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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Peligro, Danger, Atchung: Subvenciones

personas
¿Eres uno de los muchos que han pedido una subvención?
¿Qué emprendedor no ha acariciado la idea de solicitar una subvención como ayuda para poner en marcha un proyecto? Sobre todo ahora que nos bombardean con mensajes, por tierra, mar y aire, en los que se nos dice que la Administración (ya sea estatal, autonómica o local) está deseando ayudarnos a emprender. Y, más aún, nos transmite en esos mensajes que tiene dinerito fresco que les está quemando en el bolsillo y nos lo quiere dar para ayudarnos a poner en marcha nuestros sueños.


enchufe
Claro, que hay sectores con enchufe...
Pues bien, siento darte una ducha fría de realidad, pero la verdad es bien distinta, al menos en la mayoría de los sectores productivos.


Lo primero que tienes que tener presente es que cumplir los requisitos para que te concedan una subvención es algo muy difícil. Sólo tienes que leer cualquier convocatoria que aparezca en un boletín oficial: casi parece que estás optando a un concurso para construir aviones de combate para el ejército de EE.UU.


Y, claro, todos esos requisitos tienen que estar escrupulosamente documentados, por lo que tendrás que presentar una solicitud y montañas y montañas de documentos, algunos de los cuáles te resultarán de lo más peculiar. Es lógico que si vas a acceder a dinero público lo justifiques, pero lo que no es de recibo es exigirte documentos sin ton ni son, para que te sea muy  difícil acceder a la subvención. 


Te pedirán todo tipo de documentos acreditativos: poderes, identificaciones de todo tipo, certificados de estar al corriente de pago con Hacienda y la Seguridad Social, declaraciones de no haber percibido otras subvenciones, de cumplir con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales... creo que lo único que no te van a pedir es la fe de bautismo. Y eso lleva mucho tiempo, créeme.


Hablando de la solicitud, cuando la tengas delante preferirás lo de la pastilla roja y la pastilla azul de Matrix, antes que rellenarla. Es un verdadero campo minado, similar a las preguntas del examen teórico del carnet de conducir. Digno de un guión de cualquier película de los Hermano Marx.


pila de documentosTendrás que acudir mil veces a consultar con el funcionario de turno para que te explique exactamente qué quieren decir muchos de los requisitos de la solicitud. Porque, aunque te suelen poner un teléfono y una dirección de contacto, nunca vas a recibir respuesta. Y eso también lleva mucho tiempo y esfuerzo. 


¡Ah, por cierto, a lo largo del proceso te irán pidiendo nuevos documentos y certificados! Algunos de ellos ya los habrás presentados, pero los querrán recién salidos del horno, por si la situación ha cambiado. Pero también te pedirán otros nuevos... así te tendrán entretenido.


Otro de los puntos que tienes que tener presente es que es requisito imprescindible que tú ya hayas abonado el coste de los conceptos por los que vas a solicitar la subvención. Y te van a pedir facturas y justificantes bancarios de todo ello. Así que, si no tienes ni un euro en el bolsillo y cuentas con la subvención para poner tu negocio en marcha, olvídate... o pide dinero a familia y amigos.


Y, mientras que tú ya has puesto el dinero, los meses (incluso los años) irán pasando, sin que tengas más noticias de la Administración que para pedirte más información y documentos. Así te van teniendo ocupado y con la esperanza de que vas a cobrar... algún día.


Pero, ojo, no te creas que porque pase el tiempo te puedes dormir en los laureles, porque en muchos casos las nuevas solicitudes de documentación o presentación de alegaciones durante el proyecto sólo aparecerán en el boletín oficial correspondiente; por lo que es muy posible que no te enteres de ello y te quedes fuera del proceso sin ni siquiera saberlo.


Incluso puede que algún día salga el listado de autónomos o pymes que han sobrevivido a todos los requisitos y vicisitudes del proceso y veas que te han concedido la subvención. Y te creerás que vas a cobrarla, claro.


Pero no todo acaba ahí, porque te pedirán más documentos y certificados para finalizar el expediente; aunque más que con el expediente con lo que acabarán es con tu paciencia.


Y algún día, te llegará la carta de pago... y te seguirás creyendo que te van a pagar.


fajos de billetesPorque después de esa carta de pago, lo lógico sería que algún día te encontrases esa cantidad en tu cuenta corriente, pero pasan los días, los meses y los años y ese día no llega jamás. Pregunta, por ejemplo, a los autónomos a los que prometieron en 2009 que iban a recibir una ayuda por ponerse a trabajar por cuenta propia. Incluso han creado plataformas para presentar recursos.


Y lo peor de todo es que las administraciones autonómicas, están comunicando a Hacienda que sí han pagado las subvenciones y te reclamarán a ti porque no has declarado esos ingresos. Te encontrarás con que las CC.AA. no te quieren dar un certificado en el que reconozcan que no te han pagado (cuando no lo han hecho) y, por lo tanto, tengas que lidiar tú con la Agencia Tributaria para demostrar que no has recibido cantidad alguna.


Todo esto que te cuento en esta pataleta bloggera es experiencia propia y por partida doble, aunque sólo tienes que bucear en internet para ver que no soy la única; así que, mi consejo es que te pienses muy mucho en solicitar una subvención, a no ser que te sobre el dinero, el tiempo... y la paciencia.





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