En esta ocasión, me gustaría compartir con vosotros una situación que me ocurrió hace poco y que me pareció interesante como ejemplo de lo que no se debe hacer cuando se atiende al cliente en un restaurante.
Aquí está el relato:
Hace unos días, fui a cenar a un restaurante al que llevo yendo hace más de 10 años, lo que indica una cierta confianza. Es un restaurante algo variable en cuanto a calidad y servicio, aunque la media suele ser buena.
La cena transcurrió sin mayor problema hasta que llegó el momento de pagar la cuenta. Entregué mi tarjeta de crédito y mi DNI, algo habitual. El camarero llegó con el terminal (inalámbrico) para cobrarme, me devolvió mi identificación y se llevó terminal y tarjeta, una vez introducido el PIN, porque esa zona del restaurante tenía mala cobertura.
Pasado un buen rato sin que apareciese el camarero con la tarjeta y el recibo, preguntamos al jefe de sala por el paradero de ambos. Éste, algo sorprendido y molesto, nos dijo que no nos preocupásemos, que como había mala cobertura el camarero aún no había podido hacer la transacción... que, total, ellos eran de confianza.
Habrá confianza pero, personalmente, me pongo nerviosa cuando pierdo de vista mi tarjeta de crédito y, más nerviosa aún, cuando he introducido mi PIN.
Pasado unos cuantos minutos más, el camarero apareció con tarjeta y recibo, con una disculpa y con una invitación a una bebida que no aceptamos.
Finalmente, nos marchamos del restaurante con un mal sabor de boca, a pesar de la buena comida.
Esta situación, tan desagradable e innecesaria, se habría evitado si el camarero me hubiese invitado a acudir con el a la zona en la que hubiese cobertura para realizar el cobro. Probablemente y por la confianza existente, habría declinado la invitación, aunque me habría quedado mucho más tranquila.
Todos los comerciantes deben ser conscientes de que los fraudes con tarjetas de crédito, por desgracia, son cada vez más habituales. Una tarjeta de crédito es fácilmente clonable y, para ello, sólo hay que perderla de vista un instante. Por ello, el comerciante debe ser parte de la seguridad en las transacciones electrónicas.
El responsable del restaurante debe aleccionar a su personal en las buenas prácticas en establecimientos de hostelería que incluyen, como una de sus máximas principales, procurar que la tarjeta de crédito siempre esté a la vista del cliente.
Como reza el dicho: "la mujer del César no sólo debe ser honrada, también debe parecerlo".
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