Precisamente por esa conexión tan cercana que tenemos con nuestro móvil, en ocasiones nos olvidamos que puede interferir en nuestras relaciones con las personas que tenemos justo a nuestro lado.
Por eso no debemos olvidar las buenas maneras, la cortesía, que también abarcan al uso del móvil. A continuación me gustaría darte algunas sugerencias para usar el móvil sin perderle el respeto a las personas que tenemos alrededor.
1.- Mantenlo desconectado o en silencio en lugares públicos. Tanto si respondes la llamada como si lo dejas sonar, estarás molestando a los demás. Parece que dejar el teléfono encendido en espectáculos, en las clases colectivas en el gym o en conferencias es una forma de dar a entender cuán solicitados estamos, cuando simplemente es una manera de que se note que nuestra buena educación es una asignatura optativa que no escogimos en nuestra infancia o que el respeto a los demás es un complemento que consideramos totalmente innecesario.

3.- Si necesitas hablar en un lugar público, ten en cuenta que debe ser una conversación privada. Seguro que te has topado con alguien que es tan generoso de compartir su conversación, punto por punto y a todo volumen, en el transporte público o en la sala de espera del dentista. Y casi seguro que te has sentido molesto, casi agredido, porque te han hecho formar parte involuntariamente de esa llamada, que no te interesa en lo más mínimo. La idea es no formar parte de esa tribu de personas generosas y sin aprecio por su privacidad.
4.- No utilices el altavoz en público, salvo que sea necesario. No sólo porque puedes molestar a las personas que tienes a tu alrededor con una conversación no deseada, sino porque la persona con la que estás hablando deseará un mínimo de privacidad. Si necesitas poner el altavoz delante de otra persona, avísaselo a quien está al otro lado de la línea; así podrá decidir si sigue la conversación o, al menos, podrá medir sus palabras.
5.- No utilices el móvil en la mesa. Si estás comiendo o cenando con otras personas, procura no hablar por teléfono ni consultar tus mensajes o tus redes sociales. Lo ideal para no caer en esta tentación es ni siquiera sacar el móvil y depositarlo encima de la mesa. Una buena idea, si eres tú quien organiza la reunión o la comida de trabajo, es colocar unos cestos en la entrada de la sala para que los asistentes depositen sus dispositivos móviles antes de entrar. Puedes incluso dejar unos minutos cada cierto tiempo para que los invitados consulten el teléfono, casi como cuando se hace una pausa para fumar. Al fin y al cabo es una adicción más...
6.- Si estás reunido con alguien, ya sea por trabajo o por asuntos personales y debes atender el teléfono, pide disculpas y sal fuera de la sala. No sólo por respeto, también por la privacidad de tu conversación. Lo lógico es que seas tú quien salga fuera de la sala, ni se te ocurra pedirle al otro que abandone tu despacho o la sala donde estáis reunidos, puesto que quien responde la llamada eres tú. Procura que la conversación sea lo más breve posible para no tener esperando a nadie por tu culpa.

8.- Si estás acompañado y necesitas atender el teléfono, hazlo de forma breve. No te extiendas en la conversación, puesto que ya hay otra persona que requiere tu atención. Si el asunto es urgente, trátalo de forma rápida y profesional y sigue con tu reunión; si no lo es, pospón esa conversación para un momento más propicio.
9.- Si debes cortar la llamada por el motivo que sea, hazlo de forma amable. Pon una excusa delicada y firme para indicarle a la persona que está al otro lado de la línea que debes finalizar la conversación. Importante: dile que luego le devolverás la llamada... y hazlo, por supuesto.
10.- No llames por teléfono si la otra persona te ha enviado un SMS o un WhatsApp. Cuando enviamos un mensaje escrito para comunicarnos con alguien, lo hacemos por dos motivos: porque no podemos hablar por teléfono (estamos en una reunión o a punto de entrar en ella, no tenemos buena cobertura...) o porque no nos apetece conversar. En cualquier caso debemos respetarlo y devolver la comunicación por la misma vía.
11.- No repitas la llamada si no han respondido, salvo que sea urgente. Si no se atiende una llamada, suele ser porque no se puede o no se quiere hablar, así que, ¿por qué insistir? Hay personas que son capaces de repetir la llamada cada pocos segundos hasta que se atienda... o que se cansan de darle a la rellamada. Es mucho más adecuado dejar un mensaje de texto y esperar a que nos respondan cuando puedan, o repetir la llamada más tarde.
12.- Contesta el teléfono siempre que puedas. No responder nunca a las llamadas es un gesto de mala educación y poca profesionalidad, especialmente si no se devuelven. Por otra parte, también hay que tener en cuenta a las personas que tenemos alrededor (compañeros, pareja...) y que pueden sentirse molestas por los timbrazos insistentes y continuados.
13.- Devuelve las llamadas perdidas. Si no has podido atender una llamada, devuélvela más tarde. En este caso es importante tener en cuenta la hora en la que se hace. Cuestión de sentido común: si vemos una llamada perdida de las 5 de la tarde, regresarla cuando la hemos visto a las 11 de la noche, sin duda no es la mejor opción.
14.- No toques los teléfonos ajenos. Salvo que te lo pidan expresamente, no respondas llamadas ni inspecciones el teléfono de otras personas, es una falta de respeto monumental. Ten en cuenta que nuestro móvil ya es una extensión de nosotros mismos, por lo que nadie debe husmear en él sin ser expresamente invitado.
15.- Lleva el teléfono siempre contigo. Si te dejas el móvil en tu despacho o en tu casa y suena sin parar, estarás molestando a las personas que deben escucharlo. Tu móvil, tu responsabilidad.

17.- Si debes consultar tu teléfono, hazlo siempre con las manos sobre la mesa. Cuestión de buenas maneras, las manos se deben ver siempre cuando se está sentado a una mesa, ya sea en una reunión de negocios o en una comida familiar. Bastante inapropiado es ya atender una llamada en público, como para hacerlo además de manera furtiva.
18.- A estas alturas y con tantos medios para comunicarnos a nuestro alcance, evita dejar un mensaje de voz. Los mensajes de voz cada vez están más obsoletos; son incómodos para el que los deja... y para el que los escucha. La mayoría no hemos sabido dominar el inútil y anticuado arte de dejar una parrafada coherente y certera en un contestador, por lo que no es necesario torturar al destinatario con nuestros balbuceos. Un mensaje de texto es más apropiado y eficiente.
19.- No utilices abreviaturas cuando envíes mensajes. Salvo que seas un adolescente, escribe las palabras completas cuando redactes un mensaje de texto. Todos tenemos prisa y muchas responsabilidades que atender, pero escribir un texto como es debido no lleva tanto tiempo y es una muestra de respeto hacia quien lo recibo.

20.- No abuses de los emoticonos. Estas caritas y símbolos son muy útiles para enfatizar y darle vida a nuestros textos, pero deben ser utilizados siempre con mesura y con oportunidad. Enviar un WhatsApp a tu jefe o a un seleccionador de recursos humanos lleno de emoticones, puede ser visto (y lo será, créeme) como un gesto infantil y poco profesional.
21.- Procura que la melodía sea discreta. Por suerte la fiebre de los politonos ya es más una curiosidad arqueológica que otra cosa, pero es necesario cuidar la melodía de nuestro móvil, porque es algo que disfrutarán tanto los que nos rodean como nosotros mismos. Procura elegir un tono que te resulte fácil de identificar, pero que no sea molesto para nadie. Además, la melodía dice mucho de la personalidad y el gusto o la falta de él) de cada uno.

En caso de que no te resulta fácil escuchar lo que te están diciendo al otro lado del teléfono, en lugar de subir el volumen, te aconsejo que utilices auriculares.
23.- Y hablando de volumen, también es necesario cuidar el nuestro a la hora de hablar. Y es que hay quien no necesita el teléfono para que le escuchen a kilómetros de distancia con su melodiosa voz... Esto es importante siempre, pero mucho más cuando estamos manteniendo una conversación en un recinto cerrado o en un transporte público. Si no tienes claro si estás hablando muy alto, mira a tu alrededor, si te lanzan miradas furibundas, tu volumen es excesivo.
24.- Lleva un cargador portátil encima para no abusar de la amabilidad ajena. Ir mendigando un enchufe o un cargador por donde quiera que se va es algo obsoleto y de mal gusto. Los cargadores portátiles ocupan poco espacio y cuestan poco dinero, además de aportar una independencia y seguridad muy agradables.
25.- No tengas en el móvil fotos indiscretas. Es algo de lo más lógico, puesto que podemos perder el teléfono, nos lo pueden curiosear o, peor aún, podemos ser nosotros mismos los que enseñemos por error alguna imagen poco edificante al ir a mostrar una foto del último cumpleaños de nuestro encantador bisabuelo.
26.- Ten tus fotos organizadas por carpetas. Esta forma de tener almacenadas nuestras fotos no sólo nos servirá para encontrarlas rápidamente si queremos enseñarlas, además nos evitará malos tragos como el descrito en el punto anterior.
¿Se te ocurre alguna recomendación más que añadir a estos puntos?
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La primera vez que apareció este post fue en el blog de Todos Somos Clientes

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