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lunes, 19 de mayo de 2014

No Leer Te Puede Salir Muy Caro

Hace ya un par de años os hablé de la importancia de leer cuidadosamente los contratos antes de firmarlos en el post Contratos: Leer Dos Veces y Firmar Una y también en Letra Muy, Muy Pequeña: Cuando el Contrato No es Legible Y hoy, para ilustrar la importancia de cerciorarnos de qué es realmente lo que nos ponen delante para que lo firmemos y a qué nos comprometemos con ello, os traigo dos ejemplos que han llegado hace muy poco a mi buzón.


Os pongo en antecedentes:


Hace unas semanas solicité el registro de una marca comercial  en la Oficina Española de Patentes y Marcas para una de nuestras líneas de negocio. Esta petición también implica el pago de unas tasas que, por supuesto, se abonaron al presentar los impresos oficiales de solicitud.


Esta petición implica que, cuando se acepta y se publica en el boletín de la OEPM, la marca (o nombre comercial) queda registrada y protegida en las condiciones que se solicitan (clase, ámbito de aplicación, etc.) y por un plazo determinado. Y no hace falta pagar nada más una vez satisfechas las tasas correspondientes, al menos hasta que no se produce algún cambio o ampliación; o hasta que no vence el plazo por el que la marca está registrada y es necesaria una renovación.

 
Pues bien, hace pocos días me llegaron dos cartas en las que me pedían el pago de unas cantidades desorbitadas por la marca comercial que había solicitado y que nada tenían que ver con las tasas que ya había pagado (131,22 € formalizada por vía electrónica, algo más si se hace presencial). 

 
Autor de esta estupenda foto "El engaño" : Miguel Ángel Pelegrí
Lo primero que suele ocurrir cuando llegan estas comunicaciones es asustarse y pensar que, los 815,00€ que pedían en la primera carta y 970,00 € en la segunda, no eran precisamente un gasto que viene bien hacer así, sin previo aviso. 

 
Pero, y siempre hay un pero, cuando se leen cuidadosamente las comunicaciones comienzan a aparecer ciertas pistas de que se trata de todo un timo:


  • Las cartas vienen de la República Checa (Ejemplo 1) y de Eslovaquia (Ejemplo 2). Algo que lleva a pensar que no tiene nada que ver con la Oficina Española de Patentes y Marcas, que es donde se realizó la solicitud.
  • Que la redacción y ortografía de una de las cartas (Ejemplo 1) es algo más que curiosa. Si se tratase de una comunicación oficial se habría traducido convenientemente.
  • Que en una de ellas (Ejemplo 1), en las condiciones generales, se habla de que el contrato habla de que la jurisdicción aplicable será la de la República Checa. ¿Qué hace la República Checa en este asunto, cuando la marca se ha registrado a nivel nacional?
  • Y, lo peor de todo, viene al pie de ambas cartas, donde en una letra pequeña y como de pasada, se indica que el registro donde aparecerá la marca es privado, que no tiene nada que ver con organismos oficiales ni con órganos estatales de ningún tipo, ni aquí ni en la República Checa, y que no hay obligación alguna de pagar nada.


Realmente lo que ofrecen es la inclusión de la marca (que aún está pendiente de la comunicación del registro oficial y la publicación en el boletín de la OEPM) en unos directorios privados que gestionan empresas checas (y que no son muy conocidos, dicho sea de paso), durante un año y por unas cantidades absolutamente vergonzosas. No hay nada oficial, sólo se trata de inserciones publicitarias, puras y duras.


¿Qué ocurre con estas comunicaciones, que no dejan de ser contratos? Pues que los que no leen cuidadosamente las comunicaciones y las condiciones o que no están muy avezados en esto del registro de marcas, pagan por algo que no les va a servir de nada. Y es mucho dinero para pagar por nada, ¿no os parece? Y, aviso a quienes vayan a registrar su nombre o marca comercial: estas cartas llegan siempre que se hace una solicitud. Llevo ya 6 marcas en los últimos años y han aparecido puntualmente en mi buzón cada vez que he solicitado una.


Como podéis ver, no leer con detenimiento un contrato del tipo que sea, puede salir muy caro; en sentido figurado y literal, sólo tenéis que echarle un vistazo a los ejemplos que os he mostrado.


A continuación podéis visualizar ambas cartas. Se han tachado todos los datos personales a fin de mantener la privacidad de ambas partes:


Ejemplo 1


Os dejo el anverso y el reverso de la carta. En este último se incluye unas condiciones generales. 
 

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Ejemplo 2


En este caso la carta sólo incluía esta información, sin condiciones generales como la anterior. 


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