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miércoles, 31 de agosto de 2022

Consejos Realistas y Eficaces para Ahorrar Dinero

El ahorro siempre es una costumbre recomendable, pero en tiempos de crisis se convierte en imprescindible. Aunque debe ser algo realista y eficiente, y con ello me refiero a que no sean buenos propósitos sin más, tacañería de cuñado o recomendaciones de estados (en cualquier localización geográfica y de cualquier signo político) que quieren trasladar la responsabilidad (y por lo tanto las soluciones) de los desastres en la gestión económica, financiera y de recursos comunes a los ciudadanos. 


En este post quiero darte algunas claves para poder ahorrar dinero de forma realista y eficaz, incluso en tiempos de bonanza, pero que te serán muy útiles si las cosas se ponen difíciles, o incluso muy complicadas.

 

Consejos eficaces y realistas para ahorrar dinero

 

Haz un análisis realista y detallado de tus ingresos y tus gastos. Este paso es fundamental para poder organizar un plan de ahorro eficiente. Hazlo con papel y bolígrafo o utiliza una herramienta, como una plantilla Excel. No dejes sin registrar cualquier entrada o salida de dinero regular (y también aquellas que entran dentro de lo posible), hasta la más mínima. 

 

Valora cuáles son los gastos fijos y los variables que tienes. Los primeros son aquellos que se hacen periódicamente y que son importantes, como la hipoteca o el alquiler, el colegio, los seguros, los pagos de préstamos bancarios, las tarjetas de transporte público... Los segundo son aquellos que se hacen habitualmente, pero que pueden variar dependiendo del consumo que se haga de un servicio o del precio de los productos, como el combustible, la electricidad, el gas, el agua, el teléfono, la comida, los artículos de limpieza o aseo, los recibos de las tarjetas de crédito... También se podrían considerar variables los impuestos y otros tributos.

 

También deberías analizar qué gastos son básicos y cuáles no lo son. Los básicos son aquellos de los que no se puede prescindir, como los relacionados con la vivienda, la educación, la movilidad o la alimentación. Los no básicos por el contrario, son aquellos que podemos descartar sin que nuestra supervivencia se vea afectada, como los relacionados con el ocio o con la ropa y el calzado. 

 

Hombre manejando una calculadora

 

A la hora de calcular tus gastos recurrentes, llévalos al orden anual. Si tomas un café los días laborables y te cuesta 1,50 euros, supondrían unos 360 euros anuales (contando con unas 4 semanas de vacaciones en las que no consumas). En caso de que fumes, el precio medio de una cajetilla de tabaco en España es de unos 4,53 euros (en 2022); por lo que si fumas una cajetilla diaria, te supondrán 1.653,45 euros al año. Esta forma de calcular estos desembolsos te harán contemplarlos con más perspectiva. 

 

Valora los gastos teniendo en cuenta lo que te cuesta ganar el dinero para asumirlos. Es decir, toma tu sueldo y calcula cuántas horas te supondrá pagar el dinero que cuesta ese producto o servicio. Esta forma de hacerlo te disuadirá de comprar muchas cosas superfluas.

 

Procura ahorrar algo de dinero. Ya sé que es difícil, sobre todo en tiempos de crisis, pero es más cuestión de crear un hábito que de apartar grandes cantidades. 

 

Si te es posible, crea un fondo de emergencia, que te permita mantener tus gastos fijos y básicos durante uno pocos meses, por si te quedas sin trabajo o surge algún inconveniente grave.  

 

Salvo que tengas que asumir compromisos ineludibles, ahorra todos los ingresos y ganancias inesperados.  


Persona echando una moneda en una hucha con forma de cerdito

 

En caso de que quieras hacer un gasto no imprescindible a medio plazo, como unas vacaciones, ve ahorrando poco a poco hasta conseguir el dinero necesario.

 

Cuando lleguen tus ingresos, aparta el dinero para los gastos fijos y básicos. Esa cantidad no debería ser tocada bajo ningún concepto.

 

Si tienes pagos recurrentes pero con un plazo largo, aparta una pequeña cantidad todos los meses para poder hacer frente a esa obligación en su momento. Te pongo un ejemplo: el seguro del coche que se paga de forma anual. Si no vas guardando mes a mes un poquito de tus ingresos, cuando llegue el vencimiento, no podrás hacer frente al pago con cierta holgura. Esto es aplicable a los impuestos o tasas.

 

Ten en cuenta que en muchos casos para ahorrar hay que gastar. Eso significa que quizás tengas que invertir en un sistema energético eficiente en casa o en tu negocio para no pagar tanto en la factura de la electricidad, del gas o de la luz. También implica adquirir artículos que sean duraderos y de calidad, aunque sean un poco más caros, que ir al low cost más radical. Te pongo un ejemplo: una simple camiseta blanca, una de esas de fondo de armario. Si adquieres una en una tienda de esas de fast fashion en las que los precios son ridículamente baratos, puede que encuentres una por 3 euros, pero... ¿cuántas veces la podrás utilizar antes de que se deteriore? ¿Y cuál es su tejido y su confección? Si esa camiseta la vas a poder utilizar 3 ó 4 veces en el mejor de los casos, cada puesta te saldrá a unos 0,75 céntimos o incluso 1 euro. Si adquieres una camiseta de mejor calidad a 10 euros y puedes ponértela en buenas condiciones en un mínimo de 50 ocasiones, cada uso te saldrá a 20 céntimos. Es una forma de ahorrar, y de consumir de forma más responsable.

 

Practica el "día sin gastos". Eso significa que al menos un día en semana, toda la familia evitará gastar dinero, ni en efectivo ni por medios electrónicos. Conviértelo en un reto divertido y participativo para todos.

 

Evita comprar todo aquello que no sea necesario, destinando los ingresos (o los ahorros en el peor de los casos) a lo que sea imprescindible. 

 

No compres inmediatamente. Deja pasar unas horas (o unos días) antes de hacerlo. Si no lo necesitas realmente, lo más seguro es que termines desistiendo. Si la compra el pequeña, deja pasar al menos 24 horas. Si el desembolso va a ser grande, deja pasar al menos 2 semanas hasta realizar la adquisición. Cuanto más dinero te vayas a gastar, más tiempo debes dejar pasar entre la intención y la compra.

 

Planifica tus compras con antelación. También conviene que lleves siempre una lista de lo que te hace falta... y que la sigas al pie de la letra. 

 

Carro en un pasillo de una gran superficie

 

Hablando de planificación, organiza tus menús de forma inteligente. Y hazlo con tiempo. 

 

Reduce las comidas y cenas fuera de casa. Llévate al trabajo la comida desde casa y te ahorrarás un buen dierno. No significa que no puedas hacerlo de vez en cuando, pero sí que evites hacerlo a diario. 

 

Investiga los precios y calidades en diferentes proveedores, así podrás encontrar el que te sea más rentable. Procura hacer una comparativa antes de gastar, sobre todo cuando se trate de cantidades grandes o de gastos recurrentes. En mi caso, he conseguido ahorrar hasta un 40% en productos de parafarmacia, suplementos y belleza, sin necesidad de cambiar de marcas.

 

Aprovecha las rebajas y los outlets. Eso sí, comprara precio antes y durante las rebajas, para evitar las tretas del marketing. Hay artículos, como la ropa de fondo de armario o la deportiva, los grandes electrodomésticos, el menaje, la ropa de cama o los regalos para cumpleaños y fiestas, para los que merece esperar a la época de rebajas. 


Perchero con ropa con un etiqueta del 50% de descuento

 

Hay artículos que puedes comprar de segunda mano para ahorrarte un dinero. Por ejemplo, si te animas a confeccionar o arreglar tus propias prendas y ropa de hogar, y es la primera vez que lo vas a hacer, cómprate una máquina de coser de segunda mano hasta que veas si se te da bien y si te gusta hacerlo. 

 

Y vende aquello que ya no usas y que está en buen estado. Será un dinero extra muy bienvenido para cualquier economía.

 

Evalúa los seguros que tienes contratados. Revisa todos, los personales, familiares, de auto, de vivienda, profesionales y de salud. Si tienes alguno que realmente no necesitas, cancélalo, pero hazlo en plazo para evitar problemas (para eso debes leer el condicionado cuidadosamente). En caso de que tengas alguna cobertura duplicada, valora si te compensa mantener ambas, porque hay algunas cuyos pagos no se acumulan, sino que se reparten entre las aseguradoras con las que tengas una póliza. En cualquier caso, no renuncies a los seguros, porque precisamente cuanto más inestable sea la situación económica, más difícil será hacer frente a un siniestro. 

 

Póliza de seguros

 

Analiza los productos bancarios que tienes contratados. Tener varias cuentas y tarjetas supone multiplicar comisiones y gastos. Si puedes prescindir de algunas de ellas, cancélalas.  

 

Comprueba cuáles son las tarifas de los servicios que tienes contratados (electricidad, agua, gas, telefonía, Internet, plataformas...). Compáralas con las de otros proveedores y elige las que tengan mejores precios, pero también las que ofrezcan mejores condiciones de servicio, que faciliten la cancelación y que encajen mejor con tu perfil de consumo. 

 

Utiliza las técnicas que funcionan para ahorrar electricidad, gas y agua. Luces de bajo consumo, reguladores, termostatos, temporizadores, aireadores de agua, utilizar ventanas y persianas para mantener el calor o el fresco en casa, ventiladores de techo en lugar de aire acondicionado, etc.   


Interruptor eléctrico

 

Ten mucho cuidado con las tarjetas de crédito, porque es fácil gastar más de lo que se tenía pensado. Si tienes un presupuesto, no lo rebases, por muy fácil que nos lo ponga el pago a crédito. 

 

También ten mucho ojo con las compras a plazos. Los comercios cada vez nos ponen más fácil hacerlo. De hecho, puedes pagar a plazos una barra de labios o una corbata en muchas tiendas on-line. Pagar 5 ó 10 euros al mes no es mucho, pero si sumas muchos plazos más, al cabo del mes te verás con una gran suma, que le dará un buen mordisco a tu presupuesto, y apenas te habrás dado cuenta de que has contraído esa deuda. 

 

Cancela las suscripciones automáticas de servicios que no utilizas de forma regular. 

 

No pierdas de vista que hay opciones de ocio que son económicas e incluso gratis. Hay actividades, incluso con niños, que no te costarán ni un euro y que son de lo más interesante. Pasear por un parque o por un espacio natural no tiene coste, por ejemplo. Muchos museos tienen horarios y fechas concretas en los que puedes visitarlos gratis. También hay lugares de acceso público y libre en los que disfrutar de proyecciones de películas, de obras de teatro o de conciertos. Mi consejo es que te des de alta en las newsletters de este tipo de lugares para que te informen de todas las novedades y actividades. 

 

Espero que estos trucos te sean útiles y te permitan ahorrar, aunque espero que, aunque los apliques, nunca los necesites.


 

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La primera vez que apareció el post Consejos Realistas y Eficaces para Ahorrar Dinero fue en el blog de Todos Somos Clientes.

 

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