajo, ten cuidado con tu portátil o tu smartphone. Si estás cara al público o hay un gran movimiento de personas en tu puesto de trabajo o debes dejarlo allí al finalizar tu jornada laboral, procura cerrar la puerta de acceso al despacho y/o guardarlos en un cajón con llave. 

 

▣ Procura llevar siempre tu smartphone encima mientras te mueves dentro de la empresa. Probablemente puedas confiar en tus compañeros de departamento, pero siempre puede haber un extraño que decida adoptarlo como nuevo dueño. Piensa en la cantidad de personas ajenas que pueden moverse en una oficina: visitas de clientes o proveedores, personal de servicios técnicos o reparaciones, repartidores... La mayoría serán personas muy honradas, por supuesto, pero... ¿y si justo cuando dejas tu móvil sin vigilancia aparece una que no lo es? De hecho, hay especialistas que se cuelan en las empresas para afanar todo lo que pueden. Son ladrones que entran con mucha seguridad en las instalaciones, se pasean a sus anchas por los despachos y eligen aquello que más les interesa.

▣ Si usas tu portátil en una zona pública (cibercafés, centros de coworking, bibliotecas...) puedes usar un cable antirrobo para asegurarlo a un punto fijo. 

▣ Nunca dejes tu portátil o tu teléfono en el coche, ni en los asientos, ni en la bandeja trasera ni tampoco en el maletero. No los dejes a la vista, incluso si estás dentro del coche, porque si estás parado algún delincuente puede verse atraído por tus dispositivos y abrir la puerta (o romper una ventana) para hacerse con ellos. 

 

 

Medios físicos

▣ Procura usar fundas y protecciones físicas para evitar que los dispositivos se rompan si caen al suelo. 

 

Buenos hábitos

 

▣ Evita usar tu portátil, tu teclado o tu smartphone cerca de comida o bebida que pueda derramarse sobre ellos.  

▣ No expongas tus dispositivos a temperaturas extremas, a la luz solar intensa y directa, a la arena, al polvo, al agua y a otros elementos que puedan dañarlos. 

▣ Protégelos de la condensación, evitando los cambios bruscos de temperatura.

 

▣ Ten siempre activado el bloqueo de tu ordenador, tu tablet o tu smartphone, así evitarás que alguien pueda acceder a ellos si los dejas abiertos y sin vigilancia. Si no están bloqueados podrán leer, robar o modificar la información que almacenas, además de infectarlos a través de un dispositivo externo. 

▣ Protege tus dispositivos con contraseñas fuertes o con biometría. Aunque no son la panacea para evitar que finalmente accedan a ellos a poco hábil que sea el delincuente o el curioso de turno, lo cierto es que les pondrás más difíciles las cosas. Y en el caso del robo, te dará tiempo a localizar, borrar remotamente o incluso recuperar tu ordenador o tu móvil.

▣ Cifra los dispositivos (o al menos la información confidencial) para evita que accedan a la información de tus dispositivos si los pierdes o te los roban. Cifra también los medios extraíbles si guardas en ellos datos confidenciales. Y, por supuesto, cifra la información.

 

▣ Usa herramientas antirrobo, por si algún amigo de lo ajeno se hace con tu ordenador, tu tablet o tu smartphone.  

 

▣ Las herramientas de rastreo te serán muy útiles también por si te los roban o se te pierden. 

▣ Y no te olvides de hacer copias de seguridad con frecuencia. No son una protección física propiamente dicha, pero esos respaldos sí que te permitirán recuperar la información si te roban o pierden los dispositivos o si sufren algún daño irreparable.

▣ Evita que los dispositivos USB se ejecuten automáticamente en tu ordenador o tu tablet. Para lograrlo únicamente tienes que configurarlo. Y no te olvides de analizarlos con un buen antivirus antes de acceder a la información contenida en cualquier USB ajeno. 

Estoy convencida de que todos estos consejos ya los conocías, pero no está de más recordarlos para que ninguno de nosotros nos confiemos y los sigamos poniendo en práctica.

 

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La primera vez que apareció el post Cómo Proteger Físicamente Tus Dispositivos fue en el blog de Todos Somos Clientes

 

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