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miércoles, 3 de octubre de 2018

Trucos que Realmente Ayudan a Ahorrar Electricidad

La factura de la luz es una de las que más disgustos nos da más disgustos cuando llega a nuestro buzón. Cada vez es más elevada. Unas veces se justifica porque no ha llovido lo suficiente... o porque ha caído mucha agua, algunas porque el viento ha soplado fuerte... o porque no lo ha hecho, a veces se justifica porque ha hecho mucho calor... o porque ha hecho mucho frío; las excusas son tan variadas como incomprensibles para el consumidor. Y luego están los responsables: las empresas que producen y que distribuyen la electricidad le echan la culpa de lo abultado de la factura al gobierno de turno por los impuestos, mientras que el gobierno que toca en ese momento acusa a las eléctricas.


El caso es que los que pagamos de electricidad supone un buen pellizco a nuestra economía. 


Pero el caso es que nosotros, los consumidores, también tenemos cierta responsabilidad en lo que pagamos por la electricidad, porque tenemos cierta propensión a desperdiciarla. Quizás sea porque hemos terminado confundiendo el estado del bienestar por el estado del malgastar. Y eso que economizar electricidad tiene más ventajas que mejorar la economía familiar, como contribuir a reducir la emisión de CO2 y a disminuir el impacto medioambiental de la generación y distribución de energía.


Así que ya que es imposible librarse del abuso de los precios de las eléctricas y de los impuestos sobre la energía con los que nos asfixian, al menos podrás ahorrar electricidad con estos trucos.


Trucos que realmente ayudan a ahorrar electricidad


La contratación


Antes de contratar tu suministro eléctrico, consulta tarifas y ofertas y compáralas.


Contrata la potencia que realmente vayas a necesitar. Tienes un rango muy amplio que va del mínimo de 1,5 kW a los más de 10 kW. Para calcular la potencia que necesitas apunta lo que gastan los electrodomésticos y aparatos que tienes conectados de forma habitual (frigorífico, congelador iluminación, etc.) y los que es posible que utilices de forma simultánea con ellos (ordenador, televisión, lavadora, lavavajillas, secador, plancha del pelo...), y a es cantidad añádele un 10% de consumo extra por si acaso. Si contratas una cantidad más baja de la que necesitas, tendrás que preocuparte de no conectar demasiados aparatos a la vez.


Si tus horarios te lo permiten, elige las tarifas con discriminación horaria (DH). Esto implica que pagarás menos electricidad en las tarifas valle (de las 22 h. a las 12 h. en invierno y de las 23 h. a las 13 h. en verano) y más en el resto. Valora si podrás aprovechar esta reducción del precio de la energía en tu caso particular. Si tienes que preparar comidas, poner lavadoras y planchar a mediodía, además de bañar a los niños por la tarde, puede que no te compense, puesto que tu mayor consumo se dará fuera de las horas valle. Y recuerda que todos los meses vas a pagar un cantidad fija en todos los recibos que variará en función de la potencia contratada.


Si no te interesa las tarifas que tienes contratada, recuerda que cambiar de compañía no tiene ningún coste, que es un trámite sencillo y que no te quedarás sin suministro en ningún momento. Así que no sigas con precios que no te convienen.


Evita el consumo silencioso


Apaga los aparatos y electrodomésticos que tienen la opción de stand by, porque constituye una forma de gasto silencioso, que puede llegar al 10% del total de lo que consumes en electricidad. Si es posible, apaga completamente esos aparatos mientras no los utilizas.


Enchufe


La iluminación


Enciende la iluminación únicamente cuando la necesites. Al fin y al cabo, si no estás en la habitación, lo único que iluminan esas luces encendidas es a los beneficios de los accionistas de las eléctricas. Los mejores trucos para esto: utilizar el interruptor a discreción y/ o poner detectores de presencia.


Igual has oído eso de que los fluorescentes gastan más por encenderlos que manteniéndolos prendidos... pues no es cierto. Porque la energía que se requiere para el encendido es menor que la de muchos minutos iluminando una estancia vacía. Otra cosas es que se reduzca en cierta medida su vida útil, que sí se reduce, pero ni aún así compensa dejarlos encendidos constantemente. Así que apaga los fluorescentes cuando no sean necesarios.


Fluorescente


Utiliza bombillas y elementos de iluminación lo más eficientes posible. Son más caros a la hora de adquirirlos, pero el ahorro en electricidad lo compensa con creces. Ya sabes que ya no se fabrican lámparas de incandescencia y que las más eficiente son las luces LED.


Ten diferentes puntos de iluminación en las habitaciones en las que pases más tiempo. Así podrás encender unos u otros según lo necesites. Por ejemplo, si estás viendo la televisión en tu salón, no necesitarás tener todas las lámparas encendidas, con un punto de luz indirecto será suficiente.


Siempre que te sea posible, aprovecha la luz natural. Es más saludable para ti, y más barato para tu bolsillo.


Radiadores y aire acondicionado


No calientes ni enfríes la casa si no estás en ella. Apaga la calefacción o el aire acondicionado aproximadamente 1 h. antes de salir de casa. Y si tienes programadores, enciéndelos entre 30 y 60 minutos antes de llegar a casa.


Mantén la temperatura ambiente adecuada tanto en invierno como en verano. En general debería rondar los 20ºC. En invierno lo ideal es que esté entre 19 y 21ºC si se está en reposo y entre 15-18ºC cuando se está realizando algún tipo de actividad. En verano lo ideal es conseguir una climatización entre los 24 y los 26ºC, y no bajar nunca de los 22ºC.


Termostato


Evita por todos los medios poner la calefacción o el aire acondicionado tan fuertes que tengas que abrir la ventanas o ponerte una chaqueta. Es una forma de poner en riesgo de salud y de perder dinero sin necesidad.


Ten en cuenta que cuando pones el aire acondicionado o la calefacción, lo que aparece en el display es la temperatura que se persigue alcanzar con el aparato, no los grados a los que sale el aire frío o caliente o lo que se calienta el agua del radiador. Es decir, si quieres conseguir una temperatura de 22ºC en tu salón, el aire saldrá del split a 14-16ºC. Y si regulas la temperatura a 16ªC, también saldrá del split (el aparato que está en el interior de tu casa) de tu aire acondicionado a 14-16ºC. Y si la regulas a 12ºC... también saldrá a 14-16ºC. La única diferencia estriba en cuándo corta la salida de aire frío una vez que se consigue la temperatura ambiente.


Recuerda que cada grado centígrado que subas o bajes incrementará el consumo eléctrico hasta un 7%.


No tapes los radiadores y permite que el calor circule libremente, de esa forma no desperdiciarás energía.


Radiador


Si tu gasto en calefacción eléctrica es muy alto, puedes poner pantallas reflectoras tras el radiador para incrementar su eficacia. Incluso puedes emplear para ese fin unas hojas de papel de aluminio.


Pon burletes en las ventanas y puertas exteriores por las que pueda colarse el frío o el calor.


Si puedes, cambia las ventanas y puertas que no cierren bien por otras que aíslen bien tu hogar, es una inversión que te permitirá ahorrar electricidad. 


En verano, ventila a primera hora de la mañana o durante la noche. Durante el día, baja las persianas y toldos y cierra las ventanas y puertas.


Los toldos son una buena inversión, sobre todo si los pones en las ventanas o puertas que están más expuestas al sol durante el verano.


Las cortinas y visillos claros son excelentes en verano, porque reflejan el calor y el sol hacia el exterior. 


En invierno, ventila 5-10 minutos por la mañana y cierra bien las ventanas después. Si es posible, espera a ventilar a mediodía, cuando la temperatura exterior sea un poco más cálida. Abre las cortinas y deja sólo los visillos durante el día para absorber todo el calor solar que puedas. Y si hace mucho frío, baja las persianas durante la noche para conservar el calor que haya generado la calefacción.


Las cortinas oscuras son perfectas para el invierno, porque absorben el sol y el calor. Y si son gruesas, mucho mejor, porque asilarán mejor las estancias.


En invierno viste tus suelos con alfombras para mantener mejor el calor en casa y hacerla más confortable sin necesidad de subir el termostato. 


Los electrodomésticos


Elige electrodomésticos eficientes. Ya sabes que tienen una clasificación energética, que está identificada por letras, siento la A la que es más eficiente y la G la que menos. Son más caros, pero enseguida notarás el ahorro en tu factura eléctrica. 


Escoge la cocina más eficiente. Las más recomendables son las de inducción y las de gas. Las siguientes en eficiencia serían las vitrocerámicas. Y las menos recomendables serían las de resistencia.


Mujer cocinando en una cocina de gas


Las ollas y sartenes deben tener un fondo grueso y sin abolladuras, para que el calor se reparta bien y se mantenga más tiempo.


Usa recipientes apropiados para la placa que tengas en tu cocina y para la cantidad de alimento que vas a preparar. Si vas a hacer poca comida, utiliza una cazuela o sartén pequeña, de esa forma no desperdiciarás electricidad.


Emplea ollas o sartenes con diámetros apropiados para el tamaño del fuego. Si usas un recipiente muy pequeño en un fuego muy grande, el calor se escapará por la zona que no está ocupada... y con el calor también se irá el dinero de tu cuenta corriente.


A la hora de cocinar, procura tapar las ollas y cazuelas, de esa forma necesitarás menos tiempo y menos calor para que los alimentos estén listos.


Si puedes, apuesta por las ollas superrápidas, porque ahorrarás tiempo y energía al cocinar.


Aprovecha el calor residual de tu cocina para terminar de hacer los alimentos. Apaga el fuego unos minutos antes de que finalice su cocción y deja que se termine de hacer con la temperatura de la placa y del propio recipiente. Esto no lo podrás aprovechar del todo en las de inducción, puesto que lo que se calienta en el recipiente, no la placa, pero sí podrás usar la temperatura del recipiente para darle el punto final de cocción a tu comida.


Cuando utilices el horno, puedes aprovechar para preparar más de un plato a la vez, de ese modo con la misma energía y tiempo que requiere una sola comida, podrás hacer dos o más.


No abras la puerta del horno durante la cocción si no es estrictamente necesario, porque el calor se escapará y desperdiciarás electricidad.


Si tienes microondas, no lo uses únicamente para calentar y descongelar. Puedes usarlo en lugar del horno convencional para preparar muchos platos y, aunque consume bastante, al hacerlo en muy poco tiempo se economiza en gasto eléctrico.  


Microondas


En el microondas puedes cocinar varios platos a la vez. Para ello puedes utilizar las rejillas que suelen incluir la mayoría de los modelos o poner vasos o cuencos del revés, apoyando los platos y recipientes en ellos a diferentes alturas.


A la hora de hervir agua, y si no tienes placa de inducción, puedes ahorrar energía usando un hervidor eléctrico. Aunque tiene un consumo elevado, lo cierto es que es muy rápido y al final ahorrarás energía. 


Elige un frigorífico adecuado para las necesidades de tu familia. Ten siempre su interior ordenado y procura que esté lleno, porque si está vacío gastará más, puesto que hace falta más energía para enfriar el aire de su interior que para enfriar los alimentos. De hecho, si tu frigorífico está vacío, es mejor ponerle dentro recipientes con agua, que dejarlo tal cual.


La nevera debe estar alejada de fuentes de calor, como el radiador, la cocina, el horno o ventanas o puertas por las que entre el sol y el calor. También es conveniente que tenga espacio suficiente para que el aire circule y no se sobrecaliente.


Descongela los alimentos en la nevera, porque es la forma más saludable de hacerlo y porque es también una manera de que el frío de la comida congelada se quede dentro de la nevera y gaste menos. 


No dejes la puerta abierta de tu frigorífico de forma indiscriminada. Ábrela únicamente cuando vayas a meter o sacar algo, porque el frío se escapa por esa puerta, lo mismo que tu dinero. Y puedes poner en riesgo la conservación de los alimentos que haya en su interior, por las variaciones de temperatura o por la posible entrada de algún insecto que haga de las suyas en tu comida. 


Mujer comiendo delante de la nevera con la puerta abierta
 

Y no olvides limpiar los tubos traseros de la nevera para que funcione correctamente.


A la hora de poner el lavavajillas, procura que esté lleno, para aprovechar al máximo la energía y el agua. Y al ahora de elegir el programa, opta por los ECO o los más cortos.


Limpia los filtros de tu lavavajillas de vez en cuando, así la máquina se se verá forzada y gastará menos. 


En el caso de la lavadora, intenta que esté siempre llena a la hora de utilizarla. Lo ideal es lavar en frío y evitar los programas con temperaturas muy altas (60-90ºC). Usa la cantidad adecuada de detergente y suavizante, porque si te excedes tu ropa se estropeará y la máquina funcionará peor y gastará más. Si tiene programas ECO o cortos, utilízalos. Y dile adiós a los prelavados. La ropa ya no se ensucia tanto y no necesita lavados tan enérgicos a diario.


Programando la lavadora


Limpia tu lavadora de vez en cuando. La mantendrás en buen estado y será más eficiente. Y no te olvides de limpiar el filtro de forma periódica.


Si te es posible, evita utilizar la secadora y tiende tu ropa al aire libre. No sólo te durará más, también ahorrarás mucha electricidad.


A la hora de planchar, te recomiendo que te encargues al principio y al final de las prendas que necesiten menos temperatura y de lo que requiera más calor a mitad del planchado. Una vez que hayas terminado con las prendas que necesitan más temperatura, baja o apaga directamente la plancha para terminar con las más delicadas. Verás cómo ahorrar electricidad. 


Si tienes termo eléctrico, apágalo mientras no lo uses. Si tu modelo tiene programador, úsalo; si no lo tiene, usa un temporizador externo.


Espero que estos trucos te ayuden a ahorrarte unos cuantos euros en tu factura de electricidad.





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La primera vez que apareció el post Trucos que Realmente Ayudan a Ahorrar Electricidad fue en el blog de Todos Somos Clientes.


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