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miércoles, 28 de enero de 2015

La Nube para Dummies

La Nube
¡Ah, la nube...!
Esta semana el post está escrito por Manuel Martínez Herraiz, Director Técnico de 1 de N Tecnologías de la Información, ingeniero de Telecomunicaciones y con más de 30 años de experiencia en el mundo de la informática y de las telecomunicaciones. 


Hoy te acercará el concepto de "La Nube" de forma sencilla y comprensible, por si todavía tienes dudas.


Aquí comienza el post...


Ahora está de moda “La Nube”. Todo está en la nube, todos quieren estar en la nube, todos hemos oído hablar de la nube, ¿pero realmente sabemos que es la nube?


Hablemos claro, la nube no existe, no es un ente real y tangible, no es una aplicación que tengas en tu Pc, decir la nube es decir “sitio lejano donde hago cosas por internet”. Ya sé que suena “paleto” pero es la forma más sencilla de expresarlo.


Disco duro
Te olvidarás del hardware...
El concepto de “nube” realmente viene a decir que no te importa dónde está ni como está hecho, lo que importa es el servicio que te presta: Tengo mis fotos en la nube…  vamos que has puesto tus fotos en un sitio en internet donde puedes consultarlas en cualquier momento y no te tienes que preocupar de “nimiedades” tales como si se llena el disco duro o si voy a perderlas porque el móvil se me ha caído al WC.


Cuando miro a mi alrededor, veo que todos hacemos uso de la nube de una u otra forma, pero es importante saber con quién estás tratando, no hay una nube, hay muchas nubes, y no todas las nubes son iguales.


Voy a ponerte algunos ejemplos:


  • Si vas a tu banco y ves que los apuntes contables los anotan en servilletas de papel que tienen junto al bocadillo y la cerveza, ¿dejarías tu dinero con ellos?

  • Si del cajón donde guardas esas fotos “picantes” tuviesen llave todos los vecinos de tu comunidad, ¿dejarías tus fotos ahí?


Pues eso mismo pasa en la nube, no todas son iguales ni ofrecen las mismas garantías, por lo que tienes que tener mucho cuidado con lo que dejas y a quien se lo dejas.


Servicios en la nube


Normalmente, lo que entendemos como nube son una serie de servicios básicos más o menos unificados y que básicamente son:


  • Almacenamiento remoto.
  • Agenda
  • Listas de tareas.
  • Diario


Hay más, muchos más servicios, pero estos son los básicos que casi todos conocemos.


Ventajas de la nube


Sol tras la nube
Cuando la nube es todo ventajas...
Vamos a ver, la nube tiene sus ventajas, voy a desgranar algunas de ellas, seguro que hay más, pero no he “caído” mientras preparo este post:


- Acceso desde cualquier dispositivo

Esta es la más llamativa de todas, el poder tener tus datos/aplicaciones a tu alcance desde los múltiples “cacharros” que manejamos en el mundo actual.


- Una única copia centralizada

Vamos, quien no ha tenido las fotos del verano en tres sitios distintos y nunca sabes si están todas las fotos en cada copia. Aquí podremos tener todo organizado.


- Compartir
 
Como el contenido está accesible desde internet, es muy fácil compartir este contenido con amigos, familia, compañeros de trabajo, etc.


- Olvidarte del hardware

Ya no tienes que preocuparte de si tienes que comprar otro disco duro externo para las fotos del verano o si el “servidor” está muerto porque la fuente de alimentación se ha quemado.


- Olvidarte del software

En general las aplicaciones en la nube se ejecutan en tu navegador, por lo que no necesitas instalar nada, solo navegar a la url correcta y tienes la aplicación funcionando. Además, las aplicaciones suelen estar a la última, y no tienes que estar instalando “actualizaciones”.


Inconvenientes de la nube


carretera con nubarrones
La nube, a veces, se convierte en nubarrones
No todo son alegrías cuando usas la nube, también tiene su lado oscuro:


- Dependes de internet

Así de simple, si no tienes internet no tienes nada, ya que todo está “allá afuera”, no tienes nada en tu ordenador, móvil, etc.


- Es lento

Bueno tan lento como tu conexión a internet, por lo que hay cosas que tardarán más de lo que estás acostumbrado.


- Todo consume ancho de banda

Si eres de los que usa el móvil, todo lo que hagas consumirá esos preciosos megas de tu plan, por lo que tendrás que contratar uno más grande.


- Inseguridad

No quiero decir que todos sean inseguros, solo que estás poniendo tus datos en manos de un tercero, por lo que hay que leer muy bien las garantías que ofrecen tanto de privacidad como de fiabilidad.


La nube es algo que ha llegado para quedarse, y tenemos que convivir con ello, espero que este post os ayude a entender un poco mejor lo que es y os permita disfrutarla y no sufrirla











miércoles, 21 de enero de 2015

Motivos por los que Responder a tus Candidatos

Entrevista de trabajoCuando en una empresa se recibe un CV o se realiza una entrevista de trabajo, tanto si es en respuesta a una oferta de empleo o se trata de una candidatura espontánea, es muy frecuente que no se responda al solicitante; salvo que se le vaya a contratar. ¿Quién no ha sufrido este tipo de prácticas en algún momento cuando buscaba (o busca) trabajo?


Y es algo que se debería evitar, por muchos motivos, aunque tienes algunos de los más importantes:


Como persona y como profesional


Esperando una llamada
Esperando una llamada que nunca llega...
  • Porque detrás de un candidato hay un ser humano que merece ser tratado como tal, con sus sentimientos, sus problemas y sus circunstancias. Para cualquiera que esté buscando empleo, con todo lo que ello conlleva, una mínima muestra de reconocimiento y empatía es un mundo.

  • Porque esa persona se ha tomado la molestia de enviarnos su CV y/o de asistir a una o varias entrevistas personales o virtuales, que le han supuesto tiempo, esfuerzo e ilusión
 
  • Porque es un simple gesto de buena educación. Eso tan anticuado de por favor, gracias... tan en desuso y tan útil.E-mail

  • Porque a cualquiera de nosotros nos gustaría que nos diesen el mismo trato.

  • Porque no cuesta nada. ¿Tanto tiempo lleva enviar un e-mail o hacer una breve llamada para agradecer al candidato su tiempo? A mí me lleva apenas 1 minuto.
 
  • Porque el mundo de los negocios da muchas vueltas y, quién sabe, más adelante quizás sea ese solicitante quien esté al otro lado reclutando.


Como empresa


  • Porque es una forma más de transmitir la imagen de marca. Y una empresa que responde a un candidato, incluso aunque no le vaya a dar el puesto, está diciendo a gritos que es una compañía seria, que tiene valores, los pone en práctica y que se preocupa por las personas. Ahí es nada.
 
Pensando en un candidato
¿Y si más adelante le necesitas?
  • Porque deja la puerta abierta a acceder a ese candidato si nos es necesario en un futuro. Si hoy no has contratado a ese postulante, pero le has contestado, seguro que mañana estará encantado de retomar el contacto si le necesitas. Incluso si ya tiene trabajo, valorará tu oferta.

  • Porque ese solicitante puede ser un cliente de la empresa en un futuro y, una buena imagen creada con una simple respuesta, puede ser el comienzo de una relación duradera.  


Pero, ojo, también hay algunas causas por las que está más que justificado no responder a ese candidato:


  • Cuando quien te envía el CV lo hace con una larguísima (y pública) lista de distribución de correo; porque estaría demostrando un interés nulo en ninguna de las empresas receptoras y en los puestos que tienen que ofrecer. Más que una solicitud, es tirar la caña a ver si pican.
 
  • Cuando no utiliza ni el lenguaje ni las formas necesarias, ni el el currículo, ni en la carta de presentación ni en la entrevista. Si no lo hace él o ella, quiere decir que no está acostumbrado a los buenos modales, por lo que no va a apreciar ningún gesto en ese sentido por tu parte ni por la de tu empresa.
 
¿Tú responderías a este tipo de solicitantes?
  • Cuando el candidato demuestra que no ha leído en absoluta la oferta de trabajo ni los requisitos que se piden... ni le interesa lo más mínino enterarse. Y, lo peor de todo, tampoco le importa que tú te des cuenta de ello.
 
  • Cuando el solicitante se ha mostrado extremadamente hostil o desinteresado durante la entrevista de trabajo. Si no le interesa el trabajo o le desagrada, ¿para qué molestarle?


¿Qué opinas tú al respecto? ¿Tienes alguna experiencia personal? Nos encantaría que la compartieses.







miércoles, 14 de enero de 2015

Casos de Mala Atención: Centro Veterinario

recepcion de clinica veterinariaHoy te traigo un nuevo Caso de Mala Atención al Cliente. En este caso se trata de una clínica veterinaria y se podría haber titulado perfectamente algo así como "Perder un cliente de 15 años es fácil si sabes cómo".

 
Te cuento el caso: 


Tenemos dos gatas, a las que hemos llevado desde que eran unos tiernos cachorritos al mismo veterinario. Y la más mayor de las dos tiene 15 años, así que echa cuentas.

 
Y siempre hemos estado muy contentos con la atención que le prestaba este profesional a nuestras mascotas. Tanto que, cuando se marchó del centro donde estaba trabajando y puso su propia consulta, nosotros nos fuimos con él; porque lo que nos daba confianza era la persona, no el lugar donde prestaba sus servicios.


Incluso pasamos el que no se pudiesen hacer determinadas pruebas a una de nuestras amigas felinas, porque tenía mal carácter. Como éramos novatos en el mundo gatuno, dimos por sentado que era algo normal: que a los gatos con temperamento no se les podía manipular para determinados procedimientos si no se les sedaba. 

 
Pero todo iba bien, hasta de dejó de hacerlo. 

 
Una vez que estuvo por su cuenta y las cosas empezaron a marchar, delegó la especialidad en gatos en otros profesionales que contrataba, porque a él lo que le gusta realmente son los perros. Y todo comenzó a cambiar... a peor

 
tigre de bengala
Una gatita mayor no es un tigre de Bengala
Cada vez que las gatas se acostumbraban al nuevo veterinario (y a los gatos les cuestan mucho adaptarse a los cambios), se iba y llegaba otro diferente. Cada uno menos comprometido que el anterior... y con menos capacidades. De hecho, la última parecía haber salido de la ESO hacía un par de semanas. 

 
Y claro, después de 15 años, ya no colaba eso de que a una gatita anciana no se le podía hacer un análisis de sangre porque tenía mal genio; cuando era imprescindible para comprobar su estado de salud. O de que había determinados procesos en los que había que sedarla porque era más fácil para un veterinario supuestamente especialista en felinos que no podía manejar a una dulce abuelita gatuna de 15 años. 

 
Pero la cosa podía empeorar... y lo hizo. La gata mayor se cayó una mañana de una mesa y dejó de mover las patitas traseras, con el consiguiente disgusto y preocupación. Por supuesto, metimos a nuestra mascota en el coche y nos fuimos al veterinario con ella... y nos fuimos a esperar sentados en el coche. Porque en el cartel de la puerta decía claramente que el horario era de 10:00 a 13:30 h. y eran las 10:15 y allí no había aparecido nadie... y la gata seguía con dolores y sin poder moverse. No te quiero ni contar lo que se nos pasaba por la mente en esos minutos interminables. Algo que no comprendíamos, porque en ese centro trabajan 3 veterinarios. ¿Nadie llegaba a su hora a ese trabajo? Y por fin aparecieron, después de 20 minutos de la hora de apertura, tan panchos... y claro, las cosas se olvidan (o no) cuando por fin tratan a tu mascota y todo queda en un susto.


La sensación de desamparo y de que daba igual lo que le pasase a nuestras mascotas iba en aumento. Parecía que les gustaba más que les comprases pienso allí o que pagases las vacunas anuales, que tratarles debidamente. 

 
Y la gota que colmó el vaso, llegó este mismo verano. La gata un día, comenzó a sangrar por la zona del rabito. Te puedes imaginar la angustia: sangre, una gata mayor... Y volvimos a montar a nuestra pequeña amiga en el coche camino del veterinario... y allí no había nadie. Estaban de vacaciones, los tres veterinarios al mismo tiempo, y el centro estaba cerrado. Curiosamente, hacía pocos días que había ido a por pienso y nadie me informó de que no iban a estar durante más de una semana. Con las mismas, nos fuimos al veterinario de urgencia que nos recomendaron en el mismo centro por si había algún problema en fines de semana o fuera de horario.

 
Vimos el cielo abierto, claro. Trataron a nuestra gata con un cariño y una saber hacer excepcional. Y, curiosamente, no hizo falta meterla en ninguna jaula ni tratarla como si fuese un tigre de bengala furioso. Una sola persona pudo manipularla en todo momento sin ninguna dificultad y se le pudieron hacer todo tipo de pruebas, incluso ese análisis de sangre imposible. No te puedes imaginar la tranquilidad que nos dio la proactividad y la profesionalidad de las personas que teníamos delante. 

 
gatito durmiendo
Sólo es necesario saber tratarles con cariño y firmeza
Esa sensación se afirmó más todavía, porque hubo que llevar a la gata en varias ocasiones para diversas curas y revisiones y los distintos veterinarios y auxiliares que la trataron fueron igual de eficientes y cariñosos. Y con unos precios menores que en el otro centro, dicho sea de paso.

 
Pero no todo termina aquí. Llamamos a nuestro veterinario habitual una vez terminadas sus (largas) vacaciones para informarle de lo que había ocurrido a la gata. Le comentamos también que debía hacerse ciertas curas y que íbamos a llevarla al otro centro, puesto que era lógico que seguimiento se hiciese allí. Y, a día de hoy, todavía estoy esperando que me llamen siquiera para preguntarme si todo fue bien o si necesitamos algo. ¡Después de 15 años! Como te imaginarás, nuestras gatas ya tienen otro centro veterinario.

 
Y tal y como te decía al principio, perder a un cliente de 15 años es fácil si sabes cómo... si: 


  • No tratas a un cliente tan antiguo y tan fiel como se merece. Todos los clientes merecen una buena atención, pero uno que lleva siendo leal y llenando nuestros bolsillos durante tanto tiempo necesita un trato preferente.

  • No cumples con un horario, ya de por sí exiguo. Algo especialmente indignante cuando siempre han cumplido al pie de la letra el horario de cierre, incluso cerrando antes de tiempo en muchas ocasiones.
 
  • No aseguras la atención a sus clientes, incluso en período vacacional. Entiendo que si sólo hay un profesional en el centro, deba cerrar para disfrutar de un merecido descanso, pero si hay tres, la cosa cambia. Lo lógico es escalonar los días de descanso para cubrir el verano. 
 
  • No avisas de las vacaciones a sus clientes. Hoy en día enviar un SMS, un e-mail o un WhatsApp es rápido y sencillo. 
 
    veterinario
  • Justificas tu propia incapacidad con el comportamiento del paciente. Es lo mismo que si una maestra de educación infantil dejase a uno de los niños encerrado en baño, porque es un poquito rebelde. Si en la consulta tiene expuesto un título de veterinario, debe actuar como tal.

  • No sabes proporcionar la atención necesaria a sus pequeños pacientes. Si el centro no está especializado en un tipo de mascotas, lo lógico es que se sepa tratar al menos a las más comunes. Comprendo que no todo el mundo tiene un camaleón o un guacamayo, pero los gatos son mascotas tan frecuentes como los perros. 
 
  • Permites que uno de tus pacientes no sea explorado como necesita, poniendo en riesgo su salud, porque a tu empleado le resulta incómodo de tratar. Salvando las distancias: ¿te imaginas eso extrapolado a un ser humano?

contando dinero
¿Todo por la pasta?
  • Y, sobre todo, si llegas a ese extremo donde el cliente percibe que ni él ni su mascota importan realmente, sólo su dinero. Ese punto donde se olvida que para el dueño tiene una profunda relación emocional con su mascota y lo siente parte de su familia. Si tienes un pequeño amigo en casa sabes de lo que te hablo.

 
Perder un cliente es fácil, porque no perdona la decepción, incluso después de 15 años.




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miércoles, 7 de enero de 2015

Cuando la Mala Atención Es Cosa del Cliente

En este blog siempre invito a mejorar la atención al cliente desde el punto de vista del proveedor, porque creo que es un deber y un privilegio que tenemos quienes ofrecemos productos y servicios al público.

 
ranita con corona
Hay clientes que se convierten en sapos...
Pero esta buena atención no es unilateral, porque el cliente debe ser el rey de cualquier negocio; rey, no tirano.

 
Todos tenemos la responsabilidad como clientes de comportarnos con respeto y sensatez ante quién nos presta un servicio o nos vende un producto. Es importante tener claro que detrás del mostrador hay otro ser humano, que siente y padece como nosotros y que está allí para prestarnos un servicio, no para rendirnos pleitesía.

 
perfumero
Si el frasco se rompe, nunca más podrá tener perfume
De hecho, hay ocasiones en las que la mala atención la gesta el propio cliente. Si existe una situación desagradable o incómoda, el buen profesional la solventará con eficiencia... pero la situación quedará enrarecida. Una frase que lo resume a la perfección es: "un frasco de perfume que se rompe se puede pegar, pero nunca más podrá volver a contener esencia".

 
Por ello es importante que los clientes también contribuyamos a una relación comercial fluida, también es nuestra responsabilidad.

 
Algunas de las buenas prácticas que como clientes podemos poner en práctica para lograrlo son:


    contacto visual
  • Mirar a los ojos a la otra persona, porque una manera más de comunicarse y no nos podemos permitir cerrar ese canal. No mantener contacto ocular es una forma muy sencilla de despersonalizar a quién tenemos delante. Y de esa despersonalización surge la falta de respeto por ambas partes, la desidia, la facilidad para engañar... Si estás alguna vez esperando en una caja del súper, fíjate en cuántos clientes miran a la cajera cuando les está cobrando... y cuántas veces mira la cajera a los clientes, claro. Y comprueba también cómo cambia su expresión cuando uno de sus clientes le mira, le sonríe y le hace algún comentario agradable. ¡Curioso!


  • Sonreír. No cuesta esfuerzo y suele dar resultados increíbles. Incluso ante un dependiente poco amable, una sonrisa sincera y persistente es casi mágica.


    smiley
  • Escuchar, escuchar y escuchar. La escucha activa no es unidireccional, también debemos practicarla como clientes. Probablamente muchas discusiones y conflictos con quiénes nos prestan un servicio parten de que no hemos escuchado "de verdad" lo que la otra persona nos está transmitiendo.


  • Esperar servicio, no servilismo. El que paguemos por algo, no significa que la otra persona deba comportarse como un esclavo sin alma ni voluntad. Si nos presentamos en una agencia de viajes para informarnos acerca de un viaje de luna de miel, a las 19:55 h. y cierran a las 20:00 h. y sin avisar previamente, probablemente nos encontremos con un agente hostil y que nos dará una información pésima. Y, aunque quien nos atienda debería hacerlo siempre con una sonrisa y toda su atención, solamente hay que pensar en el estado en el que estamos nosotros mismos 5 minutos antes de que termine nuestra jornada laboral... y en cómo reaccionaríamos ante un cliente así.


  • Fijarse en los detalles. Detalles como el nombre que aparece en su chapa de identificación y dirigirse a la persona por él, por ejemplo, mejoran mucho la comunicación con quién nos atiende. Funciona en la misma medida que cuando lo hacen ellos con nosotros. A todos nos encanta escuchar nuestro nombre en boca de otro.


  • No olvidar los buenos modales básicos: saludar, pedir las cosas por favor, dar las gracias, entregar el dinero en la mano (salvo que se trate de una cuenta de un restaurante, por ejemplo), etc. La buena educación suele funcionar incluso con los más neandertales.

 
Este tipo de acciones y actitudes no sólo ayudarán a los profesionales a ofrecernos una mejor atención al cliente, sino que fomentarán que otras personas puedan disfrutar de ello. Un profesional que se ve maltratado con frecuencia por sus clientes, acabará frustrado y enojado con todos ellos. Y eso se acaba convirtiendo en un círculo vicioso en el que todos salimos perjudicados.


Y lo más curioso es que son las mismas recomendaciones que debe poner en práctica un profesional para ofrecernos una buena atención, porque, al fin y al cabo... todos somos clientes.