Si estás pensando en vender tu vivienda, probablemente estés planteándote si hacerlo por tu cuenta o a través de una inmobiliaria. Y es que lo cierto es que la venta de una casa es un asunto delicado, por muchos motivos, tanto económicos como emocionales.
Por eso, quiero ayudarte, no a vender tu vivienda (ojalá pudiese hacerlo), pero sí a elegir inmobiliaria y acertar. Porque encontrar la agencia adecuada es el medio más rápido y seguro para tener éxito con la venta.
Inmobiliaria: ¿sí o no?
Ventajas
Las inmobiliarias conocen el mercado y la zona en la que está tu piso, por lo que pueden ajustar el precio de una forma más realista de lo que lo harías tú.
Su trabajo es vender pisos, así que dedicarán experiencia, tiempo y recursos de los que tú probablemente no dispones.
Al hacer de intermediarios entre el comprador y tú, les será más fácil negociar, puesto que para ellos no hay ningún componente emocional a la hora de vender.
Tienen conocimientos acerca de las obligaciones fiscales y burocráticas que tienen compradores y vendedores, que la mayoría de nosotros desconocemos.
Inconvenientes
Se llevan una sustanciosa comisión, que disminuirá el dinero que te llevarás de la venta de tu piso.
Encontrar la inmobiliaria adecuada es una tarea complicada, por el intrusismo y las malas prácticas que se dan a veces en el sector.
Intentarán imponerte una exclusiva de venta que, por una parte te garantiza que se esforzarán más en la venta y por otra te expone a tener que trabajar con esa inmobiliaria durante un tiempo concreto, aunque te acabes dando cuenta de queno funciona todo lo bien que debiese.
Consejos para elegir inmobiliaria
Si al final decides que te conviene trabajar con una agencia inmobiliaria, a continuación encontrarás algunos tips para escogerla y trabajar con ella:
Busca opiniones en Internet y de otros usuarios, que te puedan orientar acerca de cómo desarrolla el trabajo la inmobiliaria en general y la agencia en concreto.
En general es mejor trabajar con grandes empresas, que cuenten con una red sólida de agencias. Esto suele beneficiar al vendedor, porque los pisos se suelen poner en común, aunque sea la agencia de la zona la que se encargue finalmente de la venta. Además, cuentan con más recursos que facilitan la venta: publicidad, acciones de marketing, reportajes fotográficos dentro del importe de la comisión por la operación, etc.
Si es posible, la agencia debería estar cerca de la vivienda que quieres vender, porque significa que conocerá bien la zona.
Exige un contrato por escrito y firmado por ambas partes en el que se especifiquen todas las condiciones del encargo de venta. Esto es importante, porque así sabrás qué esperar... y qué exigir.
Pide que te mantengan informado de la marcha de la venta: visitas concertadas, opiniones de los posibles compradores, ofertas...
Exige las ofertas siempre por escrito, así te cerciorarás de que realmente son válidas. Si la inmobiliaria toma dinero como reserva o arras, deberá informarte de ello, puesto que lo hará en tu nombre. No será la primera vez que hay problemas con esas cantidades a cuenta...
Pide que las fotos que se publiquen en Internet y en las acciones de marketing (revistas, folletos, carteles exteriores en la agencia, etc.), sean de calidad. Si el vendedor se te presenta en la propiedad con un simple móvil, cuidado, no es un profesional.
Informa al vendedor de las características reales de tu propiedad, tanto las positivas como las negativas, así le darás la mayor cantidad de argumentos posibles. También debes comunicarle (y él pedirte) información acerca de cargas, derramas, obras pendientes, etc.
Te recomiendo que consultes con un abogado, que no sea de la propia inmobiliaria. Así te asesorará acerca del contrato de encargo de venta, del de arras y de cualquier duda que te pueda surgir con la operación.
En caso de que residas en la vivienda, debes pedirle al vendedor que respete tu intimidad a la hora de realizar las visitas. No es lo mismo enseñar la casa con los propietarios y sus cosas dentro, que hacerlo en una casa deshabitada.
No te aconsejo que dejes las llaves en la inmobiliaria para que se hagan visitas en tu casa si estás viviendo todavía en ella, te puedes llevar más de una sorpresa desagradable. Aunque no debes interferir en la visita cuando se realice, es cierto que debes estar atento a lo que ocurre en tu propiedad.
El vendedor debe causar buena impresión a todos los niveles. Debe tener una buena imagen (higiene, vestuario correcto...), debe tener un trato agradable y correcto, debe responder a las llamadas y mensajes y conocer a la perfección su trabajo.
Lo ideal es que las visitas siempre las haga el mismo vendedor o al menos el mismo equipo, al fin y al cabo, cada vez que muestre tu vivienda aprenderá más de ella y de cómo presentarla adecuadamente.
Hablando de dinero
Si vendes tu propiedad, tendrás que tener en cuenta el dinero, tanto el que ganarás con la venta como el que tendrás que pagar a la agencia. Aquí tienes algunos consejos al respecto:
Valora cuáles son tus motivaciones y tus objetivos (realistas) a la hora de vender. Una cosa es tener la necesidad de vender por falta de liquidez y otra muy distinta que quieras cambiar de barrio o que necesites una casa mayor. También es importante saber qué dinero quieres o necesitas obtener según tu economía. De hecho, deberías marcarte la cantidad mínima para vender tu vivienda.
Antes de poner a la venta el piso con una inmobiliaria estudia tu zona. Mira precios en Internet, pregunta a tus vecinos y a los porteros de fincas cercanas por cuánto se han vendido viviendas similares en tu barrio. Incluso puedes visitar pisos en venta. Eso te dará una idea de lo que puedes pedir. Si la inmobiliaria te tasa la vivienda muy por encima o muy por debajo de esos precios, desconfía. Si están muy por encima, lo que hará la inmobiliaria es quemar el piso, porque estará mucho tiempo en el mercado y los posibles compradores ni siquiera querrán ir a verlo. Y si está muy por debajo, el piso se venderá rápido, pero tú perderás dinero con la operación.
Si también pones el piso a la venta por tu cuenta, ten cuidado de hacerlo en el mismo precio que la inmobiliaria, en caso contrario los posibles compradores pueden pensar que hay algo extraño en la oferta.
Exige estar presente en las negociaciones con el posible comprador, así todo será más transparente y pactaréis entre todos las condiciones de la venta.
No permitas que acepten cantidades por presentar ofertas sin tu autorización expresa y exige que el contrato de arras se haga estando tú presente.
Si el agente inmobiliario insiste en bajar sustancialmente el precio que previamente ha establecido contigo, porque tiene una oferta muy a la baja, desconfía. En muchos casos lo hace porque ha inflado el precio al principio para captarte y luego te obligará a hacer una rebaja importante, porque si no la propiedad es invendible o porque tiene un inversor ya pactado del que también se lleva comisión si le encuentra gangas. Si el precio está bien fijado desde el principio, habrá dejado un pequeño margen de negociación, pero el importe final no variará demasiado.
Las comisiones por venta oscilan entre el 3% y el 6%, dependiendo
generalmente de los servicios que ofrece la inmobiliaria: publi,
marketing, etc. Si son mucho mayores o mucho menores, desconfía y pide
que te expliquen el porqué de esas cantidades. En cualquier caso, si el precio de venta que obtengan es sustancioso para ti, una comisión algo más alta no debería suponerte un problema.
Sólo deberías pagar la comisión cuando la venta se formalice. Si no llegan a vender tu piso en las condiciones pactadas de antemano, no tendrías que pagarles nada.
Contrato de exclusividad
Las inmobiliarias suelen trabajar con contrato de exclusividad a la hora de vender el piso, porque es una forma de asegurarse el cobro de una comisión. Esto es perfectamente comprensible, puesto que en la mayor parte de los casos las agencias ponen a disposición de la operación recursos humanos y materiales para llevarla a cabo. Por otra parte, si el particular u otras inmobiliarias entran en juego, pueden verse perjudicadas a la hora de trabajar: varios precios o condiciones de venta, visitas que se solapan, ofertas previas que se desconocen, etc.
Pero también es cierto que la exclusiva es una forma de atarnos como vendedores, lo que no siempre es conveniente. Si la agencia no se esfuerza lo suficiente, no se cerciora que las visitas sean de calidad, sus gestiones no son transparentes o pierde tu confianza por el motivo que sea, puedes revocar esa exclusiva, aunque no haya llegado a su fin. En este artículo encontrarás todas las claves para saber cómo revocar una nota de encargo y los casos en los que no tendrás que pagar indemnización a la agencia.
Y, ahora, suerte con la venta de tu casa... Post relacionados:
Aunque hay quien lleva augurando el declive del correo electrónico como forma de comunicación, lo cierto es que este se resiste a desaparecer de nuestras vidas, especialmente cuando se trata del trabajo. Todos enviamos y recibimos decenas de comunicaciones a lo largo del día, no tienes más que comprobar tu cuenta de correo en este momento. Ya sea por su utilidad o por costumbre, esta vía de comunicaciónes parte de nuestro día a día... y también del de los malos. Y es que el correo electrónico es una puerta de acceso a nuestros datos y nuestra privacidad. Por ello es importante usarlo de una forma segura. Para lograrlo, a continuación encontrarás varios consejos sencillos.
Sigue las directrices que marque tu empresa a la hora de utilizar el correo electrónico de la empresa.
Ten diferentes cuentas de correo para el trabajo y para temas personales.
Crea cuentas alternativas o basura para utilizarlas a la hora de registrarte o de navegar en sitios potencialmente inseguros o en los que quieras mantener una cierta privacidad. Es algo de lo más útil, créeme.
Crea contraseñas fuertes y cámbialas de forma periódica. Y, por supuesto, no las compartas a diestro y siniestro.
Ten el sistema operativo y las aplicaciones actualizadas.
Cuenta con la ayuda de un buen antivirus. Y mantenlo también actualizado.
Ten activado un buen filtro antispam.
Bloquea la visualización de imágenes dentro del cuerpo del mensaje, así serás tú quien decida si las descargas o no.
Desactiva JavaScript y actívalo sólo cuando se trate de sitios de confianza.
Deshabilita las macros de Microsoft Office.
En las cuentas de correo importantes o críticas, desactiva el HTML. Los correos no se verán tan bonitos, pero no se podrá incluir código JavaScript que pueda poner en peligro tu correo en caso de que algún spammer o hacker quiera utilizarlo para saltarse las restricciones del antivirus.
Cifra y/ firma digitalmente las comunicaciones realmente importantes, para asegurar su integridad y privacidad.
No consultes tu correo a través de redes públicas, si puedes evitarlo.
Cierra tu correo electrónico cuando no lo estés utilizando y muy especialmente cuando abandones tu puesto de trabajo.
Sé paranoico, no seas tímido a la hora de desconfiar, te ahorrará muchos disgustos.
No publiques tu correo electrónico en webs, redes sociales, chats, foros y otros sitios de acceso público. Si debes hacerlo, que sean siempre direcciones genéricas o esas direcciones basura que te he sugerido antes.
A la hora de revisar tu correo electrónico no funciones con el piloto automático y fíjate en todos los detalles que puedan hacerte saltar todas las alarmas.
Fíjate en el remitente. Comprueba si le conoces, si el nombre coincide con tu contacto, si el dominio es el correcto, si no hay errores o caracteres extraños en la dirección, etc. Incluso aunque coincida, puede ser que algún listo esté suplantando a uno de tus contactos reales.
Si tienes dudas acerca del remitente, mira las cabeceras de los correos para ver su procedencia real. Si no tienes claro cómo interpretarlas, mira este artículo para comprender las cabeceras de los mensajes.
Instala un verificador de DKIM (DomainKeys Identified Mails) para comprobar que quien te está enviando el correo está autorizado para enviarlo desde ese dominio. Que no se verifique no significa que sea inválido, sólo que prestes más atención a otros detalles, porque esta información puede no estar disponible por desconocimiento o despiste del propietario del dominio.
No te olvides del asunto. Debería ser lógico, estar correctamente escrito, no ser demasiado atractivo o llamativo... Incluso si el asunto no te llama la atención, detrás puede haber alguien con malas intenciones para que caigas y abras los adjuntos o hagas clic donde él quiere. Si te han espiado el correo o conocen tu trabajo, pueden enviarte un correo que parezca perfectamente legítimo.
Pon atención también al cuerpo de correo. Fíjate en la ortografía, la gramática, la redacción, el estilo, incluso en la firma. Puede darte muchas pistas acerca de la intención del remitente. También debería hacerte desconfiar cualquier llamada a la acción agresiva, que te pida descargarte algo o seguir algún enlace.
Ten mucho cuidado con los adjuntos. Pueden ser la llave de entrada de los malos en tu equipo. No abras nada que te resulte extraño. Si viene de alguien de confianza, pregúntale directamente si te ha enviado algo legítimo, es mejor prevenir. Desconfía especialmente de los ejecutables propiamente dichos (para Microsoft: .bat, .cmd, .com, .exe... / para Mac: .action, .app, .command...). O los que no son ejecutables pero los abren aplicaciones que tienen vulnerabilidades conocidas (.pdf, .swf, .zip...) Piensa que incluso pueden utilizar herramientas para invertir los caracteres del nombre del archivo y, como no los verás en el lugar que esperas, puede que no te des cuenta. O pueden añadir espacios extras para que no veas la extensión del ejecutable donde sería de esperar.
Nunca hagas clic directamente sobre los enlaces. Puedes utilizar el botón derecho de tu ratón para copiar la dirección y pegarla en el navegador para comprobar su legitimidad. Eso sí, ten cuidado de no ir a ella antes de comprobarla. Mira si el nombre es el que esperas, si no hay ninguna falta de ortografía, añadidos o caracteres que no deberían estar ahí. También puedes ponerte encima del enlace con el cursor y ver la dirección a la que te lleva. Incluso si el enlace te lleva a un sitio supuestamente aceptable, puedes encontrarte con que este esté comprometido o te redireccione a otro lugar malicioso.
No respondas al spam. Incluso hacer clic en los enlaces que supuestamente te dan de baja en listas, pueden servir para confirmar que tu correo es válido y reforzar el envío de spam.
No utilices tu bandeja de entrada para almacenar documentos importantes o confidenciales.
Espero que estos consejos te sean de utilidad. ¿Tienes alguna recomendación que añadir? ¿Alguna experiencia con ataques a través de tu correo?
¿Tienes ya tu Dirección Electrónica Habilitada o Única? ¿La consultas? Si la respuesta es no, te recomiendo que leas este artículo, porque encontrarás todas las claves para entender qué es la DEH y cómo utilizarla.
Y es que quizás estés obligado a usarla y aún no lo sepas. Así que sigue leyendo...
Qué es
Es una dirección electrónica que sirve para recibir notificaciones de las Administraciones Públicas, especialmente las que tienen que ver con la Agencia Tributaria.
Realmente se trata de un buzón electrónico que suple a las tradicionales comunicaciones postales de la Administración.
Las entidades implicadas son la AEAT (que la otorga), la FNMT (que facilita el certificado digital) y Correos y Telégrafos que presta el servicio a través de la plataforma de su Servicio de Notificaciones Electrónicas.
Quién está obligado a tener DEH
Sociedades anónimas.
Sociedades de responsabilidad limitada.
Personas jurídicas y entidades sin personalidad jurídica que no tengan nacionalidad española.
Uniones temporales de empresas (UTES).
Quienes ejerzan una actividad profesional en la que sea necesaria la colegiación obligatoria.
Quienes representen a un interesado que esté obligado a relacionarse electrónicamente con la Administración.
Establecimientos permanentes y sucursales de entidades no residentes.
Agrupaciones con intereses económicos, tanto españolas como europeas.
Fondos de pensiones, de capital riesgo, de inversiones, de regulación de mercado hipotecario, de garantía de inversiones, etc.
Contribuyentes inscritos en el Registro de Grandes Empresas.
Contribuyentes que tributen en el Régimen de Consolidación Fiscal del Impuesto Sobre Sociedades.
Contribuyentes que tributen en el Régimen Especial de Grupo de Entidades del IVA.
Contribuyentes inscritos en el Registro de Devolución Mensual del IVA (REDME).
Contribuyentes
con autorización para presentar declaracones aduaneras mediante el
sistema de transmisión electrónica de datos (EDI).
Aunque
cualquier persona física o jurídica puede solicitar de manera
voluntaria la inclusión en el sistema de notificación electrónica.
Qué necesitas
Este sistema de notificaciones electrónicas supone que los sujetos obligados tienen los equipos necesarios para consultar y utilizar la DEH: Internet, correo electrónico, dispositivos para su consulta... Y, ojo, a la Administración no le importa que no dispongas de estos equipos, considera que es tu obligación tenerlos y utilizarlos.
Ten presente que tendrás que configurar el navegador para que puedas utilizar correctamente la DEH y descargarte los certificados digitales. Esto puede ser el motivo principal de que no puedas acceder... y suele ser un dolor de cabeza de los administradores de software.
También necesitarás un Certificado Digital o DNIe estándar emitido a tu nombre o a la empresa a la que representas.
Si vas a utilizar DNIe, debes tener en cuenta que tendrás que tener un dispositivo para leerlo y que puedas conectar a él.
Qué precio tiene
En principio no tiene ningún coste directo, aunque si representas a alguna empresa, para obtener el certificado digital (que te permitirá dar de alta y consultar la DEH) tendrás que pedir en el Registro Mercantil un Certificado de vigencia de la sociedad y del representante que se indique de la sociedad. El coste ronda los 39 € por certificado, así que gratis, gratis...
Cómo obtener el certificado digital o electrónico
1.- Entra en la FNMT y elige la opción Obtenga su Certificado. Luego te pedirán el NIF y el FNMT te devolverá el código de solicitud.
2.- Te recomiendo que los apuntes o lo imprimas, porque luego tendrás que darlo cuando solicites el certificado.
3.- Luego tendrás que presentarte en la AEAT (tendrás que pedir cita previa), llevando los siguientes documentos:
Personas físicas
DNI o pasaporte
Código de solicitud que has pedido en la FNMT
Personas jurídicas
DNI o pasaporte del solicitante
Certificado del Registro Mercantil que incluya todos los datos de constitución y personalidad jurídica de la empresa. También sirve la nota simple, siempre que lleve todas las hojas selladas.
Certificado del Registro Mercantil del nombramiento del representante y su vigencia en el cargo. Ojo, que tiene vigencia de sólo 10 días y tiene coste.
En algunos casos en los que ya tengas certificado digital personal y algunos otros, te podrás ahorrar una visita.
4.- Ten presente que en el caso de las personas jurídicas solo podrán pedir el certificado los administradores o representantes legales, o los representantes voluntarios que tengan poder mediante y mandato especial, expedido expresamente para solicitar el certificado.
5.- Una vez identificado en la AEAT, pasadas 24 horas (normalmente es más rápido), podrás descargarte el certificado. Cuidado, que tendrás que hacerlo en el ordenador por el que pediste el código de solicitud.
6.- Luego podrás exportarlo a otros dispositivos si así lo deseas. 7.- Y ten cuidado de renovarlo cuando corresponda, o tendrás que solicitarlo de nuevo.
Te podrán comunicar las actuaciones de la Agencia Tributaria, como los procedimientos tributarios, estadísticos, aduaneros, de comercio exterior o incluso la gestión recaudatoria de otras Administraciones Públicas que le sean encomendadas.
Otras Administraciones están poniéndose al día con la comunicación electrónica con los ciudadanos, pero se está haciendo poco a poco. Para cerciorarte de cuáles te los permiten y darte de alta, te recomiendo que consultes la página de la DEH.
Puedes recibir notificaciones (tienen efecto jurídico) y comunicaciones (no lo tienen).
Y que no...
Cuando inicies tú la comunicación, puedes decidir la forma de respuesta, electrónica o no.
Cuando sea necesaria una comunicación rápida, que no permite la DEH.
Si se ha enviado la comunicación ya por vía postal, antes de que la AEAT tenga constancia del alta del obligado.
Si hace falta concurrir en persona.
Si lo que se notifica va acompañado de documentación o elementos que no se pueden enviar por vía electrónica, etc.
Las que practique la AEAT a la hora de tramitar reclamaciones económico-administrativas, etc.
Cuándo comienzo a utilizarla DEH
La DEH entró en vigor en 2011, aunque se ha ido aplicando de forma gradual.
La
AEAT envía una comunicación a los obligados para informarles de su
obligación a través de correo postal, si comparecen en Sede Electrónica o
si reciben cualquier comunicación por parte de la Agencia Tributaria.
Incluso puedes solicitar la inclusión en el sistema cuando pidas el CIF
definitivo.
Cuidado, porque a partir de que estés dado
de alta en el sistemay recibas la primera notificación, entrará en vigor y
tendrás que cumplir con todas tus obligaciones.
Si te niegas a tener DEH, la AEAT te asignará una de oficio.
La segunda dirección te permitirá acceder a tus notificaciones, en caso de que no puedas o no quieras acceder a través del Servicio de Notificaciones Electrónicas.
A partir de ese momento podrás acceder a tu dirección o direcciones a través del certificado electrónico o del DNIe, que habrás instalado en tu dispositivo previamente.
Cada cuánto la consulto
Tienes 10 días para consultar las notificaciones, aunque te recomiendo que la consultes al menos una vez a la semana.
Si facilitas una dirección de correo electrónico personal al prestador del servicio (Sociedad Estatal de Correo y Telégrafos, S.A.), te podrán comunicar cuándo tienes una nueva notificación. Aunque no es vinculante y no debes confiarte de que te lleguen todas, aunque en mi caso no han fallado nunca.
Puedes pedir un período en el que no te enviarán notificaciones a tu buzón, con un máximo de 30 días naturales. Tendrás que comunicarlo previamente a la AEAT con un plazo mínimo de 7 días naturales previos a que entre en vigor esta opción de no notificaciones. Esto es especialmente interesante si te vas de vacaciones, de viaje o tienes una enfermedad de larga duración.
Vigencia
Tiene vigencia indefinida y no es posible su revocación o inhabilitación. Aunque eso no significa que no puedas cambiar de correo electrónico. Podrás hacerlo en la pestaña de Perfil de la DEH. Incluso puedes tener varias direcciones.
Si en algún momento cesa el motivo por el que estás obligado a tener la DEH, podrás dar de baja tu dirección y la Agencia Tributaria decidirá si hay motivos para la baja o no. Ya sabes, atento a tu buzón...
Las empresas dedican grandes esfuerzos y recursos a la hora de obtener nuevos clientes. No hay más que ver las campañas de marketing que lanzan los negocios, ya sean grandes o pequeños, con la única finalidad de captar clientela. Al precio que sea.
Pero, curiosamente, esos esfuerzos y esos recursos son mucho menores (o inexistentes) si se trata de fidelizar a esos clientes que tanto ha costado conseguir. Cuando la fidelización es más rentable y barata que la captación, y teniendo en cuenta que si no se cuida al cliente, es muy fácil que se vaya a la competencia.
De eso parece derivarse que a las empresas les gusta perder clientes. Así que, desde aquí queremos ayudar a los negocios y comerciales para que lo logren. Para ello hemos hecho una selección de los mejores trucos para perder clientes de forma rápida y eficiente.
La filosofía
Da por hecho que tu cliente nunca te abandonará.
Mírale como una molestia, no como la razón de ser de tu trabajo.
Piensa que si un cliente se va, pronto vendrán muchos más.
No le veas jamás como una persona, hazlo solo como un código de cliente, como una comisión, como un número de tarjeta... despersonaliza que algo queda.
La empresa
No te formes tú ni formes a las personas a tu cargo para que puedan ofrecer una buena atención al cliente. Y, por supuesto, tampoco les ofrezcas un reciclaje continuo.
No tengas una buena comunicación entre departamentos, así el cliente se perderá entre ellos si tiene alguna necesidad o queja. Si tienes alguna duda acerca de cómo conseguir esto, fíjate en el funcionamients de algunos organismos públicos... y acertarás.
Ten unas políticas de empresa lo más rígidas posible, para que blinden al negocio frente al cliente, de tal forma que puedas escudarte en ellas cuando él tenga una consulta, una necesidad o un queja.
Ofrece unas condiciones y garantías que sólo sean beneficiosas para la empresa, nunca para el cliente. Si para ello debes recurrir a la letra pequeña y a la redacción rebuscada, hazlo sin dudar.
Haz distinciones manifiestas entre clientes. Premia a los nuevos clientes de forma pública y notoria en detrimento de los más fieles, ten detalles con clientes preferentes en presencia de los clientes menos importantes para tu empresa. Inspírate en algunas aseguradoras, bancos o empresas de telefonía si tienes dudas.
Ofrece mayores comisiones a tu fuerza de ventas por la captación de clientes que por la fidelización de los antiguos.
El comercial
Aplícate la máxima de gana una venta, aunque pierdas a un cliente.
Crea falsas necesidades a tu cliente para venderle lo que te interesa, no lo que a él le conviene.
Crea falsas expectativas en el cliente acerca del producto o servicio que quieres venderle.
Presiona al cliente para que compre, si puede ser de una forma agresiva, mucho mejor.
No le escuches. ¿Quién quiere escuchar al cliente cuando tú tienes tanto que decir?
No le dejes hablar e interrúmpele constantemente.
Sé lo más deshonesto posible. Miente, no digas toda la verdad...
Céntrate en el precio y olvídate de todo lo demás. ¿Para qué molestarse?
No conozcas tu empresa, tu producto o tu servicio. ¿Cómo vas a perder clientes si lo haces?
No cumplas jamás lo que prometas. Ni las condiciones, ni los plazos de entrega, ni los descuentos, nada de nada.
La atención en general
No cuides tu imagen. O hazlo en exceso.
Ten tu puesto de trabajo lo más sucio, desordenado y poco acogedor que te sea posible.
No saludes cuando el cliente entre en tu negocio.
Cuando respondas al móvil hazlo de una forma escueta y cortante.
Si atiendes al teléfono fijo, hazlo también con brusquedad o con desidia, y de de tal manera que el cliente no sepa dónde ha llamado o con quien habla.
Habla por teléfono, manda un WhatsApp o mantén una conversación con un compañero (preferentemente personal, nada relacionado con el trabajo), mientras atiendes a tu cliente.
Hazle esperar, mejor si no hay motivo ninguno para ello.
Atiéndele con desgana. Cuanta más desidia y desinterés demuestres, más clientes perderás.
Emplea un lenguaje poco adecuado: excesivamente técnico, muy coloquial, pedante hasta el hastío...
Sé más distante o más confianzudo de lo recomendable.
Repréndele, échale la culpa de todo, aféale lo que hace o dice.
Si el cliente te pregunta algo, di "no lo sé", incluso aunque conozcas la respuesta. Y, por supuesto, no te preocupes de derivar la consulta a otro departamento o de buscarla por ti mismo. Que el cliente se quede con la duda, faltaría más...
No sonrías nunca. O hazlo justo en los momentos más inoportunos.
No le mires a los ojos.
No le ofrezcas asiento, sobre todo si delante de tu mesa hay dos hermosas sillas y tu trabajo es atender al público.
Cuéntale tu vida y milagros.
No le des las gracias.
No te despidas cuando el cliente se marche de tu negocio o cuelgue el teléfono.
Los conflictos
Discute con el cliente todo lo posible. Pierde la paciencia, intenta quedar por encima de él, sé grosero...
No des la cara en caso de conflicto.
No
asumas jamás la responsabilidad de tus errores. Si el posible, derívala a
otros departamentos. O, mejor aún, al propio cliente.
Responde tarde, mal y nunca si el cliente tiene una queja o una reclamación.
Mira
las quejas y reclamaciones como molestias, no como oportunidades de
saber qué estás haciendo mal o qué percibe el cliente como negativo
aunque tú lo estés haciendo de forma correcta.
Ironías aparte, seguro que entre estos trucos habrás reconocido actitudes y acciones que, por desgracia, se siguen viendo en muchos negocios. Y eso que son la forma más segura de perder clientes. Quizás incluso tú mismo hayas dicho adiós a algún proveedor por alguno de estos trucos que propongo en el post.
Espero que este artículo en clave de humor sirva de reflexión acerca de cómo cada día se pueden perder clientes sin apenas dartedarnos cuenta.